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Ellos cocinaron para emprender y conquistar paladares

Juan Felipe Gallego y Luisa Duque comenzaron en la cocina de un apartamento, crearon Mils y ya venden sis alimentos en más de 450 puntos, incluidos Éxito, Carulla, Alkosto y Jumbo. Esta es su historia.

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Tatiana Gómez Fuentes
27 de octubre de 2022 - 07:00 p. m.
Ellos son Juan Felipe Gallego y Luisa Duque, los emprendedores detrás de Mils.
Ellos son Juan Felipe Gallego y Luisa Duque, los emprendedores detrás de Mils.
Foto: Lesly Ordóñez Rincón
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“Estamos cambiando la consciencia de las personas en torno a su relación con su propio cuerpo y con el medio ambiente. Creemos que no es necesario cargar más al medio ambiente con nuestros hábitos de consumo, y a nuestro cuerpo con hormonas o ingredientes que muchos, nunca hemos escuchado jamás.

Estamos creando empresa, pagando impuestos, aportando al desarrollo e innovación del país y abriendo puestos de empleo. Queremos que Mils sea tan grande y significativa dentro del país, que todos los Colombianos sepan que hacemos, como lo hacemos y nos quieran tanto como nosotros a ellos” estas son las palabras de los fundadores detrás de Mils. Ellos pasaron por 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y esto fue lo que nos contaron:

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

Luisa Duque, 33 años, Ingeniería Administrativa

Juan Felipe Gallego, 34 años, Publicidad.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

La idea de negocio nació en el año 2014 cuando vimos que en el país casi no habían opciones de bebidas vegetales saludables y solo había una opción: la marca importada. Nos dimos cuenta, al gustarnos tanto el mundo saludable, que podíamos crear nuestra propia versión, una bebida vegetal, hecha como si la hiciéramos en casa. Desde el año 2014 hacemos nuestro proceso siguiendo la lógica casera: remojando, licuando y filtrando.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Un día de semana a eso de las 11pm, nos llamamos por teléfono los dos socios fundadores, y nos pusimos a hablar de la leche de almendras. Este era un concepto todavía muy nuevo en el país. No sabíamos muy bien cómo hacer un producto como el que queríamos, pero lo único cierto es que queríamos hacerlo. Después de esa llamada casi de media noche, nos pusimos las pilas al siguiente día a comprar almendras y otros ingredientes para empezar a hacer pruebas. La cocina del apartamento de Luisa fue nuestro primer laboratorio experimental, y su licuadora nuestro primer equipo. Al siguiente día, después de la llamada, empezamos a hacer pruebas caseras, ensayábamos diferentes formulaciones (inventando), y al final decidíamos cual nos gustaba más, y seguíamos por ese camino.

Uno de los problemas principales, es que ninguno de los dos tenía un background en alimentos, y nuestros conocimientos eran muy limitados en ese aspecto. Cualquiera podía desistir en ese momento. Solo imagínense el escenario: dos jóvenes, haciendo pruebas en una cocina, con un producto que aun era nuevo en el país y habían pocos o nulos referentes, sin experiencia en alimentos, haciendo pruebas que no les gustaban por varios días, y sin contactos. Solo había un asunto importante: ya habían pedido dinero prestado para empezar su negocio, aun no sabían bien como lo iban a destinar, pero ya estaban pagando intereses.

Simplemente, no podíamos renunciar, ¡teníamos que hacer que funcionara como fuera! Después de varios experimentos fallidos, se nos ocurrió la idea de contratar un ingeniero de alimentos, que pagamos con el dinero que habíamos prestado para iniciar el negocio, pero con el cual, lastimosamente no pudimos llegar a la formulación inicial que queríamos. Réstenle por favor, más de dos millones al dinero con el que habíamos iniciado. Todo parecía ir al revés.

Después de varias semanas bastante estresados y preocupados, y después de cientos de formulaciones diferentes, una noche, dimos con la formulación que ambos nos gustaba, la formulación con la cual nos sentíamos orgullosos. Luisa y yo éramos la empresa, lo éramos todo. Éramos el equipo de producción, pero también los de despachos, el equipo de ventas y también los administrativos. Todo, absolutamente todo.

