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Dura entrevista concedió Jair Palacios para el Gol Caracol. El que fue campeón con Millonarios en 2017 habló sobre los problemas que ha tenido desde adolescente con las drogas, un asunto que lo llevó en dos ocasiones a estar al borde de la muerte.
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“Desde antes del fútbol, incluso desde muy chiquito, a los 14 o 15 años más o menos. Ahí fueron mis inicios, ya que vengo de un barrio muy humilde de Cali, exactamente del barrio Andrés Sanín. Jugaba en una escuela, llamada Cali Sanín, el Deportivo Cali me reclutó y a los 16 años firmé mi primer contrato como profesional. Desde pequeño ya me habían visto el talento para jugar al fútbol y desde esa edad no solo empezó lo del fútbol, sino también lo del tema de la cocaína, que esa fue una de las pruebas de impacto que hizo mucho daño en mi vida. Deportivo Cali me ayudó mucho, me metieron dos veces a un centro de rehabilitación, pero me escapaba, hasta que ellos dijeron que no más. En ese momento, me voy para Panamá, pero allá fue peor. Ahora, en Panamá me rajé la rodilla, ya que caí en un filo, y por cuestiones de la vida dije que no iba a jugar nunca más, me aburrí, me devolví para Colombia, y ahí fue cuando caí en Bogotá”, contó Palacios sobre su historia con las drogas.
De Jair Palacios se sabía poco hasta hoy. Luego del título con Millonarios en 2017, club en el que estuvo hasta 2019, pasó a Bucaramanga, equipo en el que estuvo solo en 2020, año en el que salió la noticia de su caída de un cuarto piso. “Cuando salí del Bucaramanga, yo iba para el Tolima, pero salí de Bucaramanga, me fui a Cali, a los dos días tenía que presentarme en el Tolima, pero fue cuando me lancé de un cuarto piso. Me levanté en una clínica, le digo a mi esposa que qué hago ahí y ella me dice me había lanzado de un cuarto piso y no lo podía creer. Fue tanta la droga que tenía en mi sangre y cuerpo, que ni me acordaba qué había hecho, no era consciente de nada. Las personas con las que estaba en ese momento, me dijeron que yo había empezado a actuar raro y me tiré, pensando que ellas me iban a hacer daño, estaba en un trance de pánico y me lancé. No sé cómo estoy vivo, porque yo caí en pavimento. Cuando me levanto de la clínica, el hueso de la cadera estaba hacia arriba, casi que se sale de la piel. En ese momento, me vi y dije: ¿Qué hice con mi vida?”.
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De los azules y los leopardos también habló Palacios: “De la gente de Millonarios no tengo nada malo que decir porque se pararon en la parte humana mía y me quisieron siempre ayudar. Lo mismo pasó con los del Atlético Bucaramanga”.
En la entrevista al Gol Caracol habló de Hernando Parra, que lo ayudó hace años en Bogotá; de Miguel Ángel Russo, Jorge Luis Pinto, David Mackalister Silva, Harold Santiago Mosquera, Catalina Chica, Willy Rodríguez. Personas que hicieron parte de su paso por Millonarios y Bucaramanga, que según él siempre lo alentaron a salir de su problema con las drogas y que lo acogieron en varias oportunidades.
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Sobre su proceso de rehabilitación, Palacios agradece mucho a su esposa y a su familia por la paciencia y el apoyo que le dieron estos años en los que no solo reincidió en el consumo de todo tipo de drogas, sino que hubo momentos difíciles como la vez que se lanzó del cuarto piso y otra más en la que quiso lanzarse a varios carros.
“Después de lanzarme del cuarto piso, tuve otra caída, que esa no la sabe nadie. Ya me había recuperado, tras seis meses, ya podía andar bien, común y corriente, caminando normal y fue cuando llegó otro tropiezo. Estaba cumpliendo años, en la fiesta de Jair Palacios, me enfiesté, ese día estuve bajo el efecto de muchas drogas, con sentimientos encontrados ya que no estaba jugando fútbol y al amanecer la gente me dice que yo me le estaba tirando a los carros. Mi esposa estaba llorando, no sé qué locura hice. En la actualidad, ya llevo una vida tranquila, me pongo a ver Netflix y la verdad no entiendo en qué estaba pensando. De hecho, a veces me pregunto a Dios que por qué me tiene vivo, no lo entiendo, debe ser por algo. La mayoría de mis amigos ya están muertos, los han matado. Si no fuera por el fútbol, no sé dónde estaría o ni estaría”.
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