Un safari al estilo llanero

Un campamento de lujo en medio de la exuberante vida silvestre de los Llanos Orientales es la propuesta de Corocora Camp, un lugar donde la comodidad y la aventura se entremezclan para descubrir una de las regiones más fascinantes de Colombia.

Por Redacción Cromos

29 de diciembre de 2019

Corocora Camp funciona desde hace un año, en medio de una reserva natural de 9.000 hectáreas. / Foto: cortesía.

Corocora Camp funciona desde hace un año, en medio de una reserva natural de 9.000 hectáreas. / Foto: cortesía.

A los 15 años, Cristina Consuegra experimentó la sorprendente aventura de vivir en Sudáfrica con su familia. Allí pudo descubrir la magia de la vida salvaje, esa que muchos solo podemos intuir a través de los documentales de la National Geographic. Años después, con el bagaje que le dio recorrer lugares lejanos e insólitos, fundó, con su esposo, Galavanta, una agencia de turismo dirigida, principalmente, a un público extranjero ávido por conocer lugares únicos de nuestro país. 

En uno de sus viajes de exploración -en los que la pareja se embarca cada tanto para descubrir nuevos destinos para ofrecer a sus clientes- llegaron a los Llanos Orientales. Ante la inmensidad de la llanura, Viviana recordó sus días en el país africano y pensó que esta tierra de atardeceres incendiados y sabanas infinitas enamoraría por completo a los visitantes. 

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Corocora Camp funciona desde hace un año, en medio de una reserva natural de 9.000 hectáreas. Toma su nombre del corocora o ibis escarlata, un ave emblemática de la región que hipnotiza a los turistas con su color rojo brillante. 

El campamento consta de cuatro carpas para dormir, una carpa social, terrazas y grandes hamacas suspendidas en los árboles que regalan a cualquiera un aire de relajación inmejorable. Todo con comodidades, que no tienen nada que envidiarle a los hospedajes exclusivos de la capital. La diferencia es que, a unos cuantos pasos, la naturaleza, en gran parte salvaje e intacta, está lista para ser descubierta en toda su inmensidad.

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Fauna silvestre

Muchos comparan la aventura con la de un safari africano; sin embargo, es una experiencia completamente distinta y con su propia magia. No encontrará elefantes o jirafas, pero sí una fauna digna del segundo país más biodiverso del mundo. A caballo, a bordo de una 4x4 o, incluso, en una canoa y con la compañía de un guía local, podrá apreciar -mientras recorre los humedales, sabanas, ríos, palmerales y bosques- especies como los venados de cola blanca, capibaras, osos hormigueros, monos aulladores, caimanes, anacondas y, con algo de suerte, hasta pumas. 

Tierra de aves

El avistamiento de aves es una de las actividades más populares del campamento. En la reserva viven más de 200 especies que se pueden rastrear con la ayuda de un experto. Entre las más emblemáticas de la región están la garza coronada, el jabirú, los guacamayos, de vientre rojo, el búho de madriguera y, por supuesto, el ibis escarlata. 

Cultura local

Uno de los planes más auténticos que se ofrecen en Corocora Camp es pasar un día junto a los llaneros locales para aprender a cuidar el ganado, sentir el vínculo que existe entre los vaqueros y sus caballos, y animarse a probar suerte con el lazo. Además, se conocen sus tradiciones, como los cantos de vaquería, reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, o la mamona, plato típico que se disfruta en compañía del arpa y la guitarra de tres cuerdas, instrumentos que generan una atmósfera encantadora alrededor de una fogata. 

Turismo responsable

Uno de los grandes atractivos de Corocora es su enfoque ecológico. El campamento cuenta con un sistema con un sistema de paneles solares que brinda energía a todas las luces, baterías y electrodomésticos, y un sistema de purificación de agua que hace que sea apta para el consumo humano y, de esta manera, se minimice el uso de botellas plásticas. Además, los desechos orgánicos son convertidos en compost, que luego es utilizado en una huerta de hierbas y vegetales que proveen la cocina con insumos para la propuesta gastronómica que ofrece el lugar, inspirada en la comida llanera. 

Por otro lado, está una importante labor comunitaria: "Tenemos un proyecto de conservación. Nosotros creemos que el turismo de alta gama puede generar un impacto positivo en la región. Por eso hacemos proyectos de reforestación y de educación con las nuevas generaciones para la protección de la vida salvaje y para contribuir a la eliminación de la caza y el tráfico ilegal", explica Cristina. 

La mejor temporada 

Las estaciones en la región se dividen en secas y húmedas. La primera va de diciembre a marzo y cuenta con temperaturas más cálidas y brisas ligeras. Esta época es perfecta para ver migraciones de aves que buscan depósitos de agua en la región.

La estación húmeda se da entre abril y noviembre, con lluvias frecuentes. Sin embargo, esta no es una desventaja. Las lluvias inundan grandes secciones del llano y esto atrae a numerosos mamíferos. 

La época para visitar la zona depende de las preferencias de cada turista, pero hacerlo en abril y diciembre .cuando finaliza cada temporada- puede ser particularmente atractivo, ya que las condiciones climáticas son menos extremas y se disfruta lo mejor de ambas estaciones. 

¿Cómo llegar a Corocora? 

En avión, helicóptero o automóvil. La ciudad más cercana al campamento es Yopal, la capital del Casanare. Puede volar allá desde Bogotá y luego conducir dos horas. La mayor parte de la carretera está pavimentada. 

 

Por Redacción Cromos

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