El problema radica en los compuestos químicos utilizados en la fabricación de ciertos materiales. Desde los antiadherentes con PFOA hasta los plásticos con BPA, algunos elementos de cocina pueden desprender partículas nocivas cuando se calientan o desgastan con el tiempo. Por lo anterior, hay que revisar de qué están hechos nuestros utensilios y hacer elecciones informadas puede marcar la diferencia entre una cocina saludable y una exposición constante a toxinas.
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Sigue a Cromos en WhatsAppHay alternativas seguras que garantizan una cocina libre de riesgos. Cambiar algunos hábitos y optar por materiales más naturales como el acero inoxidable, la cerámica o la madera tratada adecuadamente nos ayuda a reducir la exposición a químicos indeseados. Conocer los riesgos es el primer paso para proteger nuestra salud y la de nuestra familia.

Ojo con el estado de los sartenes.
1. Sartenes y ollas de teflón en mal estado
Los recubrimientos antiadherentes, como el teflón, pueden ser seguros cuando están en buen estado, pero si se rayan o desgastan, liberan sustancias como el PFOA, relacionado con problemas hormonales y otras afectaciones de salud. Alternativas más seguras incluyen el hierro fundido, el acero inoxidable y la cerámica de alta calidad.
2. Utensilios de aluminio
El aluminio es un material liviano y económico, pero puede filtrarse en los alimentos, especialmente en aquellos con alta acidez como los cítricos o el tomate. La acumulación de aluminio en el organismo se ha vinculado con enfermedades neurológicas. Es preferible utilizar utensilios de acero inoxidable o vidrio.
3. Plásticos en contacto con el calor
Los envases y utensilios de plástico pueden contener BPA o ftalatos, sustancias que se liberan con el calor y afectan el sistema hormonal. Para evitar este riesgo, lo mejor es usar recipientes de vidrio o cerámica para calentar alimentos y optar por plásticos libres de BPA para el almacenamiento en frío.
4. Tablas de cortar de plástico dañadas
Con el tiempo, las tablas de plástico pueden acumular cortes donde proliferan bacterias y microplásticos que terminan en los alimentos. Las opciones más seguras son las tablas de madera tratadas con aceites naturales o las de bambú, que poseen propiedades antibacterianas naturales.
5. Cucharas y espátulas de silicona de baja calidad
Algunas siliconas pueden contener aditivos tóxicos que migran a los alimentos al exponerse a altas temperaturas. Para evitar esto, es recomendable elegir utensilios de silicona certificada para uso alimentario o, en su defecto, de madera o acero inoxidable.
6. Utensilios de cobre sin recubrimiento
El cobre es un excelente conductor de calor, pero sin un recubrimiento adecuado puede reaccionar con los ácidos de los alimentos y liberar partículas que en exceso pueden ser dañinas para la salud. Si se utilizan utensilios de cobre, es importante que tengan un recubrimiento de acero inoxidable o estaño seguro.
7. Papel aluminio en contacto con altas temperaturas
Si bien es común usar papel aluminio para hornear o envolver alimentos, las altas temperaturas pueden hacer que pequeñas partículas de este material se transfieran a la comida. Para minimizar riesgos, es mejor usar papel pergamino o fuentes de vidrio para cocinar.
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