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Las rivalidades hacen del deporte lo que es, ¿Qué sería del mundo del fútbol sin un Barcelona vs Real Madrid, del béisbol sin un Yanquis vs Medias Rojas o del tenis sin un Roger Federer vs Rafael Nadal? Todos estos enfrentamientos dan un toque de emoción y aunque se juegan al límite siempre se hace bajo estándares del respeto y el juego limpio. Eso fue algo que no sucedió en Portugal, donde se jugó un partido en la liga de balonmano con una rivalidad histórica: Porto vs Benfica.
Los aficionados radicales del Porto en este encuentro traspasaron el umbral del irrespeto. Rozaron con lo más bajo con sus cánticos, que provocaron indignación. Una barbaridad sin paliativos. “Oh, me hubiese gustado que el avión de Chapecoense fuese de Benfica”, entonaron los seguidores del Porto, convirtiendo la eterna rivalidad en una suerte de odio estéril y absurdo fuera de toda justificación.
La polémica en Portugal no se hizo esperar. Las críticas contra la afición del Porto incendiaron las redes sociales. Tanto así que el equipo en un comunicado repudió la actitud de sus seguidores: “El FC Oporto se desmarca de todos los cánticos ofensivos y apela a los adeptos a concentrarse en el apoyo a nuestros equipos”. Chapecoense, por su parte, también sacó un comunicado al respecto, “Estos canticos no son de personas de bien en el medio deportivo, cuyo ambiente siempre debe ser de respeto y solidaridad contra el adversario y de propagación de odio y cizaña”.
El entrenador del Porto Nuno Espírito Santo no quiso tocar el tema cuando le preguntaron acerca de los Super Dragoes y prefirió centrarse en el difícil compromiso frente al Sporting Braga. “Lo importante es que transportan el espíritu del Estadio Do Dragao a cualquier ciudad del país. Son importantes hasta los que se quedan sin entrada y escuchan las incidencias del partido desde su carro”.
El cántico hace referencia al trágico accidente aéreo registrado el 28 de noviembre del 2016, cuando 71 integrantes del equipo brasileño Chapecoense perdieron la vida cerca de Medellín, donde iban a disputar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional, campeón de la Copa Libertadores en 2016.