Publicidad

Ella creó un espacio de libertad creativa para el desarrollo emocional y cognitivo

“En mi taller los procesos son más importantes que los resultados, los errores guían y el rol del maestro se vuelve colectivo”, dice su emprendedora.

Tatiana Gómez Fuentes
21 de mayo de 2025 - 02:00 p. m.
Catalina Jurado, la emprendedora detrás de The Art Studio.
Catalina Jurado, la emprendedora detrás de The Art Studio.
Foto: The Art Studio
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

“En The Art Studio transformamos la educación artística en una experiencia profunda de autoconocimiento, creatividad y crecimiento personal. No somos una clase de arte tradicional: somos un espacio alternativo donde niños, niñas y adolescentes exploran, se expresan, se equivocan y aprenden desde la libertad, el juego y la autenticidad. Nuestro enfoque valora los procesos por encima de los resultados, honra la voz propia y reconoce el arte como una herramienta poderosa para formar mentes sensibles, flexibles y capaces de crear un mundo diferente“. Estas son las palabras de Catalina Jurado, la emprendedora detrás de este negocio inspirado en la creatividad. Hablamos con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y aquí va su historia.

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

Tengo 44 años. Estudié Artes Visuales en la Pontificia Universidad Javeriana y actualmente curso una maestría en Innovation in Education en Elon University, en Carolina del Norte. Soy maestra certificada por el Bachillerato Internacional (IB), también cuento con certificaciones en prácticas restaurativas y en detección y manejo de la violencia sexual infantil.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Me considero una educadora con una visión progresista y profundamente humana. Desde que empecé a enseñar arte en colegios de Bogotá hace más de 15 años, vi en la creatividad una herramienta poderosa para conectar con nuestra voz interior y enfrentar un mundo cada vez más incierto y cambiante, que necesita personas capaces de pensar de manera diferente e imaginar soluciones innovadoras. Fue entonces cuando comencé a investigar cómo el arte puede potenciar el desarrollo personal y el pensamiento creativo. Descubrí que, aunque arte y creatividad suelen ir de la mano, muchas veces la educación artística se limita a la técnica o a replicar modelos, lo que me hizo sentir que faltaba un espacio donde el arte fuera una experiencia transformadora.

Así nació The Art Studio en 2015, aunque no fue hasta 2025 que se formalizó como un emprendimiento. Hoy en día, es un espacio alternativo a la educación tradicional, donde el arte se convierte en una herramienta profunda para conocerse, expresarse, experimentar, equivocarse y crecer. En el taller, los procesos son más importantes que los resultados, los errores nos guían y el rol del maestro se vuelve colectivo, ya que todos somos aprendices y funcionamos como un equipo y comunidad.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

The Art Studio comenzó en un rincón de mi aparta-estudio con pocos materiales y mucha convicción. Empecé con hijos e hijas de conocidos que confiaron en mí, y el boca a boca ayudó a que creciera. Combiné mi trabajo docente con talleres de los fines de semana y me formé constantemente en educación, arte y creatividad. Con el tiempo, el taller se fue consolidando como una propuesta pedagógica con un impacto real.

En 2024 tomé el riesgo de emprender y en 2025 el proyecto se materializó, demostrando que emprender es también un acto creativo. Hoy, es una realidad gracias a mi confianza en el arte como motor de cambio y en mi capacidad para crear la vida que deseo.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para empezar? ¿Cómo la pagué?

El proyecto comenzó con recursos limitados, sin gran capital inicial ni inversionistas. Todo ha sido financiado con mis propios ahorros obtenidos de mi trabajo como docente, y cada peso que entra al taller se reinvierte en materiales, mobiliario, adecuaciones del espacio y formación. A pesar de las limitaciones financieras, la creatividad ha sido clave para crear un espacio funcional e inspirador sin necesidad de grandes inversiones.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Estoy contribuyendo al desarrollo emocional y cognitivo de niños, niñas y adolescentes a través de la educación artística, con la firme creencia de que esto impactará un futuro que requiere mentes y corazones capaces de generar transformaciones profundas, tanto en el mundo físico como en los temas sociales que deben ser repensados. Busco cambiar la percepción de que la educación artística es solo una actividad recreativa, proponiendo el arte como una herramienta esencial para el autoconocimiento, el desarrollo de habilidades socioemocionales y la creatividad en la resolución de problemas.

Además, estoy desafiando la estructura educativa tradicional al crear un espacio que valora la autenticidad, donde los procesos son más importantes que los resultados, sin estándares ni modelos a seguir, permitiendo la libertad de aprender a través del juego, los errores y la reflexión. También estoy demostrando que vivir del arte es posible, pues mi emprendimiento en las artes visuales me permite tener una vida económicamente sostenible.

