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El emprendimiento que transforma la arcilla en piezas cerámicas hechas a mano

Su objetivo es fusionar tradición, identidad regional y sostenibilidad, mientras impulsan el desarrollo social y económico de su comunidad.

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Tatiana Gómez Fuentes
15 de julio de 2025 - 03:00 p. m.
Ella es Laly Zulena Cuéllar, la emprendedora detrás de Patio de la cerámica junto a su equipo de trabajo.
Ella es Laly Zulena Cuéllar, la emprendedora detrás de Patio de la cerámica junto a su equipo de trabajo.
Foto: Patio de la cerámica
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“Patio de la Cerámica es un taller que hemos construido con dedicación: un espacio donde reina un imponente árbol de mango. Alrededor de esta majestuosidad natural, se vive cada día la creatividad y la magia de transformar la arcilla en piezas cerámicas hechas a mano, una a una. Aquí no existen piezas iguales, cada creación es una obra de arte única, que toma forma y color gracias a las manos laboriosas de todo nuestro equipo, impregnando cada detalle con esmero. Cada efecto, textura e “imperfección” es valorada, porque forma parte del proceso creativo".

Así llegó a 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos la historia de esta idea de negocio. Hablamos con Laly Zulena Cuéllar Durán, su fundadora y esto fue lo que nos contó.

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

53 años, Comercio Internacional, especialización en gerencia de Mercadeo y una maestría en Gestión Humana y Desarrollo Organizacional.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Cuando comenzamos con Patio de la Cerámica, ya había una historia escrita en la familia Cuéllar Durán. Mi papá, Liborio, había comprado una tierra en la vereda San Isidro Bajo, en Campoalegre. Aquella tierra tenía como destino la construcción de un chircal, un lugar donde se trabaja la arcilla manualmente para hacer adobes destinados a la vivienda rural.

La idea de este proyecto nació a partir de mi inquietud por darle un valor agregado a la materia prima que se usaba en Ladrillera El Cortijo, nuestra empresa familiar. Así, luego de un arduo proceso de trabajo de campo y con el acompañamiento de maestros ceramistas, logramos darle vida a este hermoso emprendimiento en octubre de 2015.

Cada uno de nuestros productos es el resultado de un riguroso proceso artesanal. La arcilla se tamiza y se mezcla cuidadosamente hasta obtener dos posibilidades de trabajo: arcilla sólida y arcilla líquida. En el caso de la barbotina (arcilla líquida), elaboramos las piezas a partir de moldes diseñados y construidos por nosotros mismos. Por otro lado, cuando trabajamos con arcilla sólida, esta debe ser amasada a fondo para alcanzar la consistencia ideal que exige el trabajo manual, ya sea en torno o a mano alzada.

Así fue como empezamos a crear productos utilitarios. Aunque en ese momento no teníamos del todo clara la parte decorativa, fue allí donde Patricia Córdoba, esposa del maestro ceramista, asumió un papel clave: desarrollar un cuaderno de diseños inspirado en el Patio, en el Huila, y en mi sueño. Con su aporte creativo, logramos formar la dupla perfecta para continuar ese persistente trabajo de “insistir e insistir” hasta que las piezas finalmente cobraran vida.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Al principio, Patio de la Cerámica nació de la intuición y el deseo, con un taller amplio pero sin una ruta clara, solo con la arcilla de la Ladrillera familiar El Cortijo y la motivación de crear algo con sentido. Un equipo interdisciplinario llegó con herramientas sencillas, pero en Campoalegre, tierra de ladrilleras, se había olvidado el arte de transformar la arcilla en vasijas, objetos del alma.

Comenzó una búsqueda para encontrar aprendices, pues nadie conocía las técnicas del vaciado, torno ni decoración, pero la arcilla ancestral convocó a personas dispuestas a aprender el oficio. Gracias a la conexión con maestros alfareros como José Ignacio, su esposa Patricia y Nelson Zuluaga, se recibieron enseñanzas de sabiduría y paciencia, aprendiendo a escuchar la arcilla.

