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Monterrey le plantó cara al Inter de Milán y salió con la frente en alto. En su debut en el Grupo C del Mundial de Clubes 2025, el equipo mexicano firmó un empate 1-1 en Pasadena ante un rival de peso, en un partido en el que demostró orden, carácter y momentos de gran fútbol.
Sergio Ramos fue el líder absoluto del conjunto de Dome Torrent. Con su experiencia y voz de mando, ordenó una defensa que por momentos fue una muralla. Y no solo eso: el central español también abrió el marcador. A los 27 minutos, conectó un centro milimétrico de Oliver Torres tras una jugada de laboratorio, y de cabeza puso el 1-0 para Rayados. La fórmula: pantalla perfecta, movimientos sincronizados y ejecución quirúrgica.
El Inter reaccionó tarde, pero con pegada. En el cierre del primer tiempo, una jugada prefabricada dejó mal parada a la zaga de Monterrey, y Lautaro Martínez solo tuvo que empujarla para el 1-1. El árbitro revisó un posible fuera de lugar, pero finalmente convalidó el gol.
La segunda parte fue intensa. Monterrey sufrió, pero también generó peligro. Canales estuvo a centímetros de firmar el segundo con un zurdazo que se estrelló en el poste, y Nelson Deossa, que ingresó en el minuto 58, fue uno de los revulsivos más efectivos: encarador, atrevido y con piernas frescas para dañar por dentro. En la última del partido, rozó el gol con un remate potente que pasó cerca del palo, en una jugada donde Bastoni lo sujetó dentro del área sin sanción del árbitro.
En cuanto a los otros colombianos, Stefan Medina volvió a cumplir como líder silencioso en la línea defensiva, siempre atento y sólido en la marca. Johan Rojas tuvo un ingreso breve pero intenso en el tramo final, sumándose al bloque ofensivo y aportando piernas frescas en los minutos de máxima tensión.
El Inter, por su parte, se mostró incómodo, sin claridad en el último tercio y frustrado ante el buen planteamiento de los mexicanos. Lautaro erró una ocasión clara y Dimarco lo intentó desde lejos, pero Rayados resistió con orden y corazón.
El punto vale oro para Monterrey. No solo por el rival, sino por cómo lo consiguió: con personalidad, solidez y momentos de brillantez táctica. El Mundial de Clubes recién empieza, pero este empate ya se celebra como una pequeña hazaña.
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