El funcionario Daniel Cartagena, famoso por recibir un rodillazo en los genitales propinado deliberadamente por el presidente boliviano, Evo Morales, en un partido de fútbol "amistoso", pidió vacaciones por "seguridad" y "tranquilidad", dijo este miércoles a Efe una fuente de la alcaldía de La Paz, en la que trabaja.
Tras el partido jugado el domingo, Cartagena no volvió a su puesto en la oficina de Planificación del municipio: se le concedió inicialmente un permiso de 48 horas para evitar el "acoso de los medios" y este miércoles ha solicitado vacaciones hasta el viernes.
"Es por su tranquilidad, para evitar el acoso, y por su seguridad", dijo la fuente, en alusión a la posibilidad de que el funcionario sea agredido por sectores sociales afines a Morales.
En el partido, disputado para inaugurar una cancha de césped sintético en La Paz, Cartagena formó parte del equipo del alcalde Luis Revilla, ex aliado de Morales, y durante una jugada aparentemente fortuita dio una patada en la espinilla al mandatario.
Cuando el partido estaba parado y el árbitro atendía otro incidente, Morales se le acercó y le asestó un rodillazo en la entrepierna a Cartagena, que cayó derribado.
Morales no fue expulsado por el árbitro y jugó todo el partido con algunas molestias en el pie, e incluso anotó un gol, mientras que el agredido sí recibió la tarjeta roja.
Al término del partido del domingo, un policía intentó detener a Cartagena, pero no pudo por la oposición de Revilla, aunque el Gobierno ha negado que el Ejecutivo instruyera un arresto.
La reacción de Morales le valió críticas de la oposición, que lo acusa de "abusivo" y "totalitario", y de periodistas deportivos que le sugirieron que solo juegue con equipos de grupos leales.
El periódico La Razón señala este miércoles que en el hipotético caso de que el rodillazo en los genitales hubiera sido en un partido oficial, Morales sufriría un año de suspensión, como mínimo, de acuerdo con los códigos de disciplina del fútbol boliviano.