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Egan Bernal asombró al mundo incluso al recibir su trofeo como campeón del Tour de Francia 2019. En ese instante, en el que los ojos de millones de personas veían al primer latinoamericano y colombiano en ganar la carrera por etapas más importante del mundo, en una fracción de segundo, Egan, con una mano ocupada por los ramos, el león y hasta la camiseta blanca como el mejor joven, y con la otra con el micrófono, se acordó de ese digno acto de ser agradecido. Dijo gracias en cuatro idiomas: inglés, francés, español e italiano.
Este último tiene razón de ser y un hombre en específico: Gianni Savio, un italiano enamorado del ciclismo colombiano. Por sus manos pasaron, en los años 90, Freddy González y Nelson Cacaíto Rodríguez, y en los últimos años fue quien llevó a Europa a Egan Bernal, además de Iván Ramiro Sosa, hoy también en el Team Ineos, y a Miguel Flórez y Daniel Muñoz. Eso sí, ninguno le ha dado mayor rédito y nombre a su trabajo como el reciente campeón del Tour. Gracias a Egan, su equipo, el Androni Giocattoli, se salvó en la parte económica, pero la vida cambia y hoy el agradecido es Bernal, quien el mismo día que iba a dar su paseo triunfal por los Campos Elíseos de París se acordó de ese hombre canoso que creyó en él. Hoy, Gianni asegura que ese gesto es el que más lo ha conmovido en su vida. (Lea: El hermanito de Egan Bernal sigue sus pasos)
¿Cuándo supo que Egan era un fuera de serie?
El examen más importante que uno puede hacerle a un ciclista es el VO2 max, el cual le mide a un corredor la capacidad de transportar oxígeno en la sangre. Las pruebas se hicieron en el laboratorio de la Unión Ciclística Internacional en Suiza y de verdad que sus resultados fueron excelentes. Después, cuando volvimos a Italia, yo le puse como entrenador a Michele Bartoli y él fue quien me reconfirmó lo que era Egan. Bartoli me dijo: ‘Este muchacho tiene cualidades de un fuera de serie’.
¿Qué hizo que Egan, además de esos buenos números, alcanzara el nivel que hoy tiene?
La capacidad mental. Desde el primer día que lo conocí me di cuenta de sus cualidades y de su mentalidad. Tenía una madurez única a los 19 años. Fue y es capaz de correr con y contra ciclistas con muchos más años que él y no se le nota.
¿Esa madurez la vio en la primera carrera?
Sí. Su primera competencia fue el Tour del Mediterráneo en Francia. Y desde los primeros kilómetros fue líder. Tenía esa fuerza y ese entusiasmo de un corredor joven, pero desde ahí cuenta con una capacidad, que te aseguro que pocos tienen, de saber administrar sus fuerzas. Un ciclista en competencia tiene que ser capaz de alimentarse, de saber cuándo debe comer bajo esfuerzo y hasta saber descansar en la misma carrera.
¿Cuándo comenzó a ser líder?
A sus veinte años le empecé a dar toda la estructura necesaria para que él se realizara como ciclista. Llegó a comandar grupos con pedalistas diez o hasta quince años mayores que él. Y no solo por su talento, sino por su carisma, se llegó a ganar la confianza de los otros. Algo similar a lo que despiertan Chris Froome o Geraint Thomas en sus compañeros. Hasta para eso también tiene talento Egan.
¿Cómo se dio toda la llegada al Team Sky, ahora Ineos?
Hay competencias que no pertenecen al World Tour, máxima categoría del ciclismo, en las que los cazatalentos siempre preguntan por cuál es el mejor corredor que tienes. Quiero aclarar que Paolo Alberati no es quien lo lleva al Sky. Meses antes, Egan firmó con Giuseppe Acquadro y él es el mánager con quien sir Dave Brailsford arregla. Había otros equipos del World Tour interesados por él. Cuando me preguntó yo le dije que qué tanto quería ganar en su vida profesional. Y él me contestó: “Gianni, te agradezco mucho, tú me buscaste cuando yo era un desconocido, pero mi deseo es ir al mejor equipo del mundo”.
Siempre ha estado muy enfocado en lo que quiere, ¿no?
Él es un joven que sabe lo quiere, porque sabe muy bien lo que tiene y hasta dónde puede ir. Yo estoy convencido de que, desde el viernes pasado, que se puso la camiseta amarilla, comenzó la era de Egan Bernal. Así como el pasado del ciclismo estuvo marcado por Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Induraín, el futuro será de él. Verlo hablar en cuatro idiomas, en el momento más importante de su carrera, y que mencionara que tan solo es su primer Tour de Francia te dice hasta dónde estará soñando.
¿Cuando Egan habló en su idioma qué lo hizo pensar?
En ese momento me acordé de la primera carrera por etapas que él hizo en Italia. Era la Coppa Bartali, esa fue su primera competencia de una semana. Egan ganó la clasificación de los jóvenes y recuerdo que en la última etapa lo acompañé al podio para ponerse la camiseta blanca y le dije que era la primera de muchas de las que iba a ganar. Ahí le dije que algún día iba a tener la amarilla del Tour de Francia. Él en su madurez no se asustó, me agradeció, como lo hace siempre y me dijo que ojalá fuese así. Verlo el domingo en París y hablando en italiano fue para mí bellísimo, fue una muestra única de agradecimiento.
Yo le agradecí sus palabras. Ese mismo día, muy en la mañana, él me escribió. Cuando vi el celular encontré un mensaje que me conmovió mucho. Decía: “Muchas gracias Gianni, me diste la primera oportunidad y ahora estoy acá como campeón del Tour de Francia y también es gracias a ti”. Eso es solo la muestra de un hombre con una gran sensibilidad. Que alguien como él, el gran campeón, en su día más importante se acuerde de mí y de los que lo han ayudado ha sido la emoción más grande de mi vida. (Lea también: El Tour de Francia, el nobel de Egan)
Andrés Montes- @amontes023
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