Un día a la semana hacíamos la producción de nuestro primero producto, y todos los otros días de la semana salíamos a vender, inicialmente, de puerta en puerta por los barrios de Envigado. Una vez dimos con el apartamento de Ana Sofia Henao, la famosa modelo, y nos compró. Lástima que ese día de ventas no pude estar. (risas)

Después de este mes, empezamos a vender en mercados saludables, con un envase que prácticamente no tenía etiqueta, la que tenía era pequeña, medio fea y se despegaba en varias ocasiones, sin embargo, hubo recompra, y eso fue lo más diciente: un producto que se compraba netamente por su contenido, por su valor de cómo lo hacemos.

Luego de aprender comercialmente un poco de los mercados saludables, buscamos clientes un poco más grandes, supermercados regionales de Medellín y con mucho esfuerzo, logramos codificar nuestro producto y darnos a conocer en estos mercados. A medida que fuimos creciendo, fuimos incorporando personal a nuestro equipo, nos fuimos liberando un poco de la operación para podernos dedicar a temas más estratégicos, y fue allí cuando empezó una expansión más sería en retailers como: Éxito, Carulla, Alkosto, Jumbo, Euro, La Vaquita, entre otros.

También crecimos nuestra base de mercados saludables a más de unos 300 en todo el país, ajustando así más de 450 puntos de venta en Colombia.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

El dinero con el que empezamos, nos lo prestó un familiar, al cual igualmente le pagábamos intereses mensuales, dado que el sector bancario no nos prestaba dinero a una SAS recientemente constituida.

La primera entidad financiera que nos prestó dinero, y con la cual pudimos empezar a construir nuestro historial crediticio fue Interactuar. A ellos tenemos mucho que agradecerles, porque, aunque pagamos un interés más alto por el crédito -representábamos mayor riesgo para ellos-, nos dieron la entrada al sistema financiero.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Estamos cambiando la consciencia de las personas en torno a su relación con su propio cuerpo y con el medio ambiente. Creemos que no es necesario cargar más al medio ambiente con nuestros hábitos de consumo, y a nuestro cuerpo con hormonas o ingredientes que muchos, nunca hemos escuchado jamás.

Estamos creando empresa, pagando impuestos, aportando al desarrollo e innovación del país y abriendo puestos de empleo. Queremos que Mils sea tan grande y significativa dentro del país, que todos los Colombianos sepan que hacemos, como lo hacemos y nos quieran tanto como nosotros a ellos.

6. ¿Soy feliz?

Es imposible para cualquier ser humano gozar siempre del mismo estado de ánimo, pero si hacemos un balance de todo lo sentido, si somos felices.

Somos felices cuando miramos hacia atrás y vemos todo lo logrado, somos felices cuando logramos pequeñas metas que al final nos llevaran un fin mayor.

Pero no podemos negar que también hemos estado aburridos, decepcionados y frutados. No todo es color de rosa.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

Nunca hemos hablado de esto a profundidad, porque no ha sido nuestro interés. Algo que si hemos tenido claro desde el principio es que queremos crecer lo más que podamos la compañía bajo la sociedad actual, para que cuando haya algún inversionista, o se presente alguna otra propuesta, la empresa, como activo, valga más, tenga más alcance y genere mayor bienestar.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Siempre tuvimos el apoyo de nuestras familias, y ambos estábamos en momentos de nuestras vidas en los que no teníamos que sostener un hogar o alguna responsabilidad económica mayor. Teníamos 25 y 26 años cuando empezamos la empresa y digamos que aunque necesitábamos pagarnos, tuvimos nuestras familias que nos apoyaron.

Sin embargo, empezar fue un tanto duro. De hecho, nosotros somos de los que pensamos que también se necesita una dosis alta de ingenuidad a la hora de emprender. Si supiéramos en avanzada todos los obstáculos a los que nos vamos a enfrentar, tal vez emprender no suene como la mejor idea o camino de vida.

Empezamos sin contactos, sin experiencia en nuestro sector, con muy poco dinero (para una industria intensa en capital), en un mercado naciente por lo que había que crear cultura y educar respecto a los productos que vendíamos, siendo solo una empresa de dos, trabajando desde muy temprano en la mañana hasta muy tarde en la noche, vendiendo de puerta en puerta ofreciendo nuestros productos, yendo a comprar en algunas ocasiones nuestro propio producto a algunos puntos de venta para que pudiera haber “un promedio de venta”, pagando intereses sobre el capital prestado el cual nos demoramos para empezarlo a ejecutar, sin bancos que nos prestaran dinero, sin pagarnos sueldo por al menos el primer año.

Fueron muchos sacrificios que se hicieron y que hoy, en nuestro octavo año en el mercado, nos reconocemos con valentía. Hay que entregarse a muerte, como si no hubiera otra opción porque no la hay.