6. ¿Soy feliz?

Este proyecto no solo me hace sentir feliz, sino valiente y poderosa. Nació de un proceso profundo de autoconocimiento, alineado con mi propósito, y no como una moda o una simple oportunidad de negocio. The Art Studio es una extensión de quien soy, creada desde mi visión sobre la educación, la infancia, el arte y la creatividad. Es como si fuera mi hijo, pero también una parte de mí misma. Sostenida por mis convicciones y pasiones, me siento realizada y poderosa, y esa es una forma auténtica de encontrar la felicidad.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

No vendería este proyecto, ya que es profundamente personal y está vinculado a mi historia, propósito y visión del mundo. Sin embargo, aunque es algo íntimo, también lo veo como una oportunidad real de crecimiento económico y empresarial. Este proyecto es la combinación perfecta entre el deseo de tener un impacto positivo en la vida de los niños y niñas y la posibilidad de generar valor y construir sostenibilidad. Creo en la expansión, la evolución y las alianzas, siempre buscando formas de crecer sin perder el alma del proyecto. Me interesa abrir sucursales y colaborar con otros para llegar a más personas.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Emprender ha sido uno de los actos más valientes y desafiantes de mi vida. Ha implicado incertidumbre económica, decisiones constantes, asumir riesgos y responsabilidades, y exponer una visión personal, manteniéndola firme incluso cuando el entorno no la comprendía. Dejar la estructura segura de un trabajo estable fue difícil, pero también liberador. En este proceso, he aprendido a confiar en mi intuición, pedir ayuda, redefinir el éxito y crear un proyecto auténtico que me representa.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

The Art Studio es un sueño en proceso, con una intención clara y poderosa. Aunque aún le falta camino por recorrer, está en búsqueda de alcanzar un equilibrio que le permita expandirse y convertirse en un referente en educación artística con propósito.

10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

La expansión de este proyecto se basa en un propósito claro: consolidarse como un referente en educación artística innovadora. Los próximos pasos incluyen el desarrollo de una línea de productos diseñados para fomentar la creatividad, como juegos, libros y objetos. Además, se planea crear un Art Studio móvil para llevar la experiencia a comunidades diversas, colegios y eventos. También se busca formar alianzas con empresas afines, ofrecer formación para docentes en prácticas pedagógicas creativas y, finalmente, transformar espacios públicos y privados en lugares de juego y creatividad.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

El proyecto es escalable de varias maneras. Por un lado, podría expandirse como espacio, abriendo sucursales en diferentes puntos de la ciudad e incluso en otras ciudades. Además, como marca, tiene un gran potencial para consolidarse como referente en educación artística, con énfasis en el desarrollo del pensamiento creativo, lo que permitiría replicarlo en diversos contextos, como talleres satélites, alianzas con colegios, plataformas digitales o programas de formación para docentes.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Estaría dispuesta a recibir inversión si la persona comparte los valores fundamentales del proyecto, pero no cedería parte de la empresa, a menos que se trate de un socio estratégico que impulse el impacto sin alterar la esencia del proyecto.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

No volvería a postergar mis sueños por miedo o por seguir el camino tradicional. Esperé más de diez años para lanzarme de lleno con mi emprendimiento, y aunque el camino me dio experiencia, también aprendí que es mejor equivocarse intentando que quedarse con las ganas.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

En 2014, durante un viaje a Berlín, conocí un taller de construcción para niños donde, sin un propósito definido, podían jugar con herramientas reales y materiales como palos y ladrillos. Ver a los niños creando de forma instintiva me impactó profundamente y me llevó a reflexionar sobre el poder del juego libre, la importancia de la frustración en los procesos creativos y la autogestión. Esto me inspiró a estudiar y aplicar el enfoque Reggio Emilia con mis hijas, confirmando que estaba en el camino correcto.

También me han influenciado artistas como Olafur Eliasson y Sophie Calle, quienes transforman espacios en experiencias emocionales, y empresas con una visión auténtica, como Andrés Carne de Res, donde observé a Andrés Jaramillo creando desde su propósito claro, lo que resultó en su éxito económico.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

Más que fracasar, he tenido experiencias que no han dado los resultados esperados. He diseñado talleres o experiencias en los que nadie se inscribió, propuestas que no se comprendieron y campañas que no funcionaron. También he sentido miedo cuando los ingresos bajan o cuando la incertidumbre me abruma. Pero nunca he pensado en rendirme. Este proyecto es mi propio juego, mi lugar de experimentación, y siempre encuentro la manera de reinventarlo.

