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El duelo comenzará a las 6:30 p.m. y se verá por Caracol Sports, pero Colombia entera estará haciendo fuerza desde varias horas antes, cuando Bolivia reciba en La Paz a Chile y Uruguay a Venezuela, en el estadio Centenario de Montevideo.
Y después de que acabe el de la tricolor tocará seguir pendientes de lo que ocurra en Lima, entre Perú y Ecuador. Como siempre, cuando los resultados han sido malos, la situación en la tabla apremia y se depende de resultados de terceros, hay que jugar pensando en lo que ocurra en otros estadios.
Como está la clasificación, con Brasil y Argentina con cupo seguro a Catar 2022, y Ecuador muy cerca, a Colombia le resta pelear por un cupo directo o el repechaje con charrúas e incas, además del ganador en la capital boliviana, que nos desplazaría de la sexta casilla.
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Lo primero y más importante es que el equipo que dirige Reinaldo Rueda necesita sumar. Aunque lo ideal es ganar en el estadio Mario Alberto Kempes, por la calidad del rival y el deseo que tiene de prolongar su invicto, que llega ya a 28 partidos, el empate sirve, siempre y cuando en la doble fecha de marzo les gane a Bolivia y Venezuela. Con 24 puntos el equipo nacional podría pelear el cupo al repechaje, siempre y cuando se den otros resultados.
¿Cuáles?, pues que Perú no sume cinco puntos y Uruguay seis en los tres duelos que les quedan. Una ventaja es que se enfrentan entre sí, el 24 de marzo. Perú juega hoy contra Ecuador y cierra ante Paraguay, ambos en casa. Los celestes se las verán con Venezuela y terminan la eliminatoria en Santiago, ante un Chile que podría estar ya eliminado para ese momento.
Si logra los nueve puntos que le quedan, Colombia asegura mínimo el quinto puesto, el de repechaje, e iría directamente si charrúas e incas no ganan sus tres compromisos.
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¿Enredado? Tal vez un poco. A ese punto ha llegado la selección luego de una segunda vuelta desastrosa y de seis partidos consecutivos sin anotar. Increíblemente dejó escapar puntos en Barranquilla ante Ecuador, Paraguay y Perú, pero además careció de ambición para buscar victorias en La Paz y Asunción, en donde sus rivales directos han ido a jugarse el tiquete a Catar.
Pero ya basta de lamentos. La realidad indica que a pesar de que directivos, jugadores y cuerpo técnico de la tricolor han hecho todos los méritos para quedarse fuera de la Copa Mundo, aún tienen posibilidades de clasificar y están aferrados a ellas.
“Las probabilidades son adversas, pero queremos desafiarlas”, dijo Falcao en nombre de sus compañeros. A ellos realmente lo único que se les reprocha fue lo que hicieron en los duelos ante Uruguay en Barranquilla y Ecuador en Quito, en los que fue evidente que bajaron los brazos o, al menos, no dejaron el alma en la cancha como en otros juegos que tampoco se ganaron, pero en los que mostraron dignidad.
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La selección está contra la pared. Como en las eliminatorias a Corea-Japón 2002, Alemania 2005 y Sudáfrica 2010, sus seguidores están lápiz en mano haciendo cuentas, sumas y restas, pronósticos y augurios, acomodando números para que la tricolor termine entre los cinco primeros.
El fútbol no invita al optimismo, tampoco el pasado reciente. Colombia se aferra a la jerarquía de sus jugadores y a los milagros que está claro que en el deporte se dan de vez en cuando. Ojalá, como pocas veces, esta vez se les dé a Rueda y sus muchachos.