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Esta es una de esas historia que nacen por una necesidad insatisfecha y se van creciendo poco a poco: “Todo comenzó porque, al enfrentar problemas de salud, me di cuenta de lo difícil que es encontrar productos saludables y responsables en los supermercados. La mayoría de los alimentos que vemos están hechos por grandes empresas que no siempre priorizan nuestra salud o la del planeta. Es frustrante ver que pequeños productores, que hacen las cosas bien, no tienen la misma visibilidad ni pueden competir en los anaqueles. Por ejemplo, mucha miel que compramos no es miel pura, y los pequeños apicultores que cuidan de las abejas no logran llegar a nosotros porque no tienen los recursos para distribuir sus productos”, cuenta César Fernando López Ramírez, uno de los creadores del emprendiento Blue Carbon Reserve.
Y “con Blue Carbon Reserve, estamos cambiando eso. Queremos darles a estos emprendedores y sus productos responsables una “insignia verde” que no sea costosa ni inaccesible. Así, ellos se pueden destacar, y los consumidores como tú y yo podemos identificar qué productos son buenos no solo para el planeta, sino también para nuestra salud. Esto incluye desde frutas libres de pesticidas hasta alimentos realmente nutritivos, que no dañen nuestra salud a largo plazo. Además, nuestra misión es amplificar este mensaje y educar a las personas sobre cómo nuestras decisiones de consumo impactan al planeta. Queremos cambiar la balanza que actualmente está a favor de productos que contaminan y perjudican nuestra salud. Blue Carbon Reserve busca que cada compra sea un voto por un futuro más limpio, saludable y justo para todos”, apunta. Su historia, completa, es contada en nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
¡Hola! Somos Katherine y César, mi hermana y cofundadora recientemente cumplió el 8 de diciembre 30 años de edad y este 31 de diciembre de 2024 yo cumpliré 44 años. Ella es Arquitecta de la UPB y se desempeña como coordinadora de proyectos, en mi caso Estudié Administración de Empresas en la Universidad Externado de Colombia y tengo una maestría en mercadeo de la Universidad EADA en Barcelona. Además, ambos hemos estudiado sobre cómo cuidar el medio ambiente y cómo ayudar a empresas a ser más responsables con el planeta.
En mi caso particular, después de trabajar muchos años en grandes multinacionales por Latinoamérica, me di cuenta de algo que no me gustaba: las empresas suelen poner las ganancias por encima del cuidado del medio ambiente. Por otro lado, vi que muchas pequeñas empresas nacen con buenas intenciones, queriendo hacer productos sostenibles, pero casi nunca reciben suficiente apoyo de los consumidores ni tienen lugares donde mostrar lo que hacen.
Eso nos llevó a fundar Blue Carbon Reserve, una iniciativa para ayudar a estos emprendimientos con “ADN verde” a ganar más visibilidad y conectar con personas que realmente valoran lo sostenible. La idea es simple: cuanto más crezca Blue Carbon Reserve, más áreas naturales podemos conservar, más empresas sostenibles podemos apoyar y más personas podemos inspirar para consumir productos saludables y responsables con el planeta.
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A diferencia de otras empresas que buscan solo ganar más dinero sin importar las consecuencias, nosotros creemos que nuestras acciones deben tener solo impactos positivos. Por ejemplo:
• Si una empresa de licores aumenta sus ventas, eso podría causar proporcionalmente más accidentes, enfermedades y desechos contaminantes.
• Si una tabacalera vende más cigarrillos, aumentan proporcionalmente los casos de cáncer y toneladas de colillas que contaminan el ambiente.
En Blue Carbon Reserve, cada acción beneficia al planeta. Nos hemos ganado reconocimientos como el Premio Nacional de Ecología Planeta Azul, porque trabajamos directamente para la naturaleza. De hecho, podríamos decir que la naturaleza es nuestra jefa, y cada venta que hacemos ayuda a conservar más áreas naturales y a apoyar empresas que cuidan el mundo. Ese es nuestro propósito: usar la experiencia y conocimientos para crear algo que realmente haga la diferencia.
