Tener una buena vida sexual es clave para el bienestar físico y emocional. La comunicación en pareja es fundamental para expresar deseos y límites, fortaleciendo la confianza y la intimidad.
Mantener una alimentación saludable, hacer ejercicio y reducir el estrés también favorecen el rendimiento sexual. Además, explorar nuevas experiencias y romper la rutina ayuda a mantener la pasión.
Sigue a Cromos en WhatsAppSi hay dificultades, acudir a un especialista en salud sexual puede ser útil. Disfrutar de una vida sexual plena mejora la autoestima y fortalece las relaciones afectivas.

Recuerda que conocerse a sí mismo es fundamental para tener una vida sexual plena.
Además de lo anterior, el distinguido profesor de estudios sexuales, el Dr. William Yarber, ha explicado que con una simple pregunta este aspecto puede cambiar en la vida de una persona.
¿Cómo mejorar la sexualidad en pareja?
Yarber ha publicado un libro de texto titulado Psicología sexual: diversidad en el mundo contemporáneo.
Lee también: Punto U: ¿Cómo estimularlo y dónde queda?
Este libro se ha convertido en un recurso ampliamente utilizado en la educación superior, ya que se enseña en más de 300 universidades y colegios.
En una entrevista concedida a CNN, el Dr. Yarber compartió una idea fundamental de su libro: “La base de una relación sexual saludable y satisfactoria radica en el contacto mutuo y placentero entre las personas involucradas”.
Allí, el experto en psicología sexual nos recuerda que no es necesario recurrir a prácticas elaboradas o complicadas para disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria. En realidad, la clave reside en la comunicación abierta y sincera con la pareja.
Yarber sugiere que una simple conversación puede marcar la diferencia. Preguntas directas como “¿Cómo te gusta que te toquen?” o “Así es como me gusta que me toquen” son fundamentales para establecer una conexión íntima y placentera.
Puedes leer: ¿Por qué no puedo tener un orgasmo? Esto dicen los expertos
En esencia, el Dr. William nos invita a reconocer nuestra humanidad y a abandonar la idea de que la experiencia sexual es un misterio que debemos resolver como si fuéramos una inteligencia artificial.
En lugar de ello, nos anima a comunicarnos abiertamente sobre nuestros deseos y preferencias. Al fin y al cabo, somos personas con emociones y sensaciones que pueden ser compartidas y exploradas en conjunto.
