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El regreso a la normalidad en un zoológico suizo terminó en tragedia. El sábado parecía otro día perfecto para asistir con familiares y amigos. La sed por conquistar espacios cerrados por la pandemia auguraba una jornada emocionante. 2000 ejemplares de 300 especies por fin iban a ser contempladas en la ciudad de Zurich.
Pero la alegría terminó en tragedia. Un grupo de personas vio el ataque de una tigresa siberiana a una curtida empleada de 55 años. El hecho dejó a atónitos a los funcionarios y a los clientes, que vieron estupefactos morir a la mujer. De poco sirvió la ayuda de sus compañeros, que hacia el mediodía atendieron el llamado de la sirena de emergencia.
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“Trasladamos nuestro más sentido pésame a los familiares de la víctima”, manifestó Severin Dressen, el director del zoológico. “Se trata de un animal joven que hasta ahora se había comportado de manera completamente natural, como lo hace un tigre”. Los testigos de la embestida recibieron asistencia médica y psicológica.
La BBC informó que la muerte revivió el recuerdo de la mordida de un cocodrilo a otro funcionario, ocurrida en el mismo zoológico. Entonces una visita de limpieza terminó con la muerte de reptil para salvar la vida del trabajador.
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El lugar estaba abierto desde la primera semana de junio. Suiza, a diferencia de otros países europeos, ha logrado aplanar la curva de contagios, lo que les ha permitido la apertura de algunos sectores relacionados con el entretenimiento. Hasta que las autoridades esclarezcan la razón por la que la funcionaria estaba con la tigresa y examinen los protocolos de seguridad, el zoológico de Zúrich mantendrá las puertas cerradas a la espera de una decisión judicial.