2 ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Nuestra idea fue crear una empresa que existiera para servirle a la naturaleza. Queríamos crear algo que con su crecimiento solo traiga beneficios para las personas y el planeta. Así nació Blue Carbon Reserve, un proyecto que combina mi amor por el medio ambiente con la experiencia que en mi caso gané trabajando por muchos años en empresas en diferentes países. La idea tomó forma después de haber vivido fuera de Colombia por unos 10 años. Al regresar, visité San Andrés, la isla donde pasé gran parte de mi infancia y adolescencia. Lo que encontré me impactó muchísimo: los ecosistemas que recordaba estaban muy deteriorados. Los arrecifes habían perdido vida, las migraciones de cangrejos casi desaparecieron, y las playas que antes eran amplias estaban siendo devoradas por el cambio climático y la subida del nivel del mar.
Crecer en San Andrés nos marcó profundamente. En el colegio, teníamos excelentes profesores que nos enseñaban a cuidar el medio ambiente desde muy pequeños. Por ejemplo, hacíamos carteleras para identificar las diferentes especies de manglares y participábamos en brigadas para recoger la basura que los turistas dejaban tirada en los manglares. A veces, al limpiar, encontraba cosas como cangrejos ermitaños usando tapas plásticas como caparazón en lugar de las conchas que deberían tener. Eso era muy triste y esto nos dejó una huella permanente.
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En mi caso si no hubiera estudiado Administración de Empresas, probablemente habría estudiado Ecología o Biología Marina. Pero con los años entendí, fue lo mejor. porque ahora podía usar lo que aprendí en administración, mercadeo y la experiencia laboral para apoyar a la naturaleza. Así nació Blue Carbon Reserve: promover a las empresas que realmente se esfuerzan por cuidar el medio ambiente, para que más personas las conozcan y apoyen.
Por ejemplo, imagina que 100 empresas usan nuestra insignia en sus productos y cada una vende 1,000 productos al mes. Eso significa que 100,000 personas verían el mensaje de cuidar el planeta. Ahora, si logramos que 10,000 empresas hagan lo mismo, ¡serían 10 millones de personas viendo ese mensaje cada mes! Así, poco a poco, podemos cambiar la forma en que todos pensamos y actuamos por el medio ambiente. Es un modelo que multiplica su impacto con el apoyo de la gente. Cuantas más empresas y personas se unan, más fuerza tendrá este movimiento para crear un futuro mejor para todos.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
No fue nada fácil, y decirlo suena mucho más sencillo que vivirlo. Pero cuando miro hacia atrás, aunque el tiempo ha pasado volando, sé que cada esfuerzo valió la pena. Emprender es algo que requiere una dedicación casi sobrehumana, y durante dos años hemos trabajado días y noches sin descanso, aprendiendo y preparándonos para que esta idea se convirtiera en realidad. Primero, fue necesario construir las bases: registramos la marca, definimos cómo iba a funcionar el modelo de negocio y conseguimos certificaciones que nos dieran credibilidad. Todo esto fue parte del camino para convertirnos en una startup que pudiera destacarse no solo en Colombia, sino en toda Latinoamérica y el mundo.
Blue Carbon Reserve nació con una idea clara: proteger los ecosistemas de carbono azul como los manglares. Estos lugares son como superhéroes del planeta, ya que capturan grandes cantidades de dióxido de carbono y ayudan a frenar el cambio climático. Sin embargo, están en peligro debido a la urbanización y la contaminación. El modelo que creamos conecta a las empresas que quieren compensar su huella de carbono con reservas naturales que necesitan apoyo financiero para ser protegidas y restauradas. Esto no solo es bueno para el planeta, también ayuda a las empresas a cumplir sus compromisos ambientales de una forma real, tangible y sobre todo asequible.
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Desde el principio, el sueño siempre fue grande. No solo queríamos ser una startup más, sino llegar a tener un impacto que trascendiera fronteras. Ahora, seguimos trabajando para crecer y, quién sabe, tal vez un día cotizar en la Bolsa de Nueva York, como algunas grandes startups que han surgido en nuestra región. Hacer esto realidad fue posible porque nunca dejamos de trabajar, porque creímos en la misión y porque, aunque ha sido agotador, el amor por lo que hacemos nos da fuerzas para seguir adelante.
4 ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
El dinero inicial vino de nuestros propios ahorros y del apoyo de mi familia y amigos que creyeron en esta idea desde el comienzo. Pero eso solo fue el punto de partida. Para avanzar y crecer, tuvimos que buscar otras formas de financiamiento. Participamos en concursos, programas de aceleración y convocatorias que nos dieron visibilidad, recursos y muchas oportunidades.
