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El fútbol colombiano parece estar dominado por los mismos. Hasta el momento, Juan Fernando y Yimmi Chará se han destacado en la mayoría de las diez fechas de la Liga Águila-II. Su talento ha quedado plasmado en la cancha. Son los jugadores diferentes de nuestro balompié y se turnan el protagonismo jornada tras jornada. Esta vez, le tocó, nuevamente, al 10 de Independiente Medellín.
Quintero es el amo y señor del poderoso de la montaña. Cada que Medellín lo necesita él aparece. Tal como lo hizo en el clásico antioqueño ante Nacional. Basta con ver la jugada del gol para darse cuenta de esto. El 10 le puso un pase magistral al lateral Jonathan Lopera y fue a buscar el centro al área. Allí recibió la devolución de su compañero y con un remate fuerte vulneró el arco defendido por Franco Armani.
El capitán de Independiente Medellín festejó su cuarta anotación en lo que va del torneo y volvió a demostrar que está dentro de los mejores jugadores del fútbol colombiano. Juan Fernando Quintero fue la figura y el jugador diferente de la décima fecha. Muchos le ganarán corriendo, pero pocos pensando. La velocidad mental del 10 es su carta de presentación.
Ante Nacional manejó los hilos del partido, le dio pausa a su equipo, generó opciones de peligro con sus pases entre líneas, anotó el único gol del encuentro y cuando se necesitó de su sacrificio respondió. Pues debió jugar lesionado los últimos minutos al haber agotado Medellín todas sus sustituciones.
En tiempos de eliminatorias, muchos pensaban que iban a ver el nombre de Juan Fernando Quintero en el listado de José Pékerman, especialmente después de que se confirmará la ausencia de James Rodríguez ante Venezuela el próximo jueves. Sin embargo, se puede decir que el jugador de Medellín es el único de los mejores del rentado local que no fue convocado. Él seguirá trabajando para que esto suceda y seguro esto se dará si continua con el nivel mostrado hasta ahora.
Por ahora Medellín sabe que tiene en Quintero a su más preciado tesoro. Y aunque un equipo no puede depender exclusivamente de un jugador, también es consciente de que deberá aprovechar cada segundo que su capitán se vista de rojo y azul.