Tras meses de lucha y aprendizaje práctico, las formas empezaron a emerger. Con el regreso del maestro y su esposa, se definió una identidad propia, con formas y matices que reflejan la historia y territorio del Huila. Cada maestro visitante dejó su huella y, con dedicación, nacieron las piezas actuales.

Hoy, Patio de la Cerámica es un grupo consolidado de siete mujeres y un hombre, el primer taller con identidad propia en Campoalegre y el Huila, un espacio donde la arcilla recuperó su voz y las manos cuentan historias.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para empezar? ¿Cómo la pagué?

Recursos propios, cultivados con esfuerzo y convicción; apoyados también por entidades financieras y, sobre todo, gracias a la confianza de los clientes que compran en el taller.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Con mi emprendimiento confirmé algo que siempre había intuido: todo lo que se sueña con pasión y se agradece con el alma, se puede lograr. Me demostré a mí misma que las verdaderas limitaciones no vienen de afuera, sino que las pongo yo cuando dudo de mi fuerza o de mi propósito.

Aprendí que debo rodearme de personas sanas, con buena actitud y luz en el corazón, porque el camino del emprendimiento no se recorre en soledad; se nutre de quienes nos inspiran, nos retan y nos elevan. En Patio de la Cerámica hemos contribuido a un renacer, a vivir la belleza de la transformación de la arcilla en objetos que tocan el corazón de quienes los reciben. Porque no se trata solo de vasijas, sino de historias, raíces e identidad.

6. ¿Soy feliz?

Claro, decir “¡Lo logré!” es un sueño hecho con arcilla y alma. Hoy puedo decirlo con el corazón: ¡Lo logré! Cumplí un sueño que nació del alma, sembrado con fe y regado con esfuerzo día tras día. Verlo florecer y sentir las manifestaciones de cariño, admiración y gratitud es alimento puro para mi espíritu.

Cada pieza que fabricamos con nuestras manos no es solo un objeto; es un mensaje, un abrazo, una alegría verdadera, una felicidad que no cabe en palabras.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

Ninguna empresa, por grande que sea, podría sentir lo que yo siento por este proyecto. No nació de una estrategia comercial, sino de un sueño profundo, de una emoción del alma. Para mí, Patio de la Cerámica es como otro hijo: lo soñé, lo concebí, lo gesté con amor y entrega, y lo vi nacer día a día entre arcilla, esfuerzo y esperanza.

Viví cada etapa con intensidad, con miedos, dudas, las primeras formas y los primeros logros. Caminé este proceso junto a personas que también creyeron y lo amaron con dedicación. Lo vimos crecer, tomar forma, adquirir identidad y carácter.

Hoy, este “hijo” tiene voz propia, raíces firmes en la tierra de Campoalegre y el Huila, y alas hechas de tradición, belleza y humanidad. Por eso, jamás vendería Patio de la Cerámica.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

No fue fácil, pero tampoco tuve miedo. Me lancé a un espacio donde no tenía todo el conocimiento técnico, pero sí algo mucho más poderoso: la experiencia de haber crecido entre arcilla y ladrillos, de haber sentido desde niña el alma de la tierra entre mis manos.

No tenía certezas, pero sí un propósito; no tenía fórmulas, pero sí fuerza y, sobre todo, fe. Fe en mí, en el proyecto, en el equipo y en Dios.

Cada frustración, cada obstáculo y cada error formaron parte del camino. Hubo ensayos que no cuajaron, muchas piezas que se rompieron, noches sin dormir esperando que el ciclo de cocción del horno terminara, solo para descubrir que el resultado no era el esperado. También hubo momentos difíciles, sin recursos para pagar la nómina. Pero siempre, en el momento justo, llegaba la provisión. Porque cuando se trabaja con amor y entrega, la vida responde... y Dios responde.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Mi sueño, este hijo llamado Patio de la Cerámica, me fortaleció, me enseñó y me transformó. Aprendí fórmulas, descubrí el lenguaje de los pigmentos y exploré técnicas que antes solo imaginaba. Con cada paso, logré desarrollar un producto que no solo es bello, sino que tiene identidad propia: una voz que habla de nuestra tierra, de nuestras manos y de nuestra historia.