Desistir de un emprendimiento, cuando no estás lo suficientemente comprometido, es muy fácil, el problema, es que se convierte en tu modo de operar, tu modus operandi, de suerte tal que a la primera adversidad lo más fácil es buscar algo más para hacer.

Nos vemos como unos saltadores de vallas. Tienes que correr a tu máximo, saltar cada obstáculo que se te interponga y a la vez revisar la competencia donde va, pues en mercados tan innovadores, de rápido crecimiento y con una fuerza de comunicación y difusión grandísima como lo son las redes sociales, debemos asegurarnos de llevar la delantera.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Siempre quisimos tener nuestro propio negocio y que pudiéramos ser los primeros testigos de nuestras acciones. Queríamos hacer las cosas diferentes, retarnos a nosotros mismos y hacer lo que hacemos desde el consumidor, desde ese deseo que todos nosotros como clientes quisiéramos al encontrar un alimento: que sea super rico y sano.

Estamos viviendo nuestro sueño pero aun queremos mucho más. Sentimos que nos falta mucho por dar, mucho por crear, cuestionar, muchas creencias para transformar y muchos mercados a los cuales llegar. Actualmente estamos formándonos en exportación para algún día, poder concretar negocios fuera del país. Queremos ser dignos representantes de Colombia en el mundo.

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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Seguimos desarrollando alimentos funcionales e innovadores, sustitutos de los lácteos. Venimos trabajando en un producto que nos tiene super enamorados y no vemos la hora de lanzarlo a la vez que queremos buscar oportunidades también de exportar. De llevar nuestro talento, valores y nuestro país a otros mercados.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Si, actualmente estamos produciendo a un solo turno y con la posibilidad de hacer un segundo turno nocturno. Tenemos equipos que en el momento pueden atender una sobre producción.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Nunca lo hemos abordado a profundidad pero si nos han hecho algunas propuestas en diferentes ocasiones. Sin embargo, creo que si algún día esta posibilidad se llega a materializar, creo que consideraríamos muy bien y detenidamente el porcentaje de participación a entregar y lo que ese inversionista nuevo puede traer a la mesa aparte del dinero.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

Lanzar productos para mercado masivo y que compitan por precio, cuando claramente no podemos jugar en esa cancha. Nosotros jugamos en la diferenciación, en el valor, no en ser los más económicos cuando desde nuestra forma de producción, no podemos serlo.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Tenemos el ejemplo de familiares que nos han servido de guías y de ejemplo. Nuestros padres han sido una fuente constante de agradecimiento e inspiración para seguir pedaleando, para sacar esta empresa adelante.

Emprendedores que admiramos, Mario Hernández, Arturo Calle, Beatriz Fernández la fundadora de Crepes, Pablo y Juan Rafael Álvarez que son dos primos nuestros y ambos han creado empresas destacables. Admiramos en ellos su tesón, practicidad, enfoque y apertura mental.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

Con la empresa ha habido momentos en los que hemos querido desistir y hemos visto el camino muy empinado, más de lo que muchas veces hemos creído. Sin embargo, hemos permanecido unidos y mirando hacía el mismo lado.

Queremos que la empresa sea reconocida a nivel nacional, queremos crear alto impacto en todos los Colombianos y queremos ser los líderes de los sustitutos lácteos en el país. Que cuando alguien piense en leche de almendras, o yogures “plant based”, inclusive en productos que aún no lanzamos, piense en MILS.

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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Hemos participado en algunos concursos de emprendimiento. Participamos en Destapa Futuro de Bavaria, llegamos lejos pero no ganamos.

En 2018 nos presentamos al programa “En Planta” de la alcaldía de Medellín y fuimos una de las empresas ganadoras, con ello, tuvimos la oportunidad de viajar a Tokio, Japón a conocer empresas y sus procesos productivos. En la actualidad, estamos recibiendo asesorías de Procolombia para poder exportar nuestros productos a otros países.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Definitivamente. Lo que hoy hacemos va a repercutir en los años venideros en temas como la salud pública y el calentamiento global. Nuestro sector viene creciendo año a año y cada día las personas se muestras más interesadas y conscientes de cuidarse y cuidar al planeta.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

En 10 años nos vemos gestionando una organización de otro nivel, con otra envergadura en la cual podamos dedicarnos más al entendimiento de las personas, la salud y el medio ambiente, a la vez que podamos seguir creando alimentos deliciosos, ricos nutricionalmente y