/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elespectador/DNLRARW7BZHI5AIVHYHFK3QSE4.jpg)
El equipo dirigido por Luis Fernando Montoya venció a Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores de 2004 desde los penaltis.
Foto: Agencia AFP
El carro llegó a la finca y de él se bajó Gabriel Ochoa Uribe. ”¿Dónde está Luis Fernando Montoya?”, fue lo primero que preguntó. Le respondieron y allá fue, directo. Entró a la casa, raudo, prácticamente sin saludar a nadie, afanado por encontrarse con el campeón de la Copa Libertadores, esa obsesión que nunca pudo cumplir y que lo persiguió hasta sus últimos días.
— Profe, vengo a quitarle 15 minutos porque quiero felicitarlo. —le dijo cuando entró al cuarto— Usted con muy poquito hizo mucho. Y yo, que lo tuve todo, nunca fui capaz de lograrlo.
Síguenos en Google Noticias