Kate Moss saltó a la fama cuando cuando en 1992 Calvin Klein la seleccionó como modelo de su línea de perfumes.
La que sería la nueva vocación de Kate Moss quedó al descubierto luego de que Daniel Casone, un popular tatuador en Londres y buen amigo de la modelo, revelará que Moss le ha pedido clases particulares e incluso fue su primer cliente para un diseño de tinta en su brazo.
“Me dijo que quería que le enseñara a hacer tatuajes para que pudiéramos ir juntos al festival de Glastonbury y tatuar a los asistentes. Me llamó para que me reuniera con ella y le hiciera un tatuaje, y al final fue ella quien acabó haciéndome uno a mí”, dijo al periódico al Sunday Mirror.
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Casone destacó el interés de Kate en tatuar de manera profesional, aunque también reconoció que le falta un largo camino. “Cuando se ponen manos a la obra, empiezan a temblar. Están fuera de su zona de confort y se trata de una experiencia increíble para ellos”, aseguró, hablando del proceso de los aprendices en este arte.
El tatuador también aprovechó para bromear con el nuevo propósito de su amiga, que pese a su inexperiencia sigue siendo una celebridad. “En realidad no estaba preparada para usar la pistola con la aguja, pero se trata de Kate Moss, así que le dejé hacer lo que quisiera”.
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