Por ejemplo: • Ganamos el Premio Nacional de Ecología Planeta Azul del Banco de Occidente, que nos dio un capital semilla. • Participamos en programas como Hechos a Pulso y 100+ de Impulsa, donde obtuvimos diplomados en sostenibilidad y otros beneficios que nos ayudaron a fortalecer la iniciativa. • También recibimos apoyo en especie, como descuentos para registrar nuestra marca y consultorías especializadas de instituciones como la Superintendencia de Industria y Comercio, la Universidad CEIPA, y otras.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
No todo se trata de dinero. Las alianzas y el apoyo de las personas correctas son clave. Preferimos construir relaciones auténticas y aprovechar el voz a voz positivo en lugar de gastar en publicidad en internet. Así mantenemos precios accesibles, y si hacemos un buen trabajo, quienes creen en nosotros nos recomiendan a otros. Además, universidades como la UPB y el Externado, incubadoras como Créame y Parque E, y medios locales nos han ayudado a darnos a conocer como QHubo y El Frente. Ahora, gracias a El Espectador, llegamos a un público nacional, lo que nos permite crecer poco a poco y afinar nuestro modelo antes de dar el salto internacional.
Por último, estamos convencidos de que cada pequeño esfuerzo cuenta para cuidar el planeta. Nuestro objetivo es inspirar a empresas, consumidores y todos los que nos rodean a actuar por el clima. Solo si trabajamos juntos podremos lograr un futuro mejor para nosotros y las próximas generaciones.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estamos demostrando que cualquier persona o pequeña empresa puede ser parte del cambio para cuidar el medio ambiente. Queremos que Colombia sea un ejemplo de sostenibilidad en la región, como lo es Costa Rica, un país que vive del turismo ecológico y protege sus recursos naturales al máximo. Imaginamos un futuro donde Colombia también sea conocida por cuidar su biodiversidad y por ofrecer productos responsables con el planeta.
Todo comenzó porque, al enfrentar problemas de salud, me di cuenta de lo difícil que es encontrar productos saludables y responsables en los supermercados. La mayoría de los alimentos que vemos están hechos por grandes empresas que no siempre priorizan nuestra salud o la del planeta. Es frustrante ver que pequeños productores, que hacen las cosas bien, no tienen la misma visibilidad ni pueden competir en los anaqueles. Por ejemplo, mucha miel que compramos no es miel pura, y los pequeños apicultores que cuidan de las abejas no logran llegar a nosotros porque no tienen los recursos para distribuir sus productos.
Con Blue Carbon Reserve, estamos cambiando eso. Queremos darles a estos emprendedores y sus productos responsables una “insignia verde” que no sea costosa ni inaccesible. Así, ellos se pueden destacar, y los consumidores como tú y yo podemos identificar qué productos son buenos no solo para el planeta, sino también para nuestra salud. Esto incluye desde frutas libres de pesticidas hasta alimentos realmente nutritivos, que no dañen nuestra salud a largo plazo. Además, nuestra misión es amplificar este mensaje y educar a las personas sobre cómo nuestras decisiones de consumo impactan al planeta. Queremos cambiar la balanza que actualmente está a favor de productos que contaminan y perjudican nuestra salud. Blue Carbon Reserve busca que cada compra sea un voto por un futuro más limpio, saludable y justo para todos.
Con cada paso que damos, estamos inspirando a otros, cambiando mentalidades y probando que juntos podemos construir un mundo mejor. ¿Te unes al cambio?
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6. ¿Soy feliz?
Sí, definitivamente sí. Miramos atrás y nos damos cuenta de todo lo que hemos logrado. Nos llena de alegría saber que estamos haciendo algo positivo para el medio ambiente. Aunque no ha sido fácil, cada paso que damos nos acerca más a proteger lo que nos rodea y a construir un futuro mejor. Lo que más nos emociona es ver cómo cada vez más empresas se están sumando a nuestra causa, entendiendo que tienen que compensar su huella de carbono. Este es un logro que no tiene precio.
Trabajar con un equipo tan apasionado y comprometido también nos hace sentir que vamos por el camino correcto. Sabemos que, aunque siempre hay obstáculos, la misión de Blue Carbon Reserve es tan importante que, a pesar de las dificultades, seguimos con la energía de seguir adelante. La verdadera felicidad no viene de tener cosas, sino de saber que estamos contribuyendo al bienestar del planeta y de las generaciones futuras. Cada paso, cada pequeño logro, refuerza nuestra convicción de que estamos haciendo lo correcto.
