Mitos del embarazo que por fin tenemos que aclarar

¿Es cierto que la forma de la barriga determina si es niño o niña? Una experta nos cuenta la verdad detrás de este y otros relatos que pasan de una generación a la otra como certezas absolutas.

Por Natalia Roldán Rueda

05 de julio de 2018

Getty

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—No había visto que estabas embarazada, ¡felicitaciones! –me dijo quien maneja la cafetería de mi oficina­–.

—Muchas gracias –le contesté con una sonrisa.

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—Y veo que es un niño –añadió, como si tuviera visión de rayos X.

­—Él es brujo –agregó un chismoso que se metió en la conversación y nos hizo reír a todos.

Dicen las abuelas o las tías o la sabiduría popular (es difícil encontrar la fuente primigenia de la teoría) que la forma de la barriga de una embarazada revela el sexo de esa personita que lleva adentro.

***

—¿Cómo se ha sentido? –me preguntó la encargada del aseo.

—Muy bien, nada de náuseas, es casi como si no estuviera embarazada –le contesté.

—Ah, eso es porque es un niño. ¡Yo con mis dos niñas sufrí! –me explicó confiada, sin una pizca de duda.

La idea de que las niñas producen mayor malestar se la oí a ella y a un par de amigas más. Esa teoría me alcanzaba a sonar coherente: de pronto las hormonas de la niña, unidas a las mías, generaban una sobredosis pesada para el cuerpo. Sin embargo, me rehusaba a creer del todo en ella porque daba para comentarios flojos y machistas con los que me topé más de una vez: “¡Ve! Desde chiquitas empiezan a joder”.

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Durante mis seis meses de embarazo me he encontrado con varias de estas certezas de la sabiduría popular que se proclaman como verdades absolutas. Las he oído de manera tan reiterada, que uno empieza a pensar que tal vez son ciertas. Por eso me reuní con Alexandra Casasbuenas, ginecobstetra especialista en medicina materno fetal, para que me ayudara a salir de dudas de una manera rápida y sencilla. Le pregunté sobre los mitos que más he oído yo, pero hay muchos más.

1. La forma de la barriga y las náuseas dan señales del sexo del bebé: falso

No hay ningún indicio científico que lo compruebe. En realidad, la forma de la barriga la determina la contextura del cuerpo de la mujer y la longitud de su caja torácica. La panza se verá más pronunciada, más alta o más caída de acuerdo con la altura de la mamá, su peso y el espacio que tiene entre las piernas y los hombros para darle espacio a otro cuerpo dentro de ella.

2. No deberíamos usar tintes de pelo: verdadero

Casi todo lo que toca nuestro cuerpo puede influir en el bebé, pero no siempre existen estudios que lo confirmen. En este caso, no obstante, sí los hay. El uso de tintes se ha asociado con más enfermedades en la sangre del bebé a lo largo de su vida. Esto quiere decir que, aunque muy probablemente el niño nazca sano, tiene una mayor probabilidad de sufrir de anemia o leucemia a medida que pasan los años, ya que en el vientre materno se va programando el genoma humano. Si la mujer se la pasa comiendo postres, para dar otro ejemplo, puede programarlo para que tenga problemas de hipoglicemia.

3. No deberíamos tomar café: falso

Se ha establecido que pueden tomar máximo cinco tazas al día, por lo tanto, si te hace falta un cafecito en las mañanas, puedes tomártelo tranquilamente. Solo una dosis que supera las cinco tazas diarias es lo suficientemente estimulante para afectar al bebé y producirle taquicardia o arritmias.

4. El bebé duerme durante el día y está despierto en la noche: falso

El bebé duerme casi todo el tiempo. Necesita ahorrar energía para desarrollarse rápida y adecuadamente. Hay breves periodos en los que está despierto, pero son muy cortos. Lo mismo ocurre cuando nace: básicamente se despierta para comer y luego vuelve a caer profundo. Abrir los ojos, oír el mundo y sentirlo es muy desgastante.

5. No deberíamos meternos a la piscina: falso

El inconveniente no es con las piscinas en sí mismas, sino con las aguas demasiado calientes, como las de un jacuzzi o las de las termales. Antes de que el embrión se vuelva feto, hacia la décima semana de embarazo, es muy sensible y el calor le puede producir defectos congénitos, tanto funcionales como bioquímicos o morfológicos. En esta medida, también deberíamos evitar saunas o turcos, especialmente en el primer trimestre.

6. Deberíamos evitar pasar por los detectores de metales: relativo

No hay estudios que confirmen que hacerlo pueda causar algún daño al feto; sin embargo, Casabuenas considera que evitarlo puede darles mayor tranquilidad a las mamás. De acuerdo con otros especialistas, hay que entender que los detectores de metales no funcionan como una radiografía y no producen radiación. En realidad, utilizan imanes que generan campos magnéticos de baja intensidad que ayudan a encontrar la presencia de objetos metálicos en el cuerpo de una persona. Según esta explicación, lo más probable es que no le generen ningún problema al bebé.

7. Ponerle Mozart al bebé hará que sea más inteligente: relativo

No hay investigaciones que prueben que esto es cierto, sin embargo, Casasbuenas invita a hacerlo, no para que el bebé se vuelva un genio en matemáticas, sino porque es una manifestación de afecto que no le hará daño, que le producirá bienestar y que ayudará a fortalecer el vínculo entre los padres y los hijos.

 

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Por Natalia Roldán Rueda

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