Los resultados del análisis mostraron una mayor incidencia de dolor de intensidad alta en mujeres (23%) frente a los hombres (13%). / Foto: Pixabay.
Investigaciones anteriores ya habían reportado un mayor riesgo de dolor crónico en las mujeres que en los hombres. Ahora, un trabajo del Grupo de Epidemiología Cardiovascular, Nutricional y del Envejecimiento del CIBERESP en la Universidad Autónoma de Madrid, ha identificado los comportamientos de salud y los factores clínicos que pueden influir en esta condición.
El trabajo publicado en la revista ‘Mayo Clinic Proceedings’ muestra que la mayor frecuencia de algunas enfermedades crónicas, un peor estado funcional, el estrés psicológico y la menor actividad física pueden explicar por qué las mujeres mayores están en riesgo de padecer dolor.
Ver: ¿Por qué unas personas desarrollan la adicción al juego y otras no?
Sigue a Cromos en WhatsAppEl dolor crónico (definido como dolor en la mayoría de los días o todos los días durante los últimos seis meses) es un problema creciente de salud pública, particularmente en los adultos mayores. El 20 por ciento de la población lo sufre y aumenta con la edad, afectando al 60 por ciento de los mayores de 65 años.
Este tiene una gran influencia en la salud de las personas mayores, porque reduce la actividad física y aumenta el riesgo de fragilidad, caídas, discapacidad física y deterioro cognitivo.
Según Esther García Esquinas, investigadora principal del estudio, los resultados de este análisis mostraron una mayor incidencia de dolor de intensidad alta en mujeres (23%) frente a los hombres (13%). “Casi una de cada cuatro mujeres que no padecían dolor crónico inicialmente lo desarrolló durante el seguimiento”, explica.
Ver: Dolor de cabeza y parálisis facial: cuidado con los síntomas del infarto
En concreto, una frecuencia más alta en mujeres que en hombres de enfermedad osteomuscular, problemas de movilidad y agilidad representaron, respectivamente, el 31%, 47% y 32% del exceso de riesgo observado en las mujeres en comparación con los hombres. Otros mediadores relevantes a este exceso fueron el estrés psicológico (25%), la depresión (9%), la mala calidad del sueño (11%) y los bajos niveles de actividad física recreativa (13%).
Durante tres años, el trabajo hizo seguimiento a una cohorte de 851 mujeres y hombres de 63 años o más, que inicialmente no sufrieron dolor. Se espera que este análisis incida en la importancia de estudiar posibles factores biológicos específicos de sexo y su interacción con los estilos de vida para comprender mejor las diferencias de riesgo de dolor entre hombres y mujeres.
"Nuestras conclusiones también abren una nueva vía de investigación sobre el efecto del ejercicio físico para disminuir el exceso de riesgo de dolor observado en las mujeres", adelanta García Esquinas.
Ver: El primer morral para mujeres que se recuperan de cáncer de mama