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Antes, Katherine y yo solíamos preguntarnos qué era eso de “encontrar tu propósito”. No lo entendíamos bien y pensábamos que era solo un cliché, una de esas frases que suenan bonitas pero no significan nada. Pero, con el tiempo y tras vivir tantas experiencias, entendimos que ese propósito no es algo abstracto, sino que es algo que te llena de verdad. Cuando nació Blue Carbon Reserve, sentimos que por fin habíamos encontrado lo que nos mueve. Nos hace muy felices saber que estamos trabajando al servicio de la naturaleza, ayudando a las personas y, sobre todo, protegiendo lo que amamos.
Cada vez que hacemos bien nuestro trabajo, más personas se benefician, y más ecosistemas podemos proteger. Nos damos cuenta de que, aunque no nos llevemos nada material cuando lleguemos al final, podemos dejar un legado positivo. Sabemos que nuestra misión como agentes de cambio es dejar solo cosas buenas en el mundo, y eso nos llena de satisfacción. Sentir que estamos contribuyendo a algo más grande que nosotros mismos es, para Katherine y para mí, la verdadera felicidad.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Nos hemos hecho esa pregunta varias veces, porque sabemos que, como en todo emprendimiento, llega un punto en el que necesitamos más recursos para crecer. Y sí, es común tener que ceder parte de la empresa a inversionistas. Pero, para nosotros, hay algo muy claro: nunca venderíamos más del 29% de Blue Carbon Reserve. Queremos asegurarnos de que el propósito que tenemos, el de proteger el medio ambiente y crear un futuro más sostenible, siga siendo lo más importante. No queremos que nuestra iniciativa caiga en manos equivocadas que la utilicen para fines políticos o como una herramienta de marketing para grandes corporaciones.
Sería genial si tuviéramos el apoyo necesario para mantenernos completamente independientes, sin tener que depender de capitales de inversión. Pero sabemos que convencer a las personas sobre lo que realmente necesita el planeta no es fácil. Por eso, nuestra estrategia se basa en sensibilizar y educar, porque creemos que si la gente realmente entiende la importancia de lo que estamos haciendo, el apoyo llegará. Todo parte de allí, de hacer entender que el cambio real solo será posible si todos nos comprometemos y somos parte activa de esta causa.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Emprender no ha sido fácil, y la verdad es que, aunque sabemos lo que se necesita para dar esos primeros pasos, lo difícil realmente ha sido encontrar a las personas adecuadas para asociarnos. En el camino, nos dimos cuenta de que mucha gente solo busca dinero rápido, trabaja poco y quiere enriquecerse de un día para otro. Pero emprender no es así. Es un estilo de vida que requiere dedicación constante. Un emprendedor trabaja el doble o el triple que alguien en un empleo tradicional, y casi siempre es el último en recibir su sueldo. Por eso, los que se lanzan al emprendimiento solo por dinero o por pensar que van a trabajar menos, en su mayoría, no tienen éxito. El verdadero éxito llega para quienes encuentran un propósito genuino, algo que los impulse de verdad.
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Nosotros, afortunadamente, encontramos ese propósito. Y eso hace que las largas horas que dedicamos a Blue Carbon Reserve no se sientan pesadas. Todo lo contrario: se pasan volando. Es como cuando haces algo que disfrutas mucho, aunque te cansas, no te importa porque amas lo que haces. Nos sentimos muy afortunados por haber encontrado este propósito. El reto más grande que hemos enfrentado ha sido convencer a las empresas de lo importante que es compensar su huella de carbono mediante la protección de los ecosistemas de carbono azul. Aunque el cambio climático es algo que cada vez más personas reconocen, muchas empresas aún no entienden bien por qué deben invertir en soluciones sostenibles. No solo es una responsabilidad moral, sino una estrategia inteligente para el futuro. Convencerlas de esto ha sido un proceso largo, que ha requerido mucha educación y paciencia.
