Hace un año el principal problema de los cafeteros era sobrevivir. Los precios del grano no alcanzaban ni siquiera para cubrir los costos de producción, y el Gobierno tuvo que destinar un paquete de ayudas que llegó a los $255.000 millones.
Hoy la historia es distinta. Si bien Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, sostiene que no se puede decir que hayan pasado de “los dolorosos a los gozosos”, sí es un hecho que la carga de café en el país se está pagando alrededor del millón de pesos. En 2018 cayó por debajo de los $700.000.
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Entre las razones han estado el mejor precio en la Bolsa de Nueva York. El viernes cerró en US$1,24 por libra (el año pasado, la cotización cayó del dólar por libra). Asimismo, una tasa de cambio que oscila entre los $3.400 y $3.500 les ha favorecido.
En este contexto, 90 delegados de 15 departamentos (que representan a 22 departamentos productores) se reunieron en Bogotá en el 87° Congreso Nacional de Cafeteros. El centro de la agenda fueron la agronomía, la productividad y la calidad, para mejorar la rentabilidad. Junto con los precios, los resultados técnicos del último año fueron una bala de oxígeno para el gremio: se logró una productividad de 20,5 sacos de café verde por hectárea (la más alta de la historia), y la edad de cafetales más joven: 6,7 años en promedio.
Como sugirió el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, durante su intervención en el congreso, los cafeteros ahora pueden pasar de hablar de sobrevivir a hablar de estrategias de mediano y largo plazo, como la de aumentar la calidad del grano. El presidente Iván Duque presentó los seis puntos que componen la estrategia para la caficultura con miras a 2030, esbozada junto con la Federación, y que, según el mandatario, quedará consignada en un documento Conpes en el segundo trimestre de 2020. Vea los seis puntos a continuación:
Productividad y calidad
Según Duque, el primer objetivo es profundizar la estrategia de “Más agronomía, productividad y calidad”, con un programa permanente de renovación de cafetales, fortaleciendo los programas de extensión, promoviendo la investigación de Cenicafé, entre otros.
Costos de producción
En segundo lugar en la agenda 2030 está el objetivo de reducir los costos de producción en los cultivos, promocionando el uso de nuevas y mejores prácticas de recolección del café, promoviendo el uso eficiente de insumos y facilitando el acceso a herramientas productivas, con la fertilización como uno de los elementos centrales.
Nuevas tecnologías
La adopción de nuevas tecnologías también forma parte de la estrategia. De acuerdo con el presidente Duque, la idea es que el naciente Ministerio de Ciencia y Tecnologías, así como agencias y entidades como Innpulsa y el Fondo Emprender, desempeñen un papel para que los productores puedan acceder a esas nuevas tecnologías.
Sobre volatilidad
La volatilidad en los ingresos del caficultor es uno de los mayores problemas que enfrenta el sector, por variables como la tasa de cambio o el precio en la Bolsa de Nueva York.
En esto será fundamental el Fondo de Estabilización de Precios del Café, creado este año por ley. El decreto reglamentario fue expedido el jueves pasado. Queda por firmar el contrato de administración entre el Gobierno y la Federación. Según Duque, también debe profundizarse la estrategia de agricultura por contrato.
Comercialización
La agenda 2030 contempla nuevas estrategias de comercialización y agregación de valor. El objetivo es, con acciones diplomáticas, posicionar aún más el café en mercados internacionales. Asimismo, está en la mira potenciar el mercado interno, en donde el consumo per cápita está por encima de los dos kilos por año. Según Roberto Vélez, gerente del gremio cafetero, hay una “revolución silenciosa” del consumo interno, cada vez más demandante en calidad.
Café como alternativa para la legalidad
El último objetivo en la agenda 2030, que según el Gobierno quedará consignado en un documento Conpes en el segundo trimestre de 2020, es seguir posicionando el café como instrumento para la legalidad. Es decir, como alternativa en la sustitución de cultivos de uso ilícito.
Según el Gobierno, se buscarán más convenios, como el suscrito con la empresa Nespresso en el sur del país, pero buscando que Colombia provea no solo la materia prima, sino que la producción de elementos, como las cápsulas de café, también se haga internamente.