Visite la sección de Emprendimiento y liderazgo de El Espectador

16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Sí, me nutro de muchas fuentes y estoy constantemente conectada con comunidades, podcasts y libros sobre emprendimiento, liderazgo y finanzas personales. Podría mencionar a Tony Robbins, Javier Modoro, Brené Brown o Marie Forleo, pero creo que tener un círculo de amigas emprendedoras y poderosas, con quienes construimos caminos desde la solidaridad, es absolutamente fundamental.

Sin ellas, el camino sería mucho más difícil. Por supuesto, la comunidad de familias que cree en The Art Studio y me retroalimenta constantemente también es clave. Y, por último, mi maestría en Innovación en Educación me ha conectado con una red internacional de educadores apasionados.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Estoy convencida de que sí. Desde la educación, el propósito fundamental de este proyecto es trascender. Cuando un niño logra conectar consigo mismo y con su voz más auténtica, cuando aprende a transitar procesos, a manejar la frustración y a solucionar problemas desde la creatividad, cuando crece sabiendo que su voz importa, que sus ideas tienen valor y que equivocarse no es un fracaso, se forma una base emocional y cognitiva que lo acompañará toda la vida y que terminará impactando positivamente todo su entorno.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Tendremos más sedes, cada una con toda su oferta de talleres y experiencias, y una comunidad consolidada. Ofreceremos consultorías a colegios, jardines infantiles y otras empresas que requieran acompañamiento pedagógico o en el desarrollo de habilidades artísticas. Además, contaremos con tiendas físicas y virtuales que ofrecerán materiales pedagógicos propios, objetos, publicaciones y sets de juegos. También tendremos un departamento especializado en el diseño y construcción de espacios para el juego y la creatividad. Nos consolidaremos como un referente en educación artística, enfocados en el desarrollo del pensamiento creativo y humano.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Han sido fundamentales. Mis hijas son mi inspiración diaria. Mi pareja, mi familia y mis amigas me han sostenido emocionalmente, me han ayudado a creer en mí y, cuando ha sido necesario, hasta han pintado paredes o armado mesas a mi lado.

20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Sin duda, estoy en este mundo para ayudar a otros a florecer. Me encantaría acompañar a emprendedores del sector educativo y creativo en el desarrollo de proyectos con propósito.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Mi equipo ha sido pequeño, pero poderoso. No se ha construido solo, sino que se ha tejido con muchas manos. Principalmente, cuento con artistas y docentes que lideran diferentes talleres, y también con el apoyo de mi pareja, quien se encarga de los asuntos de producción. Además, he recibido asesoría en temas financieros, de comunicación y liderazgo. Sin cada una de estas personas, este proyecto no sería lo que es hoy.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Ofrecemos una educación artística que va mucho más allá de crear piezas “bonitas” o resultados para exhibir; lo que realmente buscamos son experiencias que transformen. Valoramos el proceso, lo imperfecto, la incertidumbre y el error como partes fundamentales del camino creativo. Aquí se honra la autenticidad: los niños y niñas pueden ser quienes realmente son, sin moldes ni etiquetas.

Aprenden no a través de la memorización, sino mediante la experiencia, el juego y la exploración. Ese es mi sello: crear desde la libertad, respetando los ritmos individuales y con una profunda fe en la educación artística como una herramienta poderosa de transformación personal y colectiva.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

He aprendido que el miedo no desaparece, pero se acomoda para caminar con él. Que ser auténtica vale la pena, que la infancia necesita más libertad, juego, presencia y una escucha genuina. Y que los sueños incubados con amor, tiempo y terquedad, finalmente florecen.

Durante los últimos cinco años, pasé de alquilar espacios por hora para ofrecer talleres con apenas dos niños por sesión, a realizar cursos vacacionales con más de 25 niños por ciclo durante cuatro semanas consecutivas. Hoy cuento con mi propio espacio, ubicado en el barrio Bella Suiza en Bogotá, donde ofrezco talleres regulares con un promedio de 10 participantes por grupo. Incluso he logrado abrir dos espacios simultáneos para brindar experiencias diferenciadas, según los intereses y edades de los niños.

Si te gusta la cocina y eres de los que crea recetas en busca de nuevos sabores, escríbenos al correo de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com) o al de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) para conocer tu propuesta gastronómica. 😊🥦🥩🥧

Tatiana Gómez Fuentes

Por Tatiana Gómez Fuentes

Comunicadora Social - periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga, con maestría en gestión y dirección comercial con énfasis en comunicación, publicidad y ecommerce de la Universidad Complutense de Madrid.@tagy_petustgomez@elespectador.com
Conoce más

Temas recomendados:

 

carlos villabona(49059)21 de mayo de 2025 - 07:59 p. m.
felicitaciones !!!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar