Nació en China, pero está radicada en Canadá
Una artista capaz de revolver el estómago. El efecto de su maquillaje en brazos, piernas y cara parecen sacados de una novela de Stephen King. Estoy hablando de la artista canadiense Mimi Choi, cuya cuenta ya cosecha más de un millón de seguidores. Bien ganados los tiene.
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¿Quién se ha preguntado cómo luciríamos los humanos si prescindiéramos de nuestra piel? Choi lo responde. También es capaz de fusionar una extremidad con la textura de frutas. Ha recreado sandías, manzanas, bananos y hasta cactus.
Uno de los secretos de su trabajo está en la combinación perfecta de maquillaje, sombras y diferentes pinturas. Las largas horas dedicadas a un miembro del cuerpo concluyen con resultados sorprendentes, que dejan poco a la imaginación y evocan lo mejor de los efectos especiales.
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Antes de dedicarse a lo que más le gusta hacer, Choi fue profesora de escuela. Los tres años en las aulas por poco laceran su creatividad. “Cuando era maestra de preescolar, pintaba diseños en mis uñas por la noche. Era una forma de expresar mi creatividad. Nunca me lo tomé demasiado en serio. Me parecía un pasatiempo. Mi madre lo notó y se dio cuenta de que no era completamente feliz en ese oficio. Por eso me sugirió que me inscribiera en la escuela de belleza y maquillaje. Desde entonces, gracias al apoyo de mi familia, me dedico a esto”, afirmó en una entrevista a Verne.
Inspirada por las vanguardias del siglo pasado, especialmente por la propuesta de Salvador Dalí, Choi procura superponer capas en los rasgos que quiere destacar. Sus modelos lo demuestran.
