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Los números lo ubicaron como el Mejor Dirigente del año. Si bien falta la joya de la corona, un título que avale el proceso, el año de la Federación Colombiana de Fútbol fue redondo.
“Fue un año en el que clasificamos a cinco Copas del Mundo FIFA, lo que nos llenó de muchísima complacencia. Además, en la rama femenina clasificamos a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Es el resultado de un trabajo armonizado con técnicos, con todo el mérito para los jugadores y un gran apoyo de los directivos”, dijo Ramón Jesurun que, junto a su esposa, asistió a la gala del Deportista del Año de El Espectador y Movistar.
Jesurun, que parecía refugiarse en su celular para atender los infinitos compromisos y mensajes, se mostró emocionado al recibir su reconocimiento como el Dirigente del Año. “Es un momento muy emocionante. Recuerdo siendo muy niño cuando se estableció este premio y les confieso dos cosas: una, jamás pensé que fuera a ser dirigente, y menos, que algún día tuviera este inmenso honor de tener este galardón”.
Para no imaginarlo, la vida ha resultado más generosa de lo que quizá creyó que podía ser. Jesurun, que estudió Administración de Empresas en la Universidad del Norte e hizo un posgrado en Administración y Economía en la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, pasó por cargos directivos en la Lotería del Atlántico, la Corporación Financiera del Transporte y en industrias relacionadas con este gremio, así como con el sector de las telecomunicaciones.
El dirigente barranquillero, quien tuvo su primera experiencia en el fútbol liderando al Junior de Barranquilla entre 1996 y 1997, empezó a ocupar una de las sillas del balompié colombiano cuando se convirtió en presidente de la Dimayor entre 2006 y 2015. Desde entonces ha liderado a la Federación Colombiana de Fútbol (FCF).
Es la primera vez que Ramón Jesurun obtiene este premio, y se le otorgó por un logro que solo habían alcanzado las selecciones de Brasil y Paraguay en la Conmebol: clasificar a cinco selecciones a Mundiales de la FIFA en un mismo calendario: la selección sub-20 masculina disputó el torneo quedando en tercer lugar en Chile, la sub-17 masculina compitió hasta los dieciseisavos de final en Catar, la sub-17 femenina alcanzó los octavos de final en Marruecos y la selección femenina de futsal participó en el Mundial de Filipinas.
La quinta selección fue la masculina de mayores. Tras un año de altibajos, que parecía evaporar las buenas sensaciones que dejó el 2024 con el subcampeonato de la Copa América y los triunfos históricos frente a Brasil y Argentina en Barranquilla, el combinado dirigido por Néstor Lorenzo logró clasificar en el tercer lugar al Mundial de Canadá, Estados Unidos y México, que se jugará en junio y julio del próximo año.
Jesurun, entre luces y sombras, ha trabajado por impulsar un proyecto que supere esos “casi” que vivimos conjugando cada vez que una selección sueña con un título y se queda ad portas de obtenerlo. A pesar de esas derrotas que nos han dejado a muy poco de la gloria, se muestra confiado y esperanzado de que el fruto de los esfuerzos llegará pronto.
“Los últimos tres o cuatro años sentamos unas bases muy sólidas buscando realmente que estos resultados llegaran. Este año prácticamente llegaron todos juntos. Ahora la responsabilidad es más grande porque hay que intentar preservarlo y aumentarlo. Nuestro próximo objetivo es ganar títulos. Estuvimos muy cerca este año y el gran reto es que rayemos en la excelencia en el próximo mundial de mayores de 2026”, aseguró el dirigente de la FCF y también representante en la FIFA de la Conmebol.
De hecho, en la pasada cumbre de fútbol Football Axxis, Jesurun resaltó ese trabajo: “El desarrollo que hemos tenido en las selecciones Colombia durante los últimos cinco años ha sido muy positivo, en la medida en que estamos preparando a todas las categorías, las 14 selecciones, incluyendo fútbol playa y fútbol sala. Desde el Comité Ejecutivo de la Federación, nos hemos esforzado por asegurar que las preparaciones sean de primer nivel, exigentes y con partidos amistosos internacionales. De esta manera, se ha invertido para que estos seleccionados lleguen con una preparación sólida a sus competencias”.
Jesurun —que parecía no tomar decisiones sin el aval de su esposa, Fadia Saade, que monitoreaba desde cómo lucía para las entrevistas hasta los espacios para las mismas— se mostró, aunque agradecido en reiteradas ocasiones, también reservado y buscó a sus colegas del Comité Olímpico —hizo parte de la junta años atrás— para compartir mesa durante la ceremonia el pasado lunes. En ella, destacó el crecimiento del fútbol femenino por los resultados de las selecciones de esta rama, así como el logro de haber organizado el Mundial Sub-20.
El dirigente barranquillero de 73 años dijo que en Colombia somos “una potencia dormida” en algunos deportes, que es fundamental el apoyo para las delegaciones y que el rol del Gobierno es clave para que todas las semanas haya alegrías como las que resaltamos medios y opinión pública cada vez que un deportista hace sonar el himno de nuestro país en las canchas y las pistas del mundo.
Con autocrítica y proyección, Jesurun reconoce que su obsesión es sumar títulos, poner en la vitrina de su oficina un trofeo que quite la imagen triste de ese vacío y de los miles de lamentos que hay detrás de ese espacio en blanco, y para ello manifiesta que se debe trabajar la parte mental, que tantas veces nos ha costado y muchos ahora llaman “la teoría” de los colombianos.
“Hay que enfatizar y fusionar el trabajo mental, no hay ninguna duda de que nos hemos acercado a las grandes potencias históricamente del mundo; ya no tememos enfrentarlos, ya sabemos que podemos jugar de tú a tú, y ese granito de la mentalidad es en el que nuestros técnicos y preparadores están hoy encaminados a optimizar para poder lograr algo que estamos muy cerca de obtener, que son los títulos mundiales”, concluyó Ramón Jesurun.
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