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El 30 de abril de 1985 Antonio Tomate Agudelo le dio a Colombia la primera victoria de etapa en una Vuelta a España. Desde entonces, los escarabajos han logrado 33 triunfos parciales, conquistado dos títulos (en 1987 con Luis Herrera y en 2016 con Nairo Quintana) y cinco veces más han terminado en el podio.
(Cuando “Perico” Delgado descontó más de seis minutos y se hizo campeón de la Vuelta a España)
Hoy, con la presencia de ocho pedalistas colombianos, comienza la edición 75 de la ronda ibérica bajo la amenaza del COVID-19 y las dificultades que pueda generar el clima, pues se correrá en una época del año poco habitual, en la que el frío, la lluvia y la nieve comienzan a tomarse Europa.
Será, sin duda, una carrera atípica. Y comenzará en Irún, una población del País Vasco, sin un claro favorito.
El campeón defensor, el esloveno Primoz Roglic, es un firme aspirante a revalidar el título, pero habrá que ver en qué condiciones llega y cómo está de reservas físicas, tras la exigencia del Tour de Francia, en el que perdió la corona en el penúltimo día con su compatriota Tadej Pogacar y tuvo que resignarse con el segundo cajón del podio en París.
La pandemia que obligó a trastocar el calendario ciclístico desplazando dos meses a la Vuelta de sus fechas habituales, también la ha amputado de sus tres primeras etapas, previstas inicialmente en Holanda.
Sin haber comenzado la competencia el nuevo coronavirus ya causó dos bajas en los equipos Bahrain y Sunweb, aunque ninguno de los afectados es ciclista, según la organización de la prueba, que ha cumplido con un estricto protocolo.
Burbujas sanitarias para los ciclistas, que prácticamente irán del hotel a la ruta y viceversa, pruebas de COVID-19 y muchas restricciones al público, que no podrá acudir a ninguna de las muchas llegadas en alto.
Entre las 18 etapas antes de llegar el 8 de noviembre a Madrid habrá metas en míticos puertos montañosos, como el Angliru en Asturias o el Tourmalet, en Francia, a los que los ciclistas miran con un ojo puesto en la meteorología.
En el Tourmalet la nieve ya ha hecho acto de presencia, aumentando las dudas sobre el desarrollo de la última gran carrera de tres semanas de esta temporada, que podría sufrir modificaciones o recortes considerables en algunas de sus jornadas.
Entre los favoritos, además de Roglic, está su compañero Tom Dumoulin, respaldado por el poderoso equipo Jumbo y dos de sus más fieles y rendidores gregarios, Sepp Kuss y George Bennett.
En el Ineos, el ecuatoriano Richard Carapaz, ganador del Giro de Italia de 2019, será el jefe de filas, apoyado por el británico Chris Froome, que disputa su última carrera con la camiseta del equipo británico. Junto a ellos estarán los colombianos Brandon Rivera e Iván Ramiro Sosa, cuya libertad de acción dependerá del rendimiento de sus jefes de filas. Otro aspirante es el español Enric Mas, quien tiene el soporte del veterano Alejandro Valverde.
Algo de protagonismo se espera también de Esteban Chaves, del Mitchelton-Scott, quien poco a poco recupera la forma de años anteriores, además de Daniel Felipe Martínez, el pedalista del Education First, ganador del Criterium dú Dauphiné y el Tour Colombia, además de vencedor de una etapa en el Tour de Francia. Sergio Luis Henao, el hombre de UAE, tendrá la misión de darle protagonismo a su escuadra y demostrar que puede pelear un Top 10.
Con la idea de ayudar a sus escuadras y ganar experiencia estarán también Juan Felipe Osorio (Burgos), Santiago Buitrago (Barhain) y Jhojan García (Caja Rural).
La primera semana de esta edición se cruzará con la última del Giro, una situación atípica como consecuencia de la emergencia sanitaria mundial.
Con un recorrido muy montañoso, la Vuelta dejará pocas oportunidades para el lucimiento de los velocistas. De hecho, comenzará con una etapa de 173 kilómetros que incluye tres altos de tercera categoría y uno de primera, precisamente en la meta en Arrate. La batalla y las diferencias se verán de entrada.
En los próximos días llegarán los finales en el alto de la Laguna Negra, el Tourmalet, el inédito puerto de Moncalvillo y el Angliru, para poner a prueba al pelotón, cuyo principal temor es la reacción a las bajas temperaturas que se pronostican para esas jornadas.
Sin la misma expectativa que generó el Tour, pero con más ilusiones que en el Giro, la Vuelta a España cerrará una temporada agridulce para Colombia en las tres grandes. En Francia hubo protagonismo y se ganaron dos etapas, pero no se cumplió el objetivo principal, que era llegar al podio. En Italia ni siquiera se ha podido conseguir un triunfo parcial y será muy complicado lograrlo.