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El silencio oficial duró semanas, pero este 8 de abril el Gobierno confirmó lo que ya era un secreto a voces: Susana Muhamad, exministra de Ambiente, será la nueva directora del Departamento Nacional de Planeación (DNP). Su hoja de vida aún no ha sido publicada en el portal de aspirantes de Presidencia, pero fuentes de alto nivel le aseguraron a este diario que la decisión ya está tomada.
La funcionaria, que renunció en febrero pasado tras un polémico consejo de ministros, regresará al gabinete para liderar la entidad clave en la planificación del desarrollo y la ejecución de inversiones públicas.
Aunque su retorno estuvo en vaivenes desde su salida del Ministerio, su nombre nunca dejó de pesar dentro del proyecto político del presidente Gustavo Petro. De hecho, Muhamad fue una de las pocas ministras que acompañó al mandatario desde el primer día de su gobierno, y su gestión fue una de las más destacadas, incluso por el mismo presidente.
Durante su paso por la cartera ambiental, logró frenar los índices de deforestación, consolidar mecanismos de financiamiento a largo plazo y, sobre todo, posicionar a Colombia en la agenda ambiental global al traer la COP16 al país.
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Tras varios diálogos con el presidente Petro y otros miembros del Ejecutivo, Muhamad aceptó un nuevo reto: dirigir la entidad responsable de coordinar la planeación del país. Lo hará en reemplazo de Alexander López Maya, quien había asumido el cargo en febrero de 2024 y renunció un año después. Desde su salida, el DNP ha estado bajo la dirección encargada de Jhonattan Duque Murcia.
El DNP es el cerebro del Gobierno en cuanto a políticas públicas se refiere. No solo diseña, articula y hace seguimiento a los 372 artículos del Plan Nacional de Desarrollo (PND), sino que también coordina con las entidades territoriales la inversión pública del país.
Más allá del reto técnico, su llegada representa también un nuevo equilibrio político dentro del gabinete en el año y medio que le resta. Muhamad es una de las figuras más cercanas al petrismo. Fue secretaria de Ambiente y de Gobierno durante la Alcaldía de Petro en Bogotá, y concejal de la capital antes de llegar al Ministerio. Su perfil combina formación académica (es politóloga de la Universidad de los Andes y tiene una maestría en Planificación del Desarrollo Sostenible en Sudáfrica) con una trayectoria política en causas progresistas y feministas.
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A la funcionaria le corresponde liderar la implementación del ambicioso plan “Colombia, potencia de la vida”, aprobado mediante la Ley 2294 de 2023. Se trata de la hoja de ruta del cuatrienio, que contempla inversiones públicas por más de $1.154 billones.
Uno de sus pilares es el ordenamiento territorial alrededor del agua, como punto de partida para una economía descarbonizada y con justicia ambiental.
Muhamad también tendrá que impulsar reformas clave en el año y medio que le queda al actual gobierno: la aplicación de la reforma al Sistema General de Participaciones, el cumplimiento del capítulo étnico del Acuerdo de Paz, la consolidación del catastro multipropósito, el impulso a la economía del cuidado, la transformación energética, la reindustrialización del país y la sostenibilidad financiera de sectores como la salud, el transporte público y la política nacional de inteligencia artificial.
Por otro lado, un debate pendiente y sensible (y con respaldo de entidades como la Contraloría) es la posible eliminación de los estratos socioeconómicos como criterio para asignar subsidios. En ese frente, a Susana Muhamad le corresponderá liderar desde el DNP la transición hacia un sistema más eficiente, que permita al Estado identificar los ingresos reales de las personas y, con ello, mejorar la focalización del Sisbén y de otros programas sociales.
Al mismo tiempo, otro reto técnico y político será la discusión sobre la regla fiscal, que fija un límite al gasto público. La idea de flexibilizar este marco ha cobrado fuerza dentro del Gobierno, especialmente después de los descalces entre el presupuesto aprobado y el recaudo tributario real, que ha estado por debajo de lo proyectado.
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La pregunta es cómo conciliará sus principios con un gabinete en el que todavía está presente Armando Benedetti, cuya permanencia fue, en su momento, la causa de su renuncia. “Yo creo que las mujeres en política debemos asumir banderas feministas y tenemos una gran responsabilidad para que este primer gobierno del cambio termine con unos resultados tangibles de avance. Si no, creo que sería una gran decepción”, dijo en una entrevista reciente con la revista Cambio.
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