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El Credit Suisse no consigue calmar a los mercados y sufre hecatombe bursátil

La acción de la entidad, considerada como el punto débil de la red bancaria en Suiza, cayó 24,24%, con una capitalización bursátil de poco menos de 6.700 millones de francos suizos (6,800 millones de euros, 7.200 millones de dólares).

15 de marzo de 2023 - 08:43 p. m.
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El banco central y el supervisor financiero de Suiza salieron el miércoles finalmente en defensa de Credit Suisse (CS), después de que el segundo banco del país registrara el peor derrumbe bursátil de su historia.

“El Credit Suisse satisface las exigencias en materia de capital y de liquidez impuestas a los bancos de importancia sistémica”, aseguraron el Banco Nacional Suizo (BNS, banco central) y la Autoridad Supervisora del Mercado Financiero (Finma) en un comunicado conjunto.

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“En caso de necesidad, el BNA pondrá liquidez a disposición del Credit Suisse”, agregaron las instituciones, en sus primeros comentarios tras una jornada en la cual los problemas del CS lastraron los mercados mundiales.

La acción de la entidad, considerada como el punto débil de la red bancaria en Suiza, cayó 24,24%, con una capitalización bursátil de poco menos de 6.700 millones de francos suizos (6,800 millones de euros, 7.200 millones de dólares).

El Gobierno suizo y los reguladores han estado discutiendo opciones para estabilizar el banco, que van desde una muestra pública de apoyo y el respaldo de liquidez hasta soluciones más estructurales, incluida la separación de la unidad suiza y una unión con su rival suizo más grande UBS Grupo AG.

La crisis se agudizó el miércoles luego de que el Banco Nacional Saudí descarta aumentar su participación debido a restricciones regulatorias. El desplome contribuyó a arrastrar a la baja a todos los bancos europeos en medio de la aversión al riesgo provocado por la quiebra de Silicon Valley Bank.

“No hay indicios de un riesgo directo de contagio para las instituciones suizas debido a la actual turbulencia en Estados Unidos”, dijo Finma y el Banco Nacional Suizo en el comunicado. “Finma y el SNB siguen muy de cerca la evolución de la situación y están en estrecho contacto con el Departamento Federal de Finanzas para garantizar la estabilidad financiera”.

A diferencia de SVB, el establecimiento suizo forma parte de los treinta bancos internacionales considerados demasiado grandes para que se les deje caer bancarrota, lo cual le impone asimismo una reglamentación más estricta para resistir en caso de sacudidas fuertes.

La preocupación se extiende más allá de Suiza y el Tesoro estadounidense declaró que estaba “vigilando la situación y en contacto con sus homólogos internacionales”.

La situación arrastró a las bolsas europeas, que cerraron el miércoles con fuertes bajas, con pérdidas de más del 3% en París, Fráncfort y Londres 3,83% y de más del 4% en Milán y Madrid.

El hundimiento de la acción del banco helvético aceleró tras la negativa de su principal accionista, el Banco Nacional Saudita, a ampliar su participación en el capital.

Interrogado por Bloomberg TV sobre si el banco saudita podría invertir más dinero, su presidente Amar Al Judairy, afirmó: “La respuesta es absolutamente no, por varias razones cada vez más simples, que son reglamentarias y estatutarias”, declaró.

Las sauditas poseen actualmente 9,8% del banco suizo. “Si superamos el 10%, entran en vigor una serie de nuevas reglas”, explicó.

Los sauditas se convirtieron en los primeros accionistas de CS durante un aumento de capital en noviembre lanzado para financiar una fuerte reestructuración de la entidad.

Para leer: Lo que deja la caída del Silicon Valley Bank en los principales mercados del mundo

La ley suiza prevé que las personas físicas o morales que tienen en un banco, directa o indirectamente, al menos 10% del capital o del derecho de voto tienen que dar “la garantía de que su influencia no es susceptible de ser ejercida en detrimento de una gestión prudente y sana” del establecimiento.

Superar este eslabón del 10% en el segundo mayor banco helvético podría causar revuelo en el país, en momentos en que sus accionistas ya vieron reducirse su participación tras el aumento de capital y asisten al hundimiento de su valor.

Desde hace dos años, el banco está en dificultades tras la quiebra de la empresa financiera británica Greensill, que marcó el inicio de una serie de escándalos que debilitaron al banco.

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