A veces creemos que por contar con una tecnología tan avanzada los trucos que nos enseñaron nuestras abuelas ya están mandados a recoger, sin embargo, en términos de belleza, específicamente hablando del pelo, hay unos que podemos usar en nuestra rutina que pueden generar un impacto positivo, estamos hablando de aquel que reza que el último enjuague al lavar la melena se debe hacer con agua fría.
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Por ejemplo, en las peluquerías, cuando te están lavando el cabello, para el último aclarado usualmente preguntan que si lo quieres con agua fría. Esto tiene un motivo: “Las cutículas se abren como escamas de pez, sobre todo cuando la fibra capilar está muy dañada. Y precisamente el agua fría las sella y hace que queden más alienadas y se tenga ese brillo espejo del que tanto hablamos”, explica la estilista María Baras.
Asimismo, el dermatólogo Carlos Morales Raya dice que va más allá de la fibra capilar, porque el frío no solamente cierra las cutículas, también los poros en el cuero cabelludo, entonces “ayuda a mantener el brillo y la hidratación en la fibra capilar. Por el contrario, el agua tibia seca el cuero cabelludo y crea encrespamiento”, argumenta el experto.
Esto quiere decir que, así como el agua fría tiene un efecto tonificante y activa la circulación sanguínea en la piel y todo el cuerpo, estos beneficios también se traducen al cuero cabelludo, mejoran el riego sanguíneo y oxigenan la piel de la cabeza.
Más beneficios del agua fría en el pelo
Si bien no es tan fácil aguantar más de 30 o 60 segundos el agua fría, sobre todo cuando vives en ciudades con invierno o de clima frío permanente, es cierto que cuando adoptas este hábito logras una ducha energizante que no solamente deja ventajas en el cabello, dejándolo más brillante y despegado del cuerpo cabelludo, también en el cuerpo y la mente. Este efecto revitalizante y activador de energía está científicamente comprobado.
La nueva generación: los tratamientos de tecnología lamelar
Existes diversos factores por los que el pelo pierde brillo, algunos intrínsecos como el paso del tiempo y el envejecimiento capilar, o sea, a medida que nos vamos haciendo mayores la textura del pelo cambia, o extrínsecos como el uso de herramientas de calor, como el secador o la plancha, procesos químicos como las tinturas o también la contaminación.
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Ante estas amenazas, es primordial el uso del acondicionador porque ayuda a cerrar la cutícula y ayudan a dejar la cabellera brillante, pero hay una nueva generación de estos productos en textura líquida, a estos se le conocen como tratamientos con tecnología lamelar, cuyo principal objetivo es iluminar.
También son llamados aguas acondicionadoras, tienen un aspecto transparente y de textura ligera, dan un efecto bastante brillante sin darle peso al cabello. También cuentan con una tecnología que trabaja solo donde el pelo lo necesita y su efecto es inmediato.