Como colera de su llave luego de dos salidas, la tricolor está obligada al triunfo para mantener opciones de avanzar a segunda fase. Situación límite que no le resulta ajena al técnico Eduardo Lara.
Una vez Germán Castellanos, delegado de Colombia, extrajo la balota que inclinaba la suerte a su favor y devolvía a los ecuatorianos a casa -con los que se había igualado en puntos, como también en goles a favor y en contra-, en la sala VIP del estadio Monumental de Maturín Eduardo Lara apretó puños, tal cual acostumbra a celebrar los goles de sus dirigidos.
Así no estuviese a cargo de la Sub 20 en el Suramericano de la categoría, el técnico seguía de cerca el trabajo del grupo liderado por José Hélmer Silva, quien luego de ser su asistente en varios procesos se estrenaba como técnico en propiedad.
“Yo acompañé al plantel en Venezuela porque como seleccionador nacional era mi responsabilidad hacerlo, no dirigí, pero igual me achacaron el resultado”, reflexionaría por ese entonces el DT a su regreso de la República Bolivariana, luego de que en el hexagonal final la tricolor no lograra cupo al Mundial de Egipto.
Ahora, de nuevo al frente de la Juvenil, Lara está contra las cuerdas porque cumplidas tres fechas del Suramericano, Colombia es colera de su llave con un punto, lo cual la obliga a sumar los seis que restan para aspirar a un boleto a la última instancia.
Y la primera “final” será esta noche en Tacna frente a Bolivia (7:00 p.m., Directv canal 617), para la cual volverá a presentar novedades en nómina (no ha repetido formación en el torneo), algunas obligadas, como la suspensión de Edwin Cardona, y otras en busca de la definitiva reacción colectiva.
Luciano Ospina en lugar de Juan Camilo Saiz en la zaga, Didier Moreno retoma la titular reemplazando a Miguel Julio en primera línea, además de Michael Ortega, que vuelve al once inicial por Cardona y hará las veces de enlace, serán las novedades tricolores en el Jorge Basadre.
“Confiamos en sacar esto adelante, el grupo así se ha comprometido, pero en la cancha es donde está la verdad de las cosas”, reflexionó el seleccionador, quien desea además no depender de resultados ajenos, como ocurriera en el Suramericano Prejuvenil de Maracaibo en 2005.
En dicha cita, Colombia descansó en la última fecha y lideraba con siete puntos (dos triunfos, un empate y una derrota, con cuatro goles a favor y dos en contra). La seguían Uruguay y Chile con seis, mientras Argentina era cuarta con cuatro y Perú cerraba sin unidades.
Para fortuna nacional, la goleada charrúa 4-0 sobre los australes y el triunfo inca ante la albiceleste (4-3) dejó a los nuestros segundos del grupo, aunque en la fase definitiva no hubo suerte ni el suficiente fútbol para clasificar a la justa orbital.
Ese es un amargo recuerdo para Lara, como lo han sido en cierta forma los Suramericanos Sub 15, ya que en los dos dirigidos (Bolivia 2005 y Brasil 2007) se quedó en primera fase. Y ni hablar cuando asumió la absoluta y hasta la penúltima fecha de la pasada eliminatoria tuvo posibilidades de alcanzar el repechaje hacia Sudáfrica.
Tropiezos no le han faltado a Lara, pero tras casi una década defendiendo la causa nacional parece curtido a la presión, que en lugar de terminar en Perú se agudizará de cara al Mundial Juvenil, en el que como anfitrión las responsabilidades se multiplican.
El balance indica que los resultados favorables aún inclinan la balanza a su favor, pero él mejor que nadie sabe que en su cargo los exámenes calificarán siempre el presente, sin tener en cuenta el pasado.
Así ven a la tricolor
Fabián Andrés Vargas
Futbolista del Almería de España
“Va a dar más en estos dos partidos que le restan. Para varios futbolistas este es su primer Suramericano y les cuesta un poco, sienten miedo escénico. Pero sé que se van a soltar más y lucharán por ese cupo olímpico. Igual, su objetivo tiene que ser el Mundial”.
Óscar Eduardo Córdoba
Exfutbolista
“Espero más del equipo por la calidad del plantel, la experiencia del cuerpo técnico y la preparación que ha tenido el equipo durante año y medio. Todavía tiene la oportunidad de enderezar el rumbo y la ventaja es que en la otra ronda se arranca de ceros”.