10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Mi camino no termina aquí. Ahora nace un nuevo anhelo: formarme a fondo, estudiar con rigor y convertirme en una ceramista titulada, acreditada por una institución. Porque lo que soy hoy lo he construido con pasión, gusto, convicción y amor por lo hecho a mano. Quiero sumar a esa experiencia el respaldo académico que me permita seguir creciendo, enseñando y dejando huella.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

El mundo de la cerámica no tiene límite ni final. Es un universo en constante expansión, donde la tierra se transforma en arte, en utilidad, en memoria. Y más aún en este tiempo, en el que las personas anhelan volver a lo esencial, a lo natural, a lo sencillo; a reconstruir valores y abrazar lo que es amable con el planeta.

Todo eso (todo lo que el mundo necesita recuperar) está contenido en el lenguaje de la cerámica. Porque la cerámica no solo se moldea con conciencia; también habla de sostenibilidad, de belleza duradera, de conexión con la tierra. Y en ese lenguaje, hay un espacio infinito para crecer, para innovar y para crear desde el alma.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

La mejor decisión que he tomado ha sido aprovechar las oportunidades que ofrecen los programas del gobierno, así como el respaldo de entidades privadas y financieras reconocidas que realmente apoyan el crecimiento de los emprendedores con transparencia.

Sin embargo, también he aprendido que no todo lo que brilla es oro. No siempre el respaldo que ofrecen algunas iniciativas es claro, y a veces pueden esconder sorpresas desagradables. Por eso, hoy valoro aún más la importancia de informarse bien, leer la letra pequeña y tomar decisiones conscientes y responsables.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

Iniciar mi sueño con un socio fue una experiencia difícil que, aunque no resultó como esperaba, me dejó grandes aprendizajes. Yo creía que su aporte sería un conocimiento avanzado en cerámica hecha a mano, pero la realidad fue muy distinta. Fue un desastre. No me fue fácil, y no me gustó tener un socio en esas condiciones.

Sin embargo, como todo en la vida, incluso los tropiezos traen luz si sabemos mirar con atención.Hoy sé que, si la vida vuelve a presentarme la posibilidad de tener un socio, lo más importante será equilibrar los aportes, definir claramente los alcances y, sobre todo, escuchar mi intuición.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Primero yo, siempre con el deseo de generar valor agregado a la oportunidad que tenía en ese momento. Y luego, quienes me permitieron alcanzar este sueño, a ellos les debo mi más profundo agradecimiento.

Al maestro José Ignacio Vélez, a su equipo de maestros, a la maestra Carmén Prada y a Fabián Rodríguez, mi gratitud total. En el mundo existen grandes ceramistas, y de cada uno tomaría su esencia, porque en este camino he aprendido que el conocimiento se honra cuando se comparte y se transforma con amor.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

Fueron muchos los momentos de frustración. El inicio estuvo marcado por el ensayo y el error por manos que buscábamos entender la arcilla y un corazón que no se rendía. Cada intento fallido fue una conversación con el material, una lección silenciosa que nos acercaba poco a poco a la esencia de nuestro objeto.

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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Es importante resaltar el apoyo de entidades como la Cámara de Comercio del Huila, la Gobernación del Huila y Artesanías de Colombia, quienes me han acompañado en el proceso de adquisición de conocimientos que han fortalecido tanto mi oficio como mi visión empresarial.