Otro desafío ha sido superar barreras tecnológicas y operativas para crear una solución que sea fácil asequible y confiable. Además, hemos tenido que asegurar el financiamiento necesario para crecer. Aunque hemos recibido algo de apoyo al principio, siempre necesitamos más para seguir innovando y mantener la calidad de lo que hacemos. Pero, a pesar de todo, seguimos adelante, porque sabemos que estamos en el camino correcto.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Al principio de este año, el sueño de Blue Carbon Reserve era ganar el Premio Nacional de Ecología Planeta Azul. Hoy, ya hemos dado ese primer gran paso, pero sabemos que el camino no termina allí. Nuestro próximo objetivo es convertirnos en la primera startup unicornio ambiental de Colombia y dejar en alto el nombre de nuestro país, para que así podamos ser un referente mundial en sostenibilidad. Es un reto grande, pero sabemos que con el apoyo de muchos colombianos y empresas que se sumen a nuestra causa, especialmente en 2025, lo lograremos.
Lo increíble de todo esto es que hacer parte de nuestra iniciativa es muy sencillo. Con una donación de solo 36.500 pesos —lo que equivale a tan solo 100 pesos diarios—, puedes unirte a Blue Carbon Reserve. El proceso es rápido, no toma más de 10 minutos. Y lo mejor de todo: recibirás tu insignia de miembro directamente en tu correo electrónico, como por arte de magia, todo gracias a la inteligencia artificial. Pero, aunque estamos contentos con lo que hemos logrado, aún nos falta mucho. Queremos seguir creciendo, inspirando a más personas y empresas, y expandir nuestra misión para proteger el planeta.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Lo que viene para nosotros en 2025 es muy emocionante. La meta es participar en todos los eventos posibles de capitales ángel y fondos de inversión. Queremos presentar nuestro pitch deck y levantar nuestra primera ronda de inversión, lo que nos permitirá crecer y expandirnos a toda Latinoamérica. Luego, en 2026, vendrá una segunda ronda de inversión, con el objetivo de llegar a los principales países del mundo. Queremos seguir haciendo crecer esta idea que creemos tan importante, para que cada vez más personas y empresas se sumen al cambio que el planeta necesita. Así que lo que sigue es seguir trabajando con más fuerza que nunca, con la convicción de que estamos en el camino correcto.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
¡Claro que sí! Desde el principio, Blue Carbon Reserve se pensó como una startup de tecnología climática. Usamos metodologías ágiles y nuestro modelo está basado en un sistema de software como servicio (SaaS), lo que nos permite crecer rápidamente. Al estar enfocados en la tecnología, podemos escalar nuestro impacto a nivel mundial, de manera similar a empresas como Airbnb. Esto significa que, con el apoyo adecuado, podemos llegar a muchos más lugares y ayudar a más personas a compensar su huella de carbono, sin importar dónde estén.
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12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
En el mundo de las startups, especialmente en el sector de tecnología climática, es bastante común buscar inversión para poder seguir creciendo. Blue Carbon Reserve necesita recursos para desarrollar nuestro software, expandir nuestras operaciones y seguir innovando en el ámbito de la conservación. Por eso, es necesario contar con inversionistas, ya sea fondos de inversión especializados en climate tech o ángeles inversionistas. Sin embargo, nuestra prioridad es mantener la misión y el propósito que nos motivaron a crear esta empresa. Por eso, aunque estamos abiertos a recibir inversión, nuestra meta es que al final de todas las rondas de inversión no cedamos más del 71% de la empresa. Esto asegura que podamos seguir tomando decisiones alineadas con nuestra visión y no perder el control sobre lo que realmente importa: la sostenibilidad y el bienestar del planeta.
Para seguir creciendo, necesitamos tres recursos clave: financiamiento, talento humano especializado y expansión de nuestra infraestructura tecnológica. Con el financiamiento adecuado, podremos implementar más proyectos de restauración y fortalecer nuestra plataforma de monitoreo. Además, buscamos profesionales con experiencia en áreas clave, como ciencia ambiental y tecnología, para asegurar que nuestras iniciativas sean exitosas. Y, por supuesto, invertir en innovación tecnológica será fundamental para seguir mejorando la precisión de nuestras mediciones y hacer nuestras soluciones más escalables. Estos recursos son los que nos permitirán lograr un impacto aún mayor y continuar con nuestra misión.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Una de las lecciones más grandes que hemos aprendido es que nunca volveríamos a asociarnos con alguien que no haya emprendido antes. Nos ha pasado que, al tratar de trabajar con personas que no tienen esa mentalidad de emprendedor, el avance es muy lento. Es como intentar caminar con un lastre. El tiempo, esfuerzo y recursos se pierden sin lograr realmente el crecimiento que necesitamos. Si tenemos que asociarnos, preferiríamos hacerlo con emprendedores que ya tengan esa “mentalidad de startup”, personas que hayan estado en incubadoras de empresas y comprendan lo que realmente significa llevar un proyecto desde cero.
