El Once Caldas fue superado anoche 1-0 por Santos de Brasil, en el partido de ida de los cuartos de final de la Libertadores que se diputó en el Palogrande de Manizales.
Los números favorecían hasta ayer al conjunto manizaleño enfrentando a Santos, tras dos victorias, un empate y apenas una derrota. Pero sin hacer mucho, los dirigidos por Muricy Ramalho asumieron como tal la responsabilidad de ser el único equipo brasileño en carrera y se impusieron más con orden que con volumen de ataque y convicción.
Por eso, poco trabajo tuvieron los porteros de ambas escuadras. Cuando Neco Martínez no se había ni despeinado, un error defensivo le permitió a Alan Patrick, tras pase de Neymar, abrir el marcador a falta de dos minutos para el final del primer tiempo.
El gol número 12 en Copa de Santos ni siquiera hizo reaccionar a los dirigidos por Juan Carlos Osorio, quien vio desde las gradas la tercera derrota de su equipo en casa en el torneo.
Excepto por un remate de Wason Rentería, salvado por Rafael, faltando 15 minutos para el final, Caldas no tuvo opciones claras de gol, lució impotente y desbibujado.
La falta de contundencia, precisión y ambición, así como la expulsión por doble amarilla de Elkin Calle, le hizo fácil el trabajo a Santos, que incluso hubiera podido sentenciar la serie. Un remate en el palo tras tiro libre de Elano y un disparo a quemarropa bloqueado por Neco hubieran sellado su acceso a semifinales.
A los hinchas de Once Caldas se les olvidó celebrar en Manizales por Copa Libertadores. El Blanco-Blanco sigue en deuda con su público (tres derrotas y dos empates), que más bien ya se acostumbró a sufrir en cada batalla que labra en la Libertadores.
Por eso el próximo miércoles, en el estadio Urbano Caldeira, una vez más Caldas tendrá que luchar contra la corriente y los pronósticos para hacer realidad otro milagro y meterse en semifinales.