China acusó a Estados Unidos este sábado de “intimidación” después de que Washington anunciara controles de exportación a SMIC, el mayor fabricante chino de chips informáticos, entre otras firmas chinas por supuestos vínculos con el ejército chino.
El ministerio de Comercio de China dijo que “se opone firmemente” a la medida, que afectará al mayor fabricante de chips del país, y prometió “tomar las medidas necesarias” para salvaguardar los derechos de las empresas chinas.
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Además, acusó a Estados Unidos de “abusar de los controles de exportación y otras medidas para reprimir continuamente” a entidades extranjeras, e instó a Washington a “detener el unilateralismo y la intimidación”.
El Departamento de Comercio dijo que Washington tiene pruebas de que SMIC ha trabajado con el ejército chino en el desarrollo de misiles balísticos de corto y mediano alcance y exoesqueletos para soldados, pero que había estado discutiendo con la empresa china durante meses sobre una manera de evitar la sanción.
También agregó al listado al fabricante de drones DJI por permitir vigilancia de alta tecnología en China, lo que el Departamento de Comercio denominó como “abusos de derechos humanos”.
Esta medida hace que las empresas estadounidenses deban solicitar una licencia antes de exportar sus productos a SMIC, y apunta específicamente a la capacidad de la empresa china de adquirir materiales para producir chips de 10 nanómetros o menos, los mejores de la industria.
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La decisión aumenta la presión sobre el fabricante de chips, que ha recibido miles de millones de dólares en apoyo de Pekín y está en el centro de sus esfuerzos para mejorar la autosuficiencia tecnológica del país.
Este nuevo incidente tiene lugar en las últimas semanas del mandato del presidente Donald Trump, bajo cuya administración se tensaron las relaciones entre Washington y Pekín y se inició una guerra comercial, en la que Estados Unidos amplió a unos cientos de empresas y filiales chinas su lista de entidades sancionadas.
La inclusión en la “Lista de Entidades” se ha convertido en una de las herramientas favoritas de la Administración de Donald Trump en su batalla comercial contra China. Actualmente hay en ella más de 300 empresas, organizaciones e instituciones del gigante asiático.
En el pasado, el Departamento de Comercio de EE. UU. ha empleado esta lista contra la compañía de telecomunicaciones Huawei y contra entidades vinculadas a presuntos abusos de los derechos humanos contra los uigures en la provincia de Xinjiang, de mayoría musulmana.