Otro punto clave es que no nos asociaríamos con alguien cuyo único objetivo sea hacer dinero. El dinero, aunque importante, no es lo que realmente nos mueve. Creemos que cuando haces lo que amas y sigues un propósito genuino, el dinero llega como un efecto secundario. Es cierto que muchos se enfocan en el dinero y terminan haciendo cosas que ni les gustan ni les apasionan, pero eso no solo es insostenible, también puede llevar a malas prácticas y hasta la corrupción. Y esa es una mentalidad con la que no estamos de acuerdo. Lo que realmente nos impulsa es el impacto positivo que podemos generar en el mundo.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Nos inspiran profundamente grandes iniciativas que luchan por un mundo mejor, como PETA, Greenpeace y, por supuesto, Greta Thunberg. Greta, esa joven activista, ha sido un ejemplo impresionante de valentía y determinación. Nos quitamos el sombrero ante ella, porque ha logrado movilizar a tantas personas en el mundo, tanto a jóvenes y personas mayores, para que entendamos la importancia de cuidar nuestro planeta. Nos gustaría seguir su ejemplo, seguir luchando con pasión por lo que creemos y, sobre todo, contribuir a la causa de la sostenibilidad de una manera que inspire a otros a hacer lo mismo.
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15 ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Claro, hemos tenido momentos difíciles, pero siempre hemos aprendido que el verdadero fracaso llega cuando no hay un propósito claro. A veces sentimos un cansancio abrumador, especialmente cuando las cosas no van como esperábamos. Sin embargo, cuando tienes un propósito que te impulsa, ese cansancio desaparece, y en su lugar surge una energía inagotable. Esa es la magia de encontrar un propósito superior: la motivación se vuelve un motor que te lleva a seguir adelante.
Lo vimos claramente en el primer año de Blue Carbon Reserve. Muchos nos miran sorprendidos y nos preguntan cómo logramos tanto en tan poco tiempo. Y la respuesta es simple: la motivación de trabajar por algo tan grande como la protección del medio ambiente nos da fuerzas para seguir. Hay algo increíblemente gratificante en lo que hacemos, algo que ni el dinero ni el reconocimiento pueden reemplazar. Tener lo que hoy se llama un “empleo verde” es, para nosotros, una verdadera bendición. Estamos agradecidos con la vida y con el destino por haber encontrado este propósito tan transformador.
16 ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Definitivamente, creemos que emprender no es algo que se pueda hacer solo. Siempre es importante rodearse de comunidades que te den apoyo, te permitan aprender de los demás y te mantengan motivado. Nos hemos asegurado de ser parte de varias de ellas, porque sabemos que cada comunidad tiene algo único que aportar.
Por ejemplo, somos miembros de Fenalco, de la Cámara Verde de Latinoamérica, y de la Ruta del Emprendimiento en el Valle del Software. También formamos parte de la comunidad de Parque E, los Nodos de Innovación de Ruta N, y de la Mesa Ambiental del SENA. Además, estamos en muchos otros grupos de emprendedores, donde compartimos experiencias, consejos y recursos. Estas comunidades son esenciales en nuestro camino, porque nos ayudan a crecer, nos conectan con oportunidades y nos mantienen enfocados en lo que realmente importa.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
La idea central de Blue Carbon Reserve es justamente esa: que lo que estamos construyendo no sea solo un proyecto que se quede con nosotros, los fundadores, sino algo que trascienda. Queremos que, incluso después de que ya no estemos aquí, nuestras acciones sigan marcando la diferencia.
Queremos que el impacto que estamos generando, tanto en la sensibilización sobre el cambio climático como en las acciones concretas para proteger el planeta, deje una huella profunda y duradera. Lo que nos motiva es saber que estamos en medio de una transformación importante, en la que el mundo realmente necesita un cambio de mentalidad, un “chip” que nos haga actuar de manera más responsable. El tiempo apremia, y no podemos permitirnos esperar a que sea demasiado tarde, antes de que la temperatura global alcance ese punto de no retorno.
