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El día después de la tercera estrella albiceleste

El Mundial terminó, pero la fiesta apenas empieza en Argentina. El país entero alaba la figura de Messi, el mejor jugador del torneo, a quien por fin se le dio el título tras varios intentos.

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Daniel Bello
20 de diciembre de 2022 - 01:00 a. m.
La fiesta del fútbol no para en las calles de Argentina luego de la victoria en la final de la Copa del Mundo. / AFP
La fiesta del fútbol no para en las calles de Argentina luego de la victoria en la final de la Copa del Mundo. / AFP
Foto: AFP - TOMAS CUESTA
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Desde el domingo por la tarde, Argentina está sumergida en la celebración. Desde el penalti con el que Gonzalo Montiel selló la victoria ante Francia, los cantos y las celebraciones no paran, tanto así, que este miércoles, día en el que los jugadores de la selección serán recibidos por los suyos, fue decretado como feriado.

De cantar “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar/ Quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial”, ahora corean “Muchachos, ahora solo queda festejar/ Ya ganamos la tercera, ya somos campeón mundial”.

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Varios procesos trataron de alcanzar la gloria eterna por tercera vez. Lo intentaron Alfio el Coco Basile, Daniel Pasarella, Marcelo Bielsa, José Pékerman, Diego Maradona, Alejandro Sabella y Jorge Sampaoli, algunos con mejor rendimiento que otros, aunque con el mismo resultado: frustración. Lionel Scaloni, sin muchos pergaminos y poco recorrido en los banquillos, alcanzó lo que todos ellos buscaron.

El campeonato fue un bálsamo para el pueblo argentino, que en medio de una fuerte recesión y agitaciones políticas tiene un motivo para celebrar como país. No es un triunfo más, es el triunfo por el que respira un país que consume fútbol las 24 horas del día. Hubo quienes, en medio de un panorama económico complicado, vendieron, pidieron prestado y/o hipotecaron lo que tenían para ver a su selección salir campeona en Catar. Las deudas son lo de menos cuando lo que te apasiona te devuelve lo que invertiste con la gloria eterna.

El fútbol fue justo

Se suele decir que la victoria en este deporte no está determinada por la justicia, sino por la contundencia. Jugadas puntuales privaron a la albiceleste de irse con el triunfo en las últimas finales, como el polémico penalti que señaló Roberto Codesal hace 32 años contra Alemania o los fallos de Gonzalo Higuaín y Rodrigo Palacio en la final de Brasil 2014. En Argentina, la rabia, la tristeza y los lamentos de tantos años quedaron atrás después de la victoria el pasado domingo.

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Mientras Lionel Messi levantaba el trofeo en Lusail, las plazas de cada población de Argentina se llenaban de seguidores que no podían contener su emoción. En Buenos Aires, el Obelisco y sus alrededores estuvieron repletos de personas que mezclaban algarabía con lágrimas de felicidad e incredulidad.

Rosario, la tierra de Lionel Messi y Ángel Di María, autores de los goles del tricampeón del mundo en la final, también estalló en júbilo. El mar de gente que se congregó junto al Monumento a la Bandera opacó el caudal del río Paraná.

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Las tomas aéreas mostraban una masa que se extendía por kilómetros sin espacios vacíos. “Vení, vení, cantá conmigo, que a un amigo vas a encontrar” fue el verso con el que perfectos extraños se abrazaban para celebrar como si fueran integrantes de la “Scaloneta”.

Aunque la FIFA solo permitió que los jugadores y el técnico levantaran la Copa en el escenario que dispusieron sobre el terreno de juego, todo el país se siente parte de la victoria. Sergio el Kun Agüero, quien tuvo que retirarse por un problema cardíaco, y los lesionados Giovani Lo Celso, Nicolás González y Joaquín Correa se unieron al grupo en la previa del partido decisivo porque su entrenador reconoció que todos los que formaron parte de la “Scaloneta” debían estar en su cita con la historia.

El mundo se rinde a la consagración de Messi

“En la mano de Dios” título The Sun la portada de su tabloide. En ella mostraban a Messi levantando la Copa del Mundo que le fue esquiva por tantos años. Marca, de España, siguió con los elogios divinos y con un “Messi albicelestial” describió la hazaña que consiguió el 10 con su selección. En la misma sintonía estuvo la revista Sport de Cataluña, que escribió “Dios existe”.

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La celebración en torno al triunfo de Leo fue un grito de alivio para sus millones de seguidores en todo el mundo. Por fin se le dio a quien lo intentó varias veces, pese a las críticas mordaces de la prensa argentina y los reclamos de hinchas iracundos que lo acusaban de no sudar la camiseta albiceleste.

Era el único trofeo que le faltaba en su extenso listado. Fue la cereza en el pastel de una carrera extraordinaria. “Es increíble, pero no se me da”, dijo Leo tras perder en los penaltis la final de la Copa América 2016. Parecía que los trofeos con la selección eran inalcanzables, pero eso cambió cuando Lionel Scaloni tomó las riendas del equipo nacional.

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Tras cuatro años de idas y venidas, Leo ya es campeón de todo con su selección. En el último año y medio levantó la Copa América, la Finalissima y ahora el Mundial. No dio una fecha para su retiro como internacional, por lo que no será raro vestirlo de albiceleste en un futuro cercano, eso sí, con una estrella más bordada en el pecho.

Ahora la copa más deseada se pasea por Buenos Aires, custodiada por el jugador más ganador de todos los tiempos. Lo único que va a interrumpir la alegría de los jugadores albicelestes son los compromisos que tienen sus clubes. La celebración más tarde que temprano, pero la gloria será para siempre.

Daniel Bello

Por Daniel Bello

Periodista de la Pontificia Universidad Javeriana. Fue practicante de Pacifista entre 2020 y 2021. Desde el 2019 escribe sobre fútbol, política e historia en El Espectador. Tiene experiencia cubriendo paz, mundo y medio ambiente.@daniel_eudosiodbello@elespectador.com

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