:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/8ARZbUos-KTTGhm7J2SaZrwdlcA=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/OJVCPTVZW5HGJAVN26ABXBUVWA.jpg)
Reinaldo Rueda llegó a Chile a hacerles entender a los jugadores que no eran los bicampeones de la Copa América, sino los que no lograron clasificar al Mundial de Rusia 2018. A lo largo de su carrera el técnico vallecaucano se ha destacado por ser un motivador y por saber decir a los jugadores las palabras precisas en momentos claves. Esta no fue la excepción. Ese mensaje derrotista fue el punto de partida para un trabajo en el que incluso ahora, cuando está en las semifinales de la Copa América (enfrentan este miércoles a Perú, desde las 7:30 p.m. por el Gol Caracol), tiene más detractores que aliados.
Su apuesta ha sido rodearse de sus asistentes, quienes lo han acompañado en sus últimos y exitosos años de carrera: Carlos Eduardo Velasco y Bernardo Redín. Además de eso, se ganó la confianza de los líderes del equipo, que siempre lo han defendido de las críticas, como es el caso de Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Gary Medel y Jean Beausejour. “Nos enseñó a aguantar a la prensa chilena, a tener calma y paciencia en momentos difíciles, a decirnos las verdades mirándonos a los ojos”, explicó Vidal, el máximo referente de la selección austral.
La chilena ha sido una de las hinchadas más grandes en Brasil. Han sido mayoría en los cuatro partidos que han disputado en este torneo continental. Y algo curioso es que, en todos los juegos, cuando en los altoparlantes del estadio se anuncian los nombres de los 11 titulares y del técnico Reinaldo Rueda, justo en ese momento en que se menciona al estratega colombiano, se oyen chiflidos y abucheos de desaprobación. Ni los resultados positivos, ni el apoyo de los líderes, ni estar ya en semifinales, nada cambia la opinión de la gente, que ve al colombiano como un entrenador de menores pergaminos que los argentinos Marcelo Bielsa, Jorge Sampaoli y Juan Antonio Pizzi, sus antecesores.
(En Brasil no creen en su selección)
La apuesta de Rueda y su equipo ha sido el trabajo. El hablar con resultados y esperar a que poco a poco todo ese viento en contra comience a soplar a su favor. “En el fútbol nunca habrá tranquilidad, mucho menos cuando se compite a nivel de selecciones. La presión está, somos un cuerpo técnico que se dedica a trabajar y nada más. Estamos contentos, pero no hemos dado ese gran paso todavía, vamos por el título”, le dijo a El Espectador Carlos Eduardo Velasco, el preparador físico y el hombre más cercano a Rueda en el cuerpo técnico.
Se trabaja, pero se sufre. Las voces contrarias cansan y hay momentos de duda. Pero Reinaldo no tiene nada que perder, él cree en su prestigio y sabe que los títulos son los que terminan enamorando a los hinchas. Hasta ahora no se ha ganado nada y por eso prefiere no desgastarse hablando sino trabajando. “Nosotros somos su apoyo, él nos ha dado un papel a cada uno de los integrantes de su cuerpo técnico y sabemos que si hacemos las cosas que nos pide, los resultados se verán más adelante. Somos como un matrimonio, ya llevamos más de 30 años juntos. Veo que vamos por buen camino, pero no podemos celebrar nada hasta lograr ese gran objetivo”, confesó Velasco.
El asistente Bernardo Redín es otro de los hombres de entera confianza de Reinaldo en este proceso con Chile. Al igual que Carlos Eduardo, aunque cada uno a su manera, funge como polo a tierra del estratega vallecaucano. También como motivador cuando las cosas no van bien. “Siempre hemos sentido la presión de una hinchada que exige. Ya uno se acostumbra, y por eso es un elemento que no distrae, sino que motiva”, continúa Velasco, quien además es el hombre de la disciplina en el plantel, el que exige buen comportamiento, algo difícil en un equipo que se ha caracterizado por tener jugadores indisciplinados.
(Arturo Vidal se solidarizó con William Tesillo por las amenazas que sufrió tras fallar su penal)
Velasco también acompañó a Rueda en sus etapas como seleccionador de Honduras y Ecuador, equipos con los que clasificó a los Mundiales de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Con clubes estuvo en la exitosa etapa de Atlético Nacional, en la que ganaron, entre otros títulos, la Copa Libertadores de América y en el paso como DT por Flamengo de Brasil.
La sociedad Rueda-Redín es más reciente. Se conocieron en la década de los 80, cuando el DT trabajaba en las divisiones menores del Deportivo Cali y él era un destacado volante que incluso integró la selección nacional de Colombia disputando el Mundial de Italia 1990 y anotando gol. Comenzó a trabajar con Rueda a mediados de 2015 cuando Alexis Mendoza, el eterno ayudante del adiestrador, renunció de su cargo para irse a Júnior e iniciar una carrera en solitario.
En ese momento, Reinaldo eligió a Bernardo Redín como su primer asistente. Le ofreció el cargo, y este aceptó. Llevaba años como entrenador titular, pero su admiración por Rueda lo llevó a cerrar, al menos por un tiempo, esa etapa para transformarse en el escudero de uno de los estrategas más importantes del fútbol colombiano.
Son ellos dos los que más han sufrido en estos meses de exigencia en Chile. Un proceso diferente, en el que nunca han contado con un respaldo total, como se podía vivir en Atlético Nacional y en las selecciones de Honduras y Ecuador. “La presión es parte de esto, hay que saber vivir así”, concluye Velasco, quien asegura que, aunque sueñen con el título, llegaron a esta selección con un objetivo mayor: la clasificación al Mundial de Catar 2022.