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Tras 19 etapas y casi 3.500 kilómetros en las piernas, la contrarreloj crucial del Tour de Francia, la que definirá las cosas más importantes en la clasificación general, dependerá tanto de la capacidad de los especialistas para adaptarse al terreno como las reservas con las que llegan a las últimas jornadas. Los 36,2 kilómetros entre Lure y La Planche des Belles Filles no son una crono clásica. Sus últimos seis kilómetros son en ascenso a un alto que en menos de una década se ha convertido en uno de los mitos de la ronda gala.
Sus rampas, con una pendiente media del 8,5 %, pondrán a prueba más las escazas fuerzas de los corredores que sus capacidades de pelear contra el reloj. La mayor parte del recorrido (30 kilómetros) serán llanos. Se trata de un ejercicio poco habitual para los integrantes del pelotón, lo que introduce un factor extra de incertidumbre, junto a la respuesta de los cuerpos, ya puestos al límite durante tres semanas.
A diferencia de las ediciones anteriores, se trata de una pelea sin referencias, aparte de las propias, lo que puede provocar desfallecimientos en aquellos ciclistas que no sepan dosificar el esfuerzo y pongan su cuerpo al límite. Será el punto culminante de una jornada cuya primera parte es muy técnica antes de ascender el col de la Chevestraye, que no es puntuable.
Nada más entrar en el municipio de Plancher les Mines comienza la ascensión de terribles rampas, del 20 % en el tramo final, donde solos frente al asfalto deberán ir a buscar la victoria de etapa y la mejor posición posible en la general. Tras ese infierno, ya solo restará el paseo triunfal del ganador por los Campos Elíseos de París, para celebrar al campeón.
En el podio de la capital francesa quiere estar el colombiano Miguel Ángel López, jefe de filas del equipo kazajo Astana, quien es tercero en la general, con un minuto y 39 segundos de ventaja sobre el australiano Richie Porte (Trek-Segafredo). Supermán ya fue tercero en el Giro de Italia y la Vuelta a España del año 2018.
Con sus habilidades en los terrenos empinados tiene con qué defender su posición en La Planche des Belles Filles, el puerto de primera categoría en el que se definirá la carrera más importante del mundo, que tiene como líder al esloveno Primoz Roglic, del Jumbo-Visma, la escuadra que ha marcado el ritmo en la presente edición.