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El América de Cali se quedó con el último clásico vallecaucano tras vencer 2-1 al Deportivo Cali en el Pascual Guerrero, con goles de Rodrigo Holgado y Esneyder Mena. La victoria, además de celebrarse por el marcador, tuvo un impulso clave fuera del libreto: la voz de mando de Juan Fernando Quintero.
El capitán escarlata no solo brilló dentro del campo, también fue decisivo en la previa. Quintero asumió su rol de líder con una arenga que tocó fibras y apeló al orgullo del grupo, poniendo sobre la mesa la situación delicada de su rival.
“Cabeza fría, corazón caliente muchachos, los clásicos no se juegan, se ganan. Tenemos la oportunidad de pisarles la cabeza. No pueden tener más ganas que nosotros, les deben dos meses, que vengan a nuestro campo y nos respeten”, expresó el 10 del América, según se conoció después del partido.
La arenga fue directa, encendida, y con un mensaje claro: salir a ganar. También tuvo palabras para los que iniciaban en el banco: “Los suplentes, preparados, cualquiera puede definir el partido. Es un equipo de todos”. Una frase que mostró compromiso colectivo y confianza en todo el grupo.
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El mensaje caló. América jugó con intensidad, fue superior en los momentos clave y celebró el clásico número 360 en su historia, sumando tres puntos vitales en su lucha por entrar al grupo de los ocho.
De acuerdo a diferentes reportes de periodistas de la capital vallecaucana, Deportivo Cali estaría debiendo varias quincenas a sus jugadores; no obstante, la dirigencia estaría cumpliendo con sus responsabilidades económicas en los próximos días.
América respondió en la cancha. Jugó con intensidad, fue superior, y se llevó tres puntos vitales en su carrera por meterse entre los ocho mejores. Pero el eco del clásico no se apagó con el pitazo final.
Clásico picante: Juan Sebastián Quintero contestó en redes sociales
Horas después del partido, el capitán del Deportivo Cali, Juan Sebastián Quintero, lanzó un mensaje en redes que encendió aún más la rivalidad. “El diablito gana pequeñas batallas, pero al final la guerra siempre la gana El Todopoderoso. Gracias Dios porque mi equipo del alma no tocó ni tocará jamás la B”, escribió.
Mientras América celebra una victoria que refuerza su confianza, el cruce entre capitanes refleja que este clásico, dentro y fuera del campo, se juega con el orgullo a flor de piel.
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