En la rueda de prensa previa al partido ante Uruguay, Reinaldo Rueda habló de las tentaciones. Del color que no lo dejaba dormir el último mes: los 11 jugadores apercibidos que si recibían amarilla se perderían el duelo de este domingo contra Brasil en Barranquilla. “No puedo caer, primero es sábado que domingo”. El saldo fue favorable: el único quemado por este flagelo fue Juan Guillermo Cuadrado, quien recibió una tarjeta -que pudo ser roja por un codazo- y no podrá estar frente a los líderes de las eliminatorias. Y el marcador también fue alentador: un empate sin goles en Montevideo, con público, ante un rival tan directo que nos ha dejado fuera de los Mundiales por un punto o hasta un gol de diferencia.
Por eso, analizando el paisaje, también el contexto, es un puntazo en Montevideo. Pero hay un plano detalle que dejó una espina en las gargantas: la opción que desperdició Duván Zapata tras una gran asistencia de Luis Díaz. Una posibilidad inédita de romper una sequía de 47 años sin ganar en la capital de Uruguay.
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Cuadrado tiene un tapete rojo en el vestuario, en el campo. Una banda de alcalde que le ha otorgado Reinaldo Rueda en la silla vacía de James Rodríguez. En estos 13 partidos se ha ganado ese derecho. Un salvoconducto que lo priva de salir de la cancha: en tres oportunidades el DT ha hecho una reingeniería para ponerlo de lateral derecho, hacer los cambios y no sacarlo. En otras ha jugado como interior y en la última, en Barranquilla frente a Chile, como enganche. Las mil pieles de un Juan Guillermo Cuadrado que no ha podido refrendar esa etiqueta en el terreno de juego. Y ayer, por primera vez, a diez minutos del final, luego de uno de sus partidos más complicados, salió por Juan Fernando Quintero, quien ayudó en la circulación por la zona derecha. Y tras su tarjeta amarilla, Colombia deberá valorar otras alternativas para enfrentar a Brasil sin el “futbolista insignia” de Reinaldo.
Colombia resistió tras unos primeros 45 minutos en los que la presión e intensidad de los uruguayos los dejó aturdidos. Tan aturdidos, que el VAR anuló un gol de Luis Suárez por centímetros. El delantero del Atlético de Madrid también tuvo una opción muy clara tras una pérdida de pelota de Cuadrado. Pero lo más difícil de la intensidad es mantenerla. Y en la segunda parte empezó otro juego, en el que el equipo colombiano lució mejor vestido y hasta pudo llevarse la victoria. Solo hubo una opción, pero contrario a lo que sucedía en el pasado, fue clara, muy clara.
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Un partido sólido para Carlos Cuesta en su lectura de juego como central izquierdo. Y también de Johan Mojica, quien hace un mes, tras enterarse de que no lo habían convocado, subió una historia en su cuenta de Instagram en la que decía con donas -que hablaban de rosca- “¿Qué más hay que hacer?”. Pero Reinaldo no es un tipo de resentimientos, todo lo contrario. Y el lateral izquierdo del Elche, quien para varios especialistas ha sido el mejor en su posición del último mes en la liga española, tuvo un gran partido en defensa y proyectándose en ataque con sus centros, una de sus mejores bondades. Lo que había que hacer.
Wílmar Barrios fue una columna diseñada para resistir el primer tiempo. Y en el segundo, Jéfferson Lerma entró por Matheus Uribe y le dio más volumen de ataque al equipo.
Con el punto, Colombia quedó en una posición decente para seguir sus aspiraciones a Catar. También logró que Uruguay no sumara de a tres. Porque sabe que la clasificación al Mundial, contrario a lo que fue la pasada, esta vez, la llave está en Barranquilla. Quedan cinco partidos, dos de ellos se jugarán los próximos siete días. Allí reposa una buena porción de la clasificación. Una bolsa de 15 puntos para los 14 que tiene el equipo de Reinaldo Rueda en las primeras diez fechas de las eliminatorias. “Sabemos que tenemos déficit de puntos”, ha dicho en sus cinco ruedas de prensa posteriores a los duelos clasificatorios.
El domingo, ante una Brasil con registros impecables (27 puntos de 27 posibles), que prácticamente ya selló su tiquete a Catar, pero plagada de críticas hacia la expresión de juego de Tite, que privilegia el juego de posición sobre la fantasía y las gambetas de sus jugadores, Colombia buscará quitarle el invicto. Y el próximo jueves se estrellará en casa ante otro rival directo, Ecuador, que tiene los mismos 16 puntos que Uruguay en la tabla de posiciones.
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Reinaldo no pudo dormir el último mes, pero amaneció con un peso menos. Sin dejarse llevar por las tentaciones, con la tarea cumplida. Y aunque se han ganado apenas cuatro partidos de 13 en su mandato, el equipo sigue invicto. El otro mandato es el que sigue en entredicho: el de Cuadrado como jefe de filas. Porque en la Juventus, equipo en el que ha simplificado su juego, cortando el viento, hizo 17 asistencias la campaña pasada con un gran nivel. Se viene Brasil... pero en Barranquilla.