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El exfutbolista argentino Jorge Valdano alguna vez describió al fútbol como la cosa más importante de las menos importantes. Siempre las actividades físicas han estado ligadas a la sociedad y son una parte fundamental de la cultura de los países, así como la política, la religión o la economía.
Con la suspensión de todo tipo de eventos masivos en el mundo, la diversión y la pasión que generaba cualquier disciplina deportiva quedaron relegadas a la memoria o a los videojuegos. El confinamiento ha demostrado la importancia de los torneos y las competiciones en el diario vivir de las personas.
Además, el impacto económico que han sufrido el entretenimiento y la actividad física ha tenido efectos en gran parte del planeta. Según la revista Forbes, en 2019 esta industria generó más de US$800.000 millones, lo que equivale a casi el 1 % del Producto Interno Bruto del planeta. Tan solo con la suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el sector turístico perderá US$2.200 millones y la organización unos US$28.000 millones.
Con el regreso del fútbol de la Bundesliga alemana, con una audiencia que duplicó su rating habitual, y eventos de la UFC (compañía de artes marciales mixtas) en Estados Unidos (que creció un 42 % en su audiencia por televisión), los aficionados del deporte pudieron desahogar sus ganas de disfrutar algún espectáculo y volver a sentir la pasión que estos generan. Pero, ¿qué tan necesario es que regresen los torneos profesionales?, ¿la sociedad necesita realmente estos acontecimientos para funcionar?, ¿en realidad es tan importante la actividad física para el mundo?
Alejandro Villanueva, sociólogo experto en ciencias del deporte, habló con El Espectador y recalcó el papel que tiene el fútbol profesional en el entorno social colombiano. Villanueva asegura que el balompié nacional cubre la ausencia de oferta cultural que existe en el país y que ayuda a la salud mental de la gente. “La pasión que genera abarca todos los estratos sociales y podría ayudar a que la gente se olvide de la situación que pasa el mundo entero”, dice. De igual forma, cree que aún no es el mejor momento para que se reanude el campeonato debido a la situación de salud pública.
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Desde la parte mental, David Quiñones, psicólogo especialista en deporte que forma parte del Grupo de Desarrollo Psicosocial del Ministerio del Deporte, señala que “sería importante el regreso de las competiciones, ya que las personas retomarían una fuente de entretenimiento que les fue arrebatada súbitamente. De igual forma, los partidos con espectadores pueden tardar un tiempo en volver, porque esto requeriría un protocolo de seguridad y salubridad con el cual los hinchas puedan sentirse seguros de salir de sus casa sin poner en riesgo su vida”.
En cuanto a los atletas que participan en los eventos, el director y fundador de la Escuela de Campeones de Medellín, Jonathan Bustamante, dice que la tranquilidad y la preparación mental tienen que ser unas de las áreas a trabajar. “Este período de aislamiento debe ser aprovechado para que los deportistas mejoren la parte táctica y aprendan a superar situaciones adversas que tendrán dentro de una cancha, una pista o una arena en cualquier momento”. Asimismo, cree que “el regreso del torneo profesional es fundamental para los futbolistas ya que es su profesión y por lo que entrenan fuertemente todos los días”.
Más allá de cualquier recomendación u opinión de los expertos en este tema, hay algunas cosas claras. Las competiciones deportivas son parte del diario vivir de las personas y son un estímulo, ya sea para quienes practican o ven desde su casa. Pasamos por un receso temporal, pero se mantienen la ilusión y la expectativa del regreso.
Todas las disciplinas, individuales y de conjunto, deben volver paulatinamente y de acuerdo con las especificaciones de las autoridades respectivas.
Valdano se quedó corto. Pues es el deporte en general, y no solo el fútbol, lo más importante de lo menos importante.