Fabio Burbano, el futbolista que jugaba con bolsas de arroz

El atacante cardenal, goleador cardenal en el clásico contra Millonarios, buscará contribuir para que el equipo que dirige Gerardo Bedoya consiga su primer triunfo en el campeonato colombiano.

Sebastián Arenas
04 de abril de 2019 - 03:00 a. m.
Burbano, de 26 años, venció a Faríñez en el clásico de hace una semana. / Mauricio Alvarado
Burbano, de 26 años, venció a Faríñez en el clásico de hace una semana. / Mauricio Alvarado

Los granos de arena saltaban por el aire. ¿El motivo? El niño Fabio Burbano corría por las playas de Tumaco (Nariño) persiguiendo unas bolsas de arroz rellenas de caucho con las que jugaba fútbol junto con sus amigos. En esos momentos de seriedad -porque era muy importante ganar mientras se divertía- él era feliz. También lo era en el riguroso camino que debía recorrer con sus compañeros de colegio para llegar a esos terrenos al borde del mar. (Luego de su trabajo con psicólogos, Johan Arango vuelve a una convocatoria de Santa Fe)

Don Remberto Burbano tiraba la red, atrapaba cientos de peces, los vendía para tener dinero con qué hacer feliz a su pequeño futbolero. En casa lo esperaba Doris Castillo, una madre que confiaba en que su hijo Fabio se encontraba en un aula prestando atención. De hecho, él lo estaba, por unas horas. Posteriormente, se escapaba del colegio y se dirigía con sus cómplices al río Mira, el cual debían atravesar para cumplir su deseo de arribar al litoral Pacífico, donde personificaba a un jugador profesional, con gambetas y goles.

“Era muy lindo porque teníamos que nadar o atravesar el río en balsa para llegar al otro lado y poder hacer lo que nos gustaba”, reconoce en diálogo con El Espectador el sonriente Fáider Fabio Burbano Castillo, el que después de patear descalzo balones improvisados ingresó a una humilde escuela de fútbol de Tumaco, con la que jugó unos partidos en Medellín y fue visto por Gustavo Upegui, un polémico directivo que fue asesinado por tener nexos con el narcotráfico. Él fue quien lo llevó al Envigado en 2004. (Felipe Jaramillo, el jugador de Millonarios que escapó de las balas)

En 2009 se convirtió en futbolista profesional en el cuadro naranja, en el que compartió con Juan Fernando Quintero. Sus sentimientos fueron colmados por los recuerdos y su instrumento de felicidad comenzó a ser una pelota real. En un compromiso contra Boyacá Chicó fue alineado por Jesús Kiko Barrios gracias a la norma que obligaba a los equipos a poner en cancha a un juvenil. “Jugué unos minuticos, pero fui feliz”. La rapidez de Fabio Burbano se trasladó al Deportivo Independiente Medellín en 2015. Allí fue entrenado por Leonel Álvarez y salió campeón de la primera Liga en 2016. “Es un estratega muy exigente y obsesionado por ganar. Me pedía mucho que encarara. Fue algo lindo ser dirigido por un grande del fútbol como lo es él”. Luego, el gambeteador tumaqueño pasó por Atlético Bucaramanga y Rionegro Águilas antes de irse al balompié del exterior.

“Jugar en Rampla Juniors de Uruguay fue una experiencia muy linda, porque no es un equipo grande como Santa Fe. Es un club en el que te enseñan a valorar más las cosas, a saber que tienes que aprovechar las oportunidades de la vida y no dejarlas pasar”, dice el jugador de 26 años, que se sorprende con las cosas que hace su hijo Emanuel, de un año, con el balón. “Le inculco el fútbol porque es algo que llevo en la sangre. Es increíble lo que ya hace con la pelota. Quería que fuera zurdo, y lo es. Su pasión se desborda cuando va al estadio a verme y quiere meterse en la cancha”. (Juan Sebastián Pedroza, un jugador con ADN cardenal)

Fabio, encarando por la banda izquierda como lo ha puesto Gerardo Bedoya, busca que Emanuel observe triunfos cardenales, esos que en la presente Liga no han aparecido pese a que él es de los pocos que ha tenido buen rendimiento individual. “Hemos venido asimilando lo que el técnico enseña. Le gusta que apretemos arriba y jugar con el balón. Intentamos realizar todo eso de la mejor manera para que la situación empiece a cambiar”.

Este jueves, contra Jaguares (6:00 p.m., por Win Sports), Burbano aspira a convertir su segundo gol en la Liga. El primero fue en el clásico de hace una semana contra Millonarios. En El Campín anhela apropiarse de una felicidad semejante a la que sentía cuando jugaba en la orilla del océano Pacífico.

@SebasArenas10

Por Sebastián Arenas

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