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Lo que más deseamos es que Blue Carbon Reserve pueda dejar un legado de acción real frente al cambio climático. Queremos restaurar y proteger los ecosistemas marinos y costeros, empoderar a las comunidades locales para que sean los guardianes de sus propios recursos naturales y demostrar que es posible generar un impacto positivo tanto para el medio ambiente como para las personas. Queremos que nuestras acciones sirvan de inspiración, que otras organizaciones y empresas vean que sí es posible hacer las cosas de manera diferente.
Y, por supuesto, deseamos que nuestras iniciativas motiven a las futuras generaciones de líderes, científicos, empresarios y ciudadanos para que continúen luchando por la salud de nuestro planeta. El legado que queremos dejar es el de haber sido parte de una transición global hacia un desarrollo más sostenible, donde el bienestar social y la protección ambiental sean la prioridad.
Si eres desarrollador full stack, si buscas un propósito mayor y deseas dejar un legado valioso, o si eres un experto en comunicación y relaciones públicas con ganas de generar un cambio, o si sabes cómo comercializar intangibles como los sellos verdes, ¡nos encantaría hablar contigo y unir esfuerzos para hacer crecer este proyecto! Porque creemos que, juntos, podemos crear algo realmente grande.
18 ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En diez años, nos imaginamos a nosotros mismos compartiendo nuestra experiencia y conocimientos en universidades de todo el mundo, contribuyendo a la actualización de las normativas de protección de zonas naturales y ecosistemas clave. También nos vemos involucrados en la creación de productos más saludables, enfocados en la sostenibilidad y el bienestar de las personas y el planeta.
Respecto a Blue Carbon Reserve, en el futuro nos vemos creciendo y fortaleciendo nuestra presencia en varios países clave, donde los manglares y otros ecosistemas vitales requieren urgentemente protección. Sabemos que tenemos una gran responsabilidad, y nuestra misión de proteger los ecosistemas de carbono azul se mantendrá firme, pero expandida. Las proyecciones de Blue Carbon Reserve son grandes, pero siempre alineadas con nuestra visión de contribuir de manera significativa a la lucha contra el cambio climático. A corto plazo, nuestra meta es consolidar nuestra presencia en Colombia y otros países de América Latina, enfocándonos en áreas clave como manglares, pastos marinos y marismas, que son esenciales para la captura de carbono. Queremos que más empresas se sumen a nuestra causa y comprendan lo importante que es compensar su huella de carbono a través de nuestros proyectos.
A medida que avanzamos, continuaremos mejorando nuestras plataformas tecnológicas de monitoreo y seguimiento, para darles a nuestros socios la transparencia y confianza que necesitan. En el mediano plazo, planeamos expandirnos a América del Norte y Europa, reforzar nuestras alianzas y buscar nuevas fuentes de financiamiento para acelerar nuestra expansión.
A largo plazo, nuestro sueño es convertirnos en el primer unicornio ambiental colombiano y ser una plataforma global de referencia, no solo para la compensación de carbono, sino también para la restauración de ecosistemas marinos y costeros. Queremos dejar un legado duradero, creando soluciones sostenibles que no solo beneficien a las empresas, sino que también ayuden a regenerar nuestros océanos y costas, asegurando un futuro mejor para las generaciones venideras.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
El apoyo de nuestra familia ha sido clave en todo este proceso. Sin ellos, sería imposible haber llegado tan lejos en tan poco tiempo. Por ejemplo, tengo el privilegio de contar con mi hermana como socia cofundadora, quien ha sido fundamental en el crecimiento de Blue Carbon Reserve. Ella se encarga de todo lo relacionado con las habilidades tecnológicas y es la vocera oficial de la empresa. Mientras tanto, yo me enfoco en la estrategia y en todo lo operativo. Este equilibrio entre ambos roles ha sido esencial, y no habría sido posible sin el respaldo incondicional de nuestra familia, que nos ha dado la fuerza y la motivación para seguir adelante.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
¡Claro que sí! Ya hemos superado nuestras propias expectativas en esta primera etapa, y no hay nada más gratificante que poder servir a otros, tal como otros nos han ayudado a nosotros. Es como una gran cadena de favores que nos impulsa a seguir adelante. De hecho, Blue Carbon Reserve está pensada justamente para ayudar a los emprendedores a vender más y mejor, basándose en el concepto de mercadeo verde. La insignia que hemos creado juega un papel fundamental en esto, porque nos permite ayudar a los emprendedores a destacarse de sus competidores y ofrecerles una manera de mejorar sus ventas, mientras contribuyen a un propósito más grande: la protección del medio ambiente.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Nada se logra solo. Si no eres capaz de convencer a un equipo que te acompañe, mucho menos serás capaz de vender tus servicios. El primer paso para emprender es conseguir un equipo, y hoy más que nunca, con tanta competencia, nadie puede tener todas las habilidades necesarias. Por eso, es crucial contar con personas de diferentes edades, experiencias laborales y credenciales académicas que sumen y creen una sinergia. Eso nos permite construir una propuesta de valor única, que haga sentido tanto para nuestros clientes como para todos los stakeholders.
