El plantel del Flamengo, que se consagró campeón de la Copa Libertadores el sábado en Lima, aterrizó este domingo en Rio de Janeiro, donde lo esperan centenares de miles de aficionados para celebrar en las calles de la ciudad.
Apenas aterrizó el avión, el copiloto sacó una bandera del Flamengo por la ventana de la cabina, emulando al exdelantero Romario, quien apareció por la ventana del avión con el que llegó la selección brasileña a Rio de Janeiro en 1994 tras ganar el Mundial de Estados Unidos, con una bandera brasileña, una imagen que dio la vuelta al mundo.
En la misma pista, dos camiones de los Bomberos hicieron el famoso bautismo al avión, haciendo un arco con dos chorros de agua.
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Cuando la aeronave paró, la gran estrella de la final, el delantero Gabigol, autor de los dos goles agónicos del equipo carioca en la final, salió por la ventana del avión luciendo una gran bandera del Flamengo.
La expectativa es de una larga jornada de celebración que podría prolongarse si el Flamengo, sin jugar, gana esta misma tarde el Brasileirao, título que levantó por última vez en 2009.
Gracias a la arrolladora temporada del Mengao bajo las órdenes del portugués Jorge Jesús, el segundo colocado en la tabla, Palmeiras, está obligado a ganar los cinco partidos que le quedan para evitar que Flamengo se proclame campeón brasileño.
Si el Palmeiras no consigue vencer en casa al Gremio de Porto Alegre este domingo, el Flamengo, sin jugar, se convertirá automáticamente en ganador del Brasileirao.
Desde primera hora de la mañana, miles de aficionados llenaron las calles del centro de Río de Janeiro, donde se realizará la celebración del título continental, con un desfile del equipo en un autobus descapotable.
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"Siempre supe que seríamos campeones, aunque todavía no me lo creo. No tengo edad para haber visto la era de oro del Flamengo, en la década de 1980. Espero que esta fase se repita ahora. Iré a conmemorarlo y espero ver el Míster (Jorge Jesus) en el desfile", explicó el empresario Rodrigo Pecly, de 29 años mientras esperaba la llegada de los jugadores al centro de la ciudad.