Economía colombiana crecerá 3,5 % en 2020, según el FMI
De acuerdo con la organización, el apoyo monetario, la migración venezolana y una mayor inversión podrían contribuir a este incremento.
Redacción economía y AFP.
Pese a que la economía latinoamericana se estancó en 2019, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que Colombia crecerá 3,5 % en 2020. Así lo aseguró este miércoles en uno de sus informes.
Según Alejandro Werner, director del FMI para el hemisferio occidental, los cambios recientes en la política fiscal del país impulsarán la inversión. Ello, sumado a la migración venezolana, las remesas, obras civiles y el continuo apoyo monetario llevarán al repunte del crecimiento del PIB este año.
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No obstante, el organismo estimó que el escenario a nivel regional plantea nuevos retos y la urgencia de una reactivación. "De hecho, el PIB real per cápita de la región ha disminuido 0,6 % por año en promedio durante el período 2014-2019", señaló el economista, destacando el contraste con un aumento de 2% durante el periodo de auge de las materias primas entre 2000 y 2013.
En su informe, el FMI rebajó en 0,2 puntos porcentuales a 1,6 % su previsión de crecimiento para América Latina en 2020 por las protestas en Chile y por la debilidad de las inversiones en México. Estas proyecciones se dan en un contexto en el que la entidad rebajó en una décima de punto, a 3,3 %, su expectativa de crecimiento mundial para este año.
En el caso de Chile, la organización recortó las previsiones de crecimiento para 2020 a un 0,9 %, una fuerte disminución con respeto al pronóstico hecho en octubre -antes del inicio de las protestas- cuando el FMI proyectaba una expansión de 3 % para este año.
Sin embargo, el FMI prevé que la actividad económica chilena debería recuperarse "gradualmente" apuntalada por una importante expansión fiscal y por una política monetaria más laxa.
Coronavirus y protesta social
Para la entidad multilateral con sede en Washington, si bien los riesgos negativos externos se han moderado gracias a la flexibilización de la política monetaria y a la firma del acuerdo comercial de fase uno entre EE. UU. Y China, hoy hay “riesgos nuevos” para la economía regional, entre ellos, la propagación global del coronavirus, que podría interrumpir “significativamente” la actividad económica mundial, el comercio y los viajes.
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Otro riesgo es el descontento social en países como Ecuador y Colombia. Aunque admiten que las causas varían de un país a otro, subrayan que estas obedecen a una "insatisfacción con ciertos aspectos de los sistemas económicos y políticos". Para ello, una prioridad será reactivar el crecimiento y hacerlo más inclusivo, manteniendo la estabilidad macroeconómica.
Para Werner la "falta de ímpetu" obedece por un lado a factores estructurales, como la escasez de inversión, el lento aumento de la productividad y un clima poco propicio para los negocios.
El FMI también atribuyó la debilidad a condiciones cíclicas como el bajo nivel del crecimiento mundial, los precios de las materias primas, la fuerte incertidumbre y el "malestar social".
Werner destacó que el crecimiento potencial sigue estando "entorpecido por los persistentes problemas estructurales", citando el fuerte endeudamiento público, los sistemas financieros más débiles, los altos niveles de desempleo y la vulnerabilidad a las oscilaciones de las materias primas.
"La exposición de la región a los riesgos climáticos sigue exigiendo la adopción de políticas firmes", advirtió.
Pese a que la economía latinoamericana se estancó en 2019, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que Colombia crecerá 3,5 % en 2020. Así lo aseguró este miércoles en uno de sus informes.
Según Alejandro Werner, director del FMI para el hemisferio occidental, los cambios recientes en la política fiscal del país impulsarán la inversión. Ello, sumado a la migración venezolana, las remesas, obras civiles y el continuo apoyo monetario llevarán al repunte del crecimiento del PIB este año.
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No obstante, el organismo estimó que el escenario a nivel regional plantea nuevos retos y la urgencia de una reactivación. "De hecho, el PIB real per cápita de la región ha disminuido 0,6 % por año en promedio durante el período 2014-2019", señaló el economista, destacando el contraste con un aumento de 2% durante el periodo de auge de las materias primas entre 2000 y 2013.
En su informe, el FMI rebajó en 0,2 puntos porcentuales a 1,6 % su previsión de crecimiento para América Latina en 2020 por las protestas en Chile y por la debilidad de las inversiones en México. Estas proyecciones se dan en un contexto en el que la entidad rebajó en una décima de punto, a 3,3 %, su expectativa de crecimiento mundial para este año.
En el caso de Chile, la organización recortó las previsiones de crecimiento para 2020 a un 0,9 %, una fuerte disminución con respeto al pronóstico hecho en octubre -antes del inicio de las protestas- cuando el FMI proyectaba una expansión de 3 % para este año.
Sin embargo, el FMI prevé que la actividad económica chilena debería recuperarse "gradualmente" apuntalada por una importante expansión fiscal y por una política monetaria más laxa.
Coronavirus y protesta social
Para la entidad multilateral con sede en Washington, si bien los riesgos negativos externos se han moderado gracias a la flexibilización de la política monetaria y a la firma del acuerdo comercial de fase uno entre EE. UU. Y China, hoy hay “riesgos nuevos” para la economía regional, entre ellos, la propagación global del coronavirus, que podría interrumpir “significativamente” la actividad económica mundial, el comercio y los viajes.
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Otro riesgo es el descontento social en países como Ecuador y Colombia. Aunque admiten que las causas varían de un país a otro, subrayan que estas obedecen a una "insatisfacción con ciertos aspectos de los sistemas económicos y políticos". Para ello, una prioridad será reactivar el crecimiento y hacerlo más inclusivo, manteniendo la estabilidad macroeconómica.
Para Werner la "falta de ímpetu" obedece por un lado a factores estructurales, como la escasez de inversión, el lento aumento de la productividad y un clima poco propicio para los negocios.
El FMI también atribuyó la debilidad a condiciones cíclicas como el bajo nivel del crecimiento mundial, los precios de las materias primas, la fuerte incertidumbre y el "malestar social".
Werner destacó que el crecimiento potencial sigue estando "entorpecido por los persistentes problemas estructurales", citando el fuerte endeudamiento público, los sistemas financieros más débiles, los altos niveles de desempleo y la vulnerabilidad a las oscilaciones de las materias primas.
"La exposición de la región a los riesgos climáticos sigue exigiendo la adopción de políticas firmes", advirtió.