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Han pasado 20 años, ocho meses y 15 días desde el único triunfo de Colombia en Venezuela por eliminatoria. El 15 de diciembre de 1996, en el camino al Mundial de Francia 98, el entonces equipo dirigido por Hernán Darío Gómez superó 2-0 al comandado por el barranquillero Eduardo Borrero, un colombiano que se fue a vivir al país vecino cuando tenía dos años y que lo único que conservó de estas tierras fue la cédula, pues las costumbres y el hablado eran de un venezolano más.
Ese sábado llegaron 23 mil espectadores al estadio de Pueblo Nuevo de la capital del estado de Táchira para un partido aburrido, con ventajas en ambos lados y que terminó a favor de la selección cafetera. “ Más cerca de París. Una victoria sosegada consiguió la selección de Colombia en la séptima fecha de la eliminatoria”, reseñó El Espectador al dia siguiente, luego de que el conjunto nacional llegara a 26 unidades y asegurara, en gran medida, su tiquete a Francia.
El cabezazo certero de Bermúdez cuando apenas el juego comenzaba, la perfecta definición de Valenciano tras el pase de Fredy Rincón, lo más destacado de un encuentro en el que la organización falló al igual que su selección, pues después de los 90 minutos la carpa donde se realizaría la rueda de prensa posterior no contó con micrófonos ni altoparlantes. “Venezuela no solo perdió en el partido; perdió en todo”, decía este diario a través de su enviado especial.
Curiosamente, el portero de los locales ese día fue Rafael Dudamel, el hoy DT de la Vinotinto. Con 23 años ya daba muestras de liderazgo, hablaba fuerte desde el área y gritaban sin reproches cuando se sentía desprotegido por su zaga. “Ganaron con justicia”, dijo luego de la derrota.
Mondragón, Cabrera, Bermúdez, López, Moreno, Lozano, Serna, Rincón, Valderrama, Valenciano y De Ávila, los once inicialistas que lograron el único triunfo de Colombia en territorio venezolano, una época, un momento y una hazaña que intentarán repetir José Néstor Pékerman y sus dirigidos. La situación es casi la misma: hay, como hubo en su momento, un pie en el Mundial.