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Con el campo de batalla todavía humeante por el choque de la Joux Plane, el pelotón del Tour de Francia afrontará el segundo asalto alpino, en el que los candidatos a la general pondrán al límite sus organismos antes de la segunda jornada de reposo.
Los 179 kilómetros entre Les Gets y Saint-Gervais ofrecen espacios suficientes para intercambiar los sables con estrategias diferentes, dos primeras y una tercera antes de encadenar dos colosos, la cota de Amenads, corta pero con pendientes del 17 % y casi sin solución de continuidad el ascenso al Bettex, donde se sitúa la meta.
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Sus 7 kilómetros al 7,7 % de pendiente media no son un terreno para grandes diferencias entre los candidatos a la general, pero el Tour habrá recorrido ya dos tercios y el desgaste puede ser decisivo a la hora de afrontar la etapa.
Sobre todo porque aquellos que encuentren su mejor estado de forma no tendrán ninguna excusa para no forzar la maquinaria en vísperas del primer reposo y porque las estrategias de los equipos pueden provocar grandes escaramuzas.
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Tras una primera parte abrupta, el pelotón afrontará el ascenso al Forclaz de Montmin, 7,2 kilómetros al 7,3 %, y la Croix Fry, 11,3 kilómetros al 7 %, ambos de primera categoría, colocados ahí para desgastar las fuerzas, al igual que el col des Aravis, de tercera.
La traca final comienza a en Domarcy, cuando se afronta la cota de Amerands combinada a la subida a Saint-Gervais, la traca final de la etapa.Tras la jornada de descanso, se afrontará la crono de 22,4 kilómetros en subida, antes de la última jornada alpina con la difícil subida al col de la Loze el miércoles.
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