Un triunfo que animará el Mundial de Rusia

Con una contundente victoria 5-0 sobre Arabia Saudita, el anfitrión dio inició al Mundial. Un resultado que servirá para que los locales se ilusionen y el ambiente crezca.

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Luis Guillermo Montenegro - Enviado especial a Rusia
15 de junio de 2018 - 02:00 a. m.
La selección rusa celebra la primera anotación en su Mundial, la de Yury Gazinsky, que abrió la goleada 5-0 sobre Arabia Saudita en el estadio Luzhniki, de Moscú. / AFP
La selección rusa celebra la primera anotación en su Mundial, la de Yury Gazinsky, que abrió la goleada 5-0 sobre Arabia Saudita en el estadio Luzhniki, de Moscú. / AFP
Foto: AFP - ALEXANDER NEMENOV
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Más de US$14.000 millones invirtió el gobierno ruso para organizar el Mundial de 2018. Construcciones y remodelaciones de estadios, renovación de la vía férrea en gran parte del país y un deseo de modificar el imaginario que existe en la mayoría del planeta sobre esta nación euroasiática. Se esperaba que la ceremonia de inauguración fuera imponente, que mostrara el poderío ruso y la grandeza de esta potencia, Sin embargo, fue sencilla, sobria y rápida. (Puede leer: La fiesta en las tribunas durante la inauguración de Rusia 2018)

Fue una mezcla de los principales exponentes de la mística rusa: la música clásica, las bellas artes, el ballet y los nuevos ritmos de la cultura popular. La estrella del pop británico Robbie Williams fue el encargado de animar la fiesta, acompañado por bailarines, pianistas, violinistas y un arpa que sonó con poder en los gigantescos parlantes del estadio Luzhniki de Moscú. (Vea: En imágenes: así fue la inauguración del Mundial Rusia 2018)

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Uno de los pocos momentos emotivos fue cuando Williams cantó junto a la soprano rusa Aida Garifullina, quien a los 31 años ya ha conquistado la Ópera de Viena y en esta ocasión puso la nota de glamour en el evento que volvió a hacer de la capital rusa en el centro del mundo, tal como ocurrió en los Juegos Olímpicos de 1980.

Este es el país de las artes clásicas, pero también de los que han conquistado el espacio, cuando Yuri Gagarin voló fuera de la Tierra (1961). Por esto le dieron protagonismo durante la inauguración de la Copa del Mundo a este tema. De hecho, el balón del partido que disputaron Rusia y Arabia Saudita repitió la odisea de Gagarin: viajó al espacio en una nave Soyuz, estuvo durante varios meses en la Estación Espacial Internacional y regresó a la Tierra a tiempo para el Mundial. (Lea: Robbie Williams y la austera fiesta inaugural del Mundial)

Victoria Lopireva, embajadora de la Copa, recorrió el mundo durante los últimos meses promocionando este evento para romper los estereotipos sobre Rusia y fue la encargada de traer la pelota a la cancha, pues con el balón el fútbol existe. El arquero español Iker Casillas, campeón mundial en 2010 con la selección española, ingresó a la cancha para mostrar el trofeo que recibirá el ganador el próximo 15 de julio. Luego, el exfutbolista brasileño Ronaldo hizo un simbólico saque de honor.

Antes de que rodara el esférico por primera vez, el presidente Vladimir Putin fue enfático en afirmar su deseo de que se conociera a su país y la calidez de su gente, y reconoció que este evento servirá para venderse de otra manera al mundo. Además declaró su territorio como un espacio de puertas abiertas para los amantes del fútbol. Y así ha sido. De los 81.000 asistentes al estadio Luzhnikí, una buena parte eran extranjeros, representantes de los otros 31 países que estarán en el certamen. (Puede leer: Rusia se presenta ante el mundo)

El triunfo 5-0 del equipo anfitrión sobre Arabia Saudita servirá para que el ambiente del Mundial se intensifique entre los rusos y se unan a la fiesta que ya viven sus visitantes. Y aunque la victoria fuera algo esperado, porque el rival no era exigente, la contundencia en ataque les permitirá a los locales soñar con emular la gesta que consiguieron en la Eurocopa 2008, cuando llegaron hasta la semifinal. Claro que lo que le resta no es fácil, pues Uruguay y Egipto son sus rivales más complicados. (Le puede interesar: En Uruguay se abrió el camino)

Denis Cheryshev, compañero de Carlos Bacca en el Villarreal de España, fue la gran figura de la tarde al anotar dos de los cinco goles. Los otros tantos fueron marcados por Yuri Gazinskiy, Artem Dzyuba y Aleksandr Golovin. Arabia, dirigido por el argentino Juan Antonio Pizzi, demostró que es el rival más débil del grupo y que si no se cuida podría irse como el más goleado del campeonato.

El Mundial ya está en juego y, a pesar de los goles y las emociones, se espera que el nivel mejore drásticamente en los próximos compromisos, pues aunque se sabía que Rusia y Arabia no tenían mucho potencial, este no fue un partido digno de una Copa del Mundo. En el segundo día ya se verán equipos y jugadores grandes, con selecciones ofensivas, que dan espectáculo y salen a demostrar que tienen con qué luchar por el título (Uruguay, Portugal y España). Claro que para que la fiesta continúe es fundamental el ánimo de los anfitriones. Este triunfo animará a Rusia, un país que quiere que el mundo lo mire con otros ojos. (Lea: Cuando Moscú era "la aldea más grande del mundo", según García Márquez)

Por Luis Guillermo Montenegro - Enviado especial a Rusia

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