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“El nombre de mi emprendimiento nació como un homenaje a mi mejor amiga, Laura. Ella murió en un accidente y yo quería llevarla conmigo más allá de mis pensamientos, ver su nombre en todos lados. Era una persona que amaba la vida, los viajes, hacer malabares. Siempre sonreía, era muy feliz y le encantaba el mango y ver el sol brillar”, así lo narra Andrea Gómez mientras hace un recorrido por el nacimiento de su idea de negocio, en una conversación telefónica con El Espectador.
En 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos, Gómez nos cuenta lo que ha significado para ella emprender en Colombia, el impacto de sus productos en el mercado y su deseo de exportar a corto y mediano plazo.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
28 años, Tecnóloga en Auxiliar Contable y Financiero
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Mi idea inicial fue re vender sillas. Esto fue unos meses antes de empezar todo el tema de la pandemia, quería conseguir en mi pueblo (Líbano, Tolima) una persona que las hiciera, para así captar clientes y empezar a comercializarlas con un precio competitivo, frente a otras ofertas de sillas que había visto por internet. Sin embargo, el tema fue algo tedioso, así que decidí aprender a usar el material y realicé un curso virtual en Doméstica sobre la elaboración de tejido en PVC. Y ahí empezó mi historia.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Cuando me di cuenta que mi iniciativa y la idea que tenía en mi cabeza podría funcionar y lo podía empezar sola, aprendiendo las técnicas de tejido, conociendo las diferentes referencias y materiales que existen para hacer hermosas piezas inspiradas en la esencia de mi amiga.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Lo primero fue comprar la herramienta y algunas madejas para tejer y practicar, estas salieron económicas, las compre con mis ingresos cuando empecé a practicar y a hacer las piezas de prueba. Mis padres me ayudaron con un préstamo por $1.000.000 COP para hacer un stock y realizar las fotos para el catálogo, pagar el fotógrafo y el tema del diseño y las tarjetas de presentación. Este préstamo lo fui pagando en 5 cuotas de $200.000 mensuales.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estoy consiguiendo vender, llegar a personas que les guste y se animen a adquirir alguno de mis productos, estoy ganando credibilidad en mis habilidades de vendedora, ya que no me tenia mucha fe en este rol. Además, estoy cambiando mi forma de pensar respecto a los emprendimientos, y así suene a frase de cajón, los sueños se cumplen y la plata está echa solo hay que buscarla.
6. ¿Soy feliz?
Hay días felices y otros no tanto.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No lo tengo contemplado entre mis posibilidades.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Al momento, la parte más difícil ha sido dividir mi tiempo, ya que cuento con un trabajo fijo de lunes a sábado de 9am a 7pm, así que el tiempo es poco. Cuando empezaron las ventas, para poder cumplirles a mis clientes, eran jornadas en las que podía seguir derecho toda la noche tejiendo hasta dos días, y el domingo igual.
Otro punto fue entrar en contacto con los diferentes proveedores y poder llegar a un acuerdo para poder trabajar. No es fácil hacer equipo.
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9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Lo estoy cumpliendo, estoy en el proceso, aún me hacen falta diferentes cosas, entre ellas poder dar empleo a muchas personas, enfocarme en el impacto social que tenemos con las madres cabezas de familia, y poder tener todo lo necesario para ser una empresa donde elaboremos desde la hora cero, todos nuestros insumos bajo un concepto de cuidado ambiental y sostenibilidad.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Seguir vendiendo más y más. Quiero que toda Colombia y el mundo conozcan a Lalae.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Claro que sí, tenemos Lalae para rato, la idea es tener un stock más amplio en el área mobiliario y así tener un buen rendimiento y aumentar de forma significativa nuestro trabajo.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Habría que revisar algunos temas puntuales, pero esta posibilidad no la descarto.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Pensar que la gente no progresa por falta de oportunidades, si las hay, solo que a muchas personas le gusta lo fácil.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
La inspiración de la idea inicial es por el tipo mobiliario y tejidos que me recuerdan la familia y la infancia, evocando momentos en los que compartía la unión familiar. El nombre de mi emprendimiento es un homenaje a mi mejor amiga, ella de alguna manera también me inspira a la hora de tejer vida para mis clientes.
Quiero convertirme en una tesa en el tejido, que cada puntada o rombo que teja, me llenen de orgullo y felicidad. Sigo y admiro a Carolina Ortega, mi profesora en el curso Doméstica.
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15. Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
En alguna de las noches en las que debía seguir derecho para poder cumplir con las entregas, era un desgaste físico gigante, también tuve un ligero percance con la persona que me realizaba las estructuras, y un día me quedé sin ornamentador. Llegué a preguntarme si valía la pena todo ese sacrificio y matadera de cabeza, pero sí, claro que vale la pena.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
En este momento estoy participando en un programa de la Alcaldía de Bogotá, que se llama Bogotá local, una iniciativa que apoya a los nuevos emprendedores, con aporte económico y diferentes programas para fortalecer nuestras marcas.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Claro que si, tenemos un proyecto en mente muy lindo que es formar nuestro equipo de trabajo con madres cabeza de hogar, para brindarles un trabajo y una calidad de vida estable. También le queremos apostar al desarrollo sostenible de la marca elaborando nuestros insumos con material reciclable.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En 10 años nos vemos trabajando duro para seguir tejiendo y no sólo llegar a toda Colombia, sino también a otros países, exportando el producto, cumpliendo sueños y anhelando tener más metas por cumplir.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Han sido lo más importante y valioso que Dios me ha dado en esta etapa, mi Familia creyendo desde el día cero en mí y en mi idea; y mis amigos los primeros clientes felices con mi producto.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Claro que si, acá estamos para eso, para ayudarnos y crecer.
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21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Inicialmente cuando estaba haciendo las pruebas tanto de material como de estructura, mi equipo fue mi pareja y un par de amigos, quienes me ayudaban a cargar las sillas por diferentes calles de Chapinero, tomando fotos para así tener material y empezar a subirlo a redes sociales para que conocieran el producto. En el proceso también aprendieron a tejer sillas.
Luego, cuando vi que sí podía me podía dar maña (risas), entre prueba y prueba de las estructuras para elaborar las sillas, elegí a Arnold, el ornamentador y también conocí a Diego, quien es la persona que realiza la entrega del producto al cliente. Ahora, hay una tercera persona que es el segundo tejedor de Lalae de quien estoy aprendiendo muchas cosas, el man es un teso, y la cuarta persona soy yo, Andrea.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Lalae nace como un homenaje a Laura, amiga y compañera de vida, por eso decidimos llamar así la empresa. Hacemos sillas cómodas, versátiles y personalizadas. Queremos que nuestros clientes o las personas que nos conocen y nos siguen en nuestras redes sociales sientan felicidad, buena vibra, buena onda, al momento de adquirir alguno de nuestros productos.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Que todos somos capaces de hacer lo que queramos, es muy importante perseverar, agradecer, y saber hacer las cosas bien, con disciplina, amor y mucha pasión, así podemos lograr mucho. La mente es tan poderosa que algún día, el menos pensado pasan cosas que por mucho tiempo tuviste en la cabeza y no creíste que fueran a ser reales.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).