Gracias a su respaldo, he podido participar en espacios feriales y exposiciones, donde he tenido la oportunidad de mostrar el alma de mi trabajo y compartir el valor de lo hecho a mano con identidad y propósito.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

El ser humano anhela volver a la esencia de lo natural. Busca reconectar con lo auténtico, con lo hecho a mano, con aquello que tiene alma. En un mundo que corre sin pausa, emerge un deseo profundo de detenerse, de vivir experiencias más humanas, más reales y significativas.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Hoy me siento más fortalecida, con raíces más profundas en mi oficio y el corazón aún más comprometido con lo que hago. Me veo aportando unión, armonía y felicidad a cada hogar a través de la belleza de nuestras piezas cerámicas, que acompañan el acto sagrado de compartir los alimentos.

Porque cada plato, cada taza, cada vaso está hecho con amor, y lleva consigo una invitación a reconectar con lo esencial: la familia, los amigos, la gratitud y la alegría de estar juntos.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

La inversión más grande y valiosa que he tenido en este proyecto fue el apoyo amoroso e incondicional de mis hijos y mis padres. Ellos fueron mi motor, mi impulso en los días difíciles, mi alegría en los logros; su compañía silenciosa, sus palabras de aliento, su fe en mí… Gracias a ellos, este sueño tomó forma y hoy vibra con vida propia.

Cada pieza que nace en Patio de La Cerámica lleva también su amor, su energía y su historia. Desde el inicio, tuve la fortuna de contar con amigos que creyeron en mí, que me acompañaron con su presencia, sus palabras y su cariño. En cada feria, en cada pequeño logro, estuvieron ahí: apoyando y celebrando. A cada uno de ellos, gracias por ser parte de esta historia. Su amistad también está modelada en cada pieza que nace de la marca.

20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Claro que apoyaría a quienes deseen sumarse a este camino, pero también observaría con atención su nivel de compromiso y el amor que sienten por este oficio. Porque trabajar con la cerámica no es solo moldear arcilla: es tener paciencia, respeto por el proceso y una conexión profunda con aquello que se crea. Este arte requiere alma, entrega y una sensibilidad que va más allá de la técnica. Quien lo abrace con amor, siempre encontrará en mí una guía.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Mi equipo de trabajo ha sido un pilar fundamental en este camino. Juntos vivimos los inicios llenos de ensayo y error, y muchas frustraciones. Pero también compartimos la alegría inmensa de ver cómo, día a día, íbamos amasando logros, moldeando sueños y alcanzando resultados que nos llenaban de orgullo.

Su amor por el oficio, su entrega al arte y su gratitud por ser parte de esta familia han hecho de este proyecto algo mucho más grande que una marca: una comunidad unida por la belleza, la dedicación, el corazón y el amor.

Son mujeres cabezas de hogar, valientes y decididas, con un empuje admirable y una fuerza que inspira. Mujeres que aman lo que hacen, que modelan cada pieza con dedicación y orgullo, y que con sus manos sostienen no solo sus hogares, sino también los sueños de este proyecto. Junto a ellas, nos acompaña un gran hombre comprometido con valores firmes y una entrega que enriquece y aporta a nuestro trabajo.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Desarrollar una cerámica con sello huilense e identidad.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Creo en el poder del amor: el amor a Dios, el amor propio y el amor de las personas que me rodean. Ellos son la fuerza y el engranaje perfecto que transforma los sueños en proyectos, y los proyectos en realidad.

La perseverancia ha sido mi aliada. Aprendí a manejar la frustración, a levantarme con fe y a caminar con respeto hacia los demás, con transparencia en cada paso. Ser honorable no es solo un valor, sino una forma de vivir y de crear. También entendí que todas las personas que nos apoyan en este proyecto y forman parte de nuestra historia (nuestros clientes) merecen nuestra gratitud y respeto, porque cada pieza que entregamos lleva consigo ese compromiso.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

Tatiana Gómez Fuentes

Por Tatiana Gómez Fuentes

Comunicadora Social - periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga, con maestría en gestión y dirección comercial con énfasis en comunicación, publicidad y ecommerce de la Universidad Complutense de Madrid.@tagy_petustgomez@elespectador.com
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