Selección de España: de “La Furia” al ganador “tiki-taka”
Este sábado se cumplen diez años de la noche sudafricana en la que el combinado ibérico levantó por primera vez la Copa del Mundo. Lo hizo con un juego estético y efectivo.
Antes de la Eurocopa de 2008, la selección de España era “La Furia”. Lo era por su entrega, porque no se dejaba una gota de sudor en el vestuario: todas quedaban en el verde césped en pro de victorias que nunca llegaban. Su única consagración había sido la olvidada Eurocopa de 1964 tras vencer en la final a la desaparecida Unión Soviética. En los mundiales, lo que se recordaba era el gol de Telmo Zarra a Inglaterra en el Mundial de Brasil 1950, en el Maracaná.
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Antes de la Eurocopa de 2008, la selección de España era “La Furia”. Lo era por su entrega, porque no se dejaba una gota de sudor en el vestuario: todas quedaban en el verde césped en pro de victorias que nunca llegaban. Su única consagración había sido la olvidada Eurocopa de 1964 tras vencer en la final a la desaparecida Unión Soviética. En los mundiales, lo que se recordaba era el gol de Telmo Zarra a Inglaterra en el Mundial de Brasil 1950, en el Maracaná.
Pero, con el gol del Niño Torres en la final ante Alemania en el certamen europeo que se celebró en Austria y Suiza, dejó de ser “La Furia” para convertirse en la que deleita, la del toque, la del fútbol hermoso y efectivo, la de tener la pelota la mayoría del tiempo y preocuparse por el arco contrario. Con la base del mejor equipo de la historia del fútbol, el Barcelona de Guardiola, la correcta conducción de Luis Aragonés en la Eurocopa y la destacada dirección técnica de Vicente del Bosque en Sudáfrica 2010, España se convirtió en una de las mejores selecciones de todos los tiempos.
Y todo a pesar de que el comienzo en tierras africanas no fue el mejor. En palabras de Xavi Hernández, la derrota 1-0 contra Suiza fue “una desgracia futbolística enorme”. Las críticas injustas llegaron desde todo el planeta. Decían que con ese juego lírico y divino no se podía conquistar una Copa del Mundo, que el tiki-taka era una porquería, que España debía rescindir de Sergio Busquets. ¿La respuesta de Del Bosque? “Si yo fuera jugador actualmente me gustaría parecerme a Busquets”. Y el entrenador no lo sacó y no cambió el estilo.
El combinado ibérico derrotó 2-0 a Honduras con doblete de David Villa, al que los relatores españoles calificaban como “el más listo del barrio”. Tomó un respiro y, de nuevo con Busquets como clave en la mitad del campo, España enfrentó a la buena selección chilena del admirable Marcelo Bielsa. Con un nuevo gol de Villa y otro del genial Andrés Iniesta, los españoles ganaron 2-1 y se clasificaron a octavos de final como primeros del Grupo H.
Antes del Mundial, Iniesta se había motivado observando imágenes ganadoras del tenista suizo Roger Federer, de su compatriota y campeón mundial de automovilismo, Fernando Alonso, y del exjugador de waterpolo, Manel Estiarte. Un año antes, depresión y tristeza lo invadieron por la muerte de su amigo Dani Jarque y la primera lesión de consideración de su carrera. Pero ya eso, en el pasado. Ya se encontraba enfocado en el encuentro frente a los portugueses.
Iker Casillas estaba preocupado por los tiros libres de Cristiano Ronaldo -luego del Mundial criticó la pelota que Adidas utilizó en esa cita orbital-. Fue clave el ingresó de Fernando Llorente al minuto 57. Fijó a los duros centrales del seleccionado luso. La defensa de Portugal abrió espacios y en uno de ellos Iniesta metió para Villa, Xavi Hernández complementó la asistencia con un taconazo y el Guaje pateó con izquierda, el rebote con derecha y decretó el 1-0.
Xavi Hernández creía que el rival en semifinales sería la Argentina de Maradona y de su compañero Lionel Messi. Sin embargo, la Abiceleste no llegaría a esa fase. Primero, España debía luchar contra Paraguay en cuartos de final. Quizás, además del encuentro final, el más duro de la competencia. “Hicieron un sistema defensivo espectacular. No podíamos entrar y el punto de inflexión fue el penalti”, profundizó Hernández. Al 58′, Casillas le detuvo un lanzamiento desde el punto blanco a Óscar Tacuara Cardozo.
Luego fue Xavi Alonso el que debió patear un penalti para España. Anotó, pero el árbitro guatemalteco Carlos Batres ordenó repetirlo. El volante, esta vez, lo erró. Y posteriormente aparecieron los triángulos que dan opciones de pase, una jugada memorable de Iniesta, un remate de Pedro en el palo y uno efectivo de Villa tras otro golpe en el larguero. El balón tocó la red y España avanzó a jugarse un pase a la final, ante Alemania.
Hasta un día previo al partido, Carles Puyol no estaba en condiciones de jugar. Pero con un tratamiento que recibió logró estar en la cancha del estadio de Durban. Y la leyenda defensiva del Barcelona fue clave, pues al minuto 72 aprovechó un lanzamiento perfecto de Xavi Hernández, desde tiro de esquina, y, como llegar es mejor que estar, entró con su cabeza y la pelota se clavó en al arco alemán. España, a la final.
(“El Trinche” Carlovich: del potrero al mito)
Holanda era el último obstáculo de España antes de levantar el más hermoso de los trofeos. La final se fue al alargue y cuando se iba a terminar ya Del Bosque estaba pensando en quién cobraría los penaltis. Esos que no llegaron porque tras las intervenciones milagrosas de Casillas apareció el gol más importante de la historia del fútbol español. Y al 116′ lo tenía que convertir Iniesta, que festejó en homenaje a su amigo Dani Jarque. “Para mí fue como ver una imagen en cámara lenta. Solo estábamos el balón y yo”, manifestó el hombre que anotó el tanto del título.
“El gol de todos”, sentenció el Niño Torres. El que convirtió a España, por primera vez, en campeona del mundo. Las mejillas de los futbolistas se mojaron de emoción. Fue un mar de felicidad, cuyas olas de talento se extenderían hasta la Eurocopa 2012, en la que el conjunto de Del Bosque demostraría que seguía siendo la mejor. Dejó de ser la luchadora y ganó con un fútbol que maravilló la retina de quienes aman la sagrada pelota. “Hemos marcado una época”, concluyó Xavi Hernández.