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Un estudio de la Universidad de Oxford concluyó que los Juegos Olímpicos, entre 1960 y 2012, siempre terminaron doblando su costo. No obstante, en algunos casos, las ciudades que albergan las justas después le dan buen uso a los escenarios deportivos y demás infraestructura. No es el caso de Atenas.
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La ciudad que acogió las primeras Olimpiadas de la modernidad (1896) descrestó al planeta con su inauguración de los Juegos de 2004. Aquel 13 de agosto de ese año permanece en la memoria de los griegos. Para recibir a todos los deportistas la inversión fue de aproximadamente US$12.000 millones.
Con dinero de los impuestos de los ciudadanos griegos, pues el Gobierno de entonces no quiso recurrir a patrocinadores privados, se construyeron múltiples escenarios y se modernizo la ciudad. En la actualidad muchos de ellos se encuentran abandonados.
Uno de los lugares que se deterioró fue el aeropuerto Hellinikó, que estaba previsto para ser modernizado para las justas, pero que desde 2001 dejó de ser el lugar que recibe a los visitantes extranjeros. También hay que referirse al estadio de voleibol de playa, en Faliro, en cuya arena han crecido matorrales producto del abandono y en el que ya no se realiza actividad alguna.
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Oaka es el complejo deportivo que ha sido sede de los equipos de fútbol y baloncesto del Panathinaikos. Allí se encuentra un centro acuático don dos piscinas olímpicas. Una se encuentra en uso por niños y la otra, la de clavados, está totalmente abandonada y luce como un hueco de piso gris (por la suciedad) y paredes blancas que hace mucho no son tocadas por el agua.
Y el Estadio Olímpico, aunque ha sido utilizado, no ha sido modernizado, lo cual es un proyecto del primer ministro de Grecia en la actualidad, Kyriakos Mitsotakis. Hace poco dio a conocer un plan con un costo de inversión de 43,5 millones de euros, con el que busca reformar los escenarios deportivos que fueron construidos para Atenas 2004.
Un caso contrario es el de Barcelona, que acogió los Juegos de 1992. Entre escenarios deportivos e infraestructura, se invirtieron poco más de 10 mil millones de euros. Se amplió la terminal B del aeropuerto El Prat y se construyeron la A y B, que aún hoy en día funcionan para recibir a los millones de turistas que visitan la ciudad Condal cada año.
Además, para dichas Olimpiadas los deportistas pudieron disfrutar de una Villa Olímpica con playas. Desde entonces la ciudad tiene 2 kilómetros más de playa. La capacidad hotelera aumentó en un 60 % y la ciudad se dio a conocer. De hecho, hoy en día es una de las más turísticas del mundo. Los complejos deportivos siguen siendo utilizados para eventos locales. Por ejemplo, el estadio Olímpico se utiliza tanto para el deporte como para conciertos y otros acontecimientos.
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En cuanto a lo deportivo, Barcelona 92 significó un cambio de era para España. En Seúl 88, el país ibérico se había colgado cuatro medallas (un oro, una plata y dos bronces). En las justas de la ciudad catalana conquistó 22 (13 oros, siete platas y dos bronces). Desde entonces, España no ha dejado de alcanzar al menos 11 preseas, se ha destacado en diferentes disciplinas y, además de los triunfos en los Olímpicos, entre otros, logró en 2010 su único campeonato Mundial de fútbol en Sudáfrica 2010. Los Juegos de Barcelona 1992 fueron una revolución para la ciudad y para el deporte español.
Los que ya eran fuertes económica y deportivamente eran los chinos. Solo necesitaban un evento gigante para demostrarlo. Y lo hicieron en los Olímpicos de Pekín 2008. Casi no hay aspectos negativos en cuanto a la organización, que la mayoría califica de impecable. Fue tan así que el Comité Olímpico Internacional también le otorgo la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022. El próximo año, en medio de nieve artificial, China volverá a intentar seducir al planeta.
Sin embargo, en 2018 se conocieron imágenes de algunos escenarios deportivos construidos para Pekín 2008 que se encuentran en total abandono. Inflables de la mascota de los Juegos tirados en zonas públicas, escenarios cubiertos de polvo y con instalaciones rotas, matorrales que crecieron en medio de las sillas que ocuparon los espectadores. El Estadio Nacional de Pekín, conocido como “nido del pájaro”, sí se conserva.
En conclusión, los Juegos Olímpicos terminan influyendo de manera positiva y/o negativa en las ciudades que los albergan, dependiendo del manejo que le den los diferentes gobernantes a los escenarios. En un futuro se analizará qué ocurre con los de Tokio y si pueden recibir al público, pues durante las últimas semanas estuvieron vacíos a causa de la pandemia.