Nuestro equipo en Blue Carbon Reserve está formado por personas apasionadas, comprometidas y con un profundo sentido de responsabilidad social y ambiental. Cada uno de nosotros aporta habilidades y talentos únicos que enriquecen nuestra misión. Desde expertos en ciencias ambientales hasta los profesionales en tecnología, negocios y comunicación, trabajando de manera colaborativa para alcanzar nuestros objetivos. La cultura que promovemos es inclusiva, flexible y orientada a resultados, lo que nos permite adaptarnos a los retos que surgen, pero siempre con el enfoque claro en nuestra visión. Buscamos personas que no solo compartan nuestra pasión por el medio ambiente, sino que también traigan soluciones innovadoras y prácticas a los problemas que enfrentamos. Valoramos especialmente el liderazgo, la comunicación y la colaboración, porque sabemos que un emprendimiento sostenible no solo depende de una buena idea, sino de la capacidad de llevarla a cabo de manera efectiva. Las personas que se suman a nuestro equipo no buscan solo un empleo, sino la oportunidad de generar un cambio real y tangible en el mundo, trabajando juntos por un futuro más sostenible.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Al final, el sello personal es lo que los demás perciben de ti. Si nos conoces, probablemente coincidirías en que somos muy trabajadores, dedicados a alcanzar los resultados que nos planteamos. Nos ven como personas con mucha energía, siempre listas para dar lo mejor y aportar al máximo en cada proyecto.
Lo que realmente nos diferencia es la forma en que aplicamos nuestros valores fundamentales, no solo en lo que hacemos, sino también en cómo lo hacemos. La sostenibilidad, la transparencia, la responsabilidad social y la innovación son los pilares que guían todo lo que hacemos en Blue Carbon Reserve. La sostenibilidad no es solo una palabra para nosotros; es el corazón de nuestra misión. Queremos ofrecer soluciones que sean responsables con el medio ambiente, económicamente viables y justas para las comunidades. La innovación nos guia a buscar siempre nuevas formas de mejorar, encontrar soluciones más efectivas para mitigar el cambio climático.
Estos valores nos guían todos los días y nos permiten crecer de manera coherente con nuestra misión: proteger el medio ambiente y promover un futuro más sostenible.
23 ¿Qué hemos aprendido de todo esto?
Lo primero que hemos aprendido es la magia de tener un propósito claro, algo que realmente nos motive. Tener un propósito superior nos da energía, nos mantiene enfocados y nos impulsa a seguir adelante, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Y cuando finalmente logramos lo que nos propusimos, esa sensación es como vivir una verdadera magia.
Emprender con Blue Carbon Reserve nos ha dejado lecciones valiosas sobre resiliencia, trabajo en equipo y la importancia de mantener la vista en la visión a largo plazo. Nos dimos cuenta de que el camino del emprendimiento no es lineal ni siempre fácil. Siempre habrá obstáculos, pero lo importante es aprender de ellos y seguir adelante. Una de las lecciones más significativas ha sido la de rodearnos de personas que compartan nuestra visión, que nos apoyen tanto en los momentos difíciles como en los de éxito.
También aprendimos que la sostenibilidad no es algo que se pueda tomar a la ligera. Debe ser el centro de todas nuestras decisiones. Nuestro impacto ambiental no puede ser solo un complemento; tiene que ser una prioridad integral en todo lo que hacemos. La innovación no se trata solo de nuevas tecnologías, sino también de repensar modelos de negocio tradicionales, cuestionar lo establecido y crear soluciones que generen un cambio positivo real.
Y, por último, descubrimos que la paciencia es clave. Los resultados de un emprendimiento sostenible no siempre se ven de inmediato, pero la perseverancia y el compromiso con la causa siempre traerán frutos duraderos y transformadores.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚

Por Edwin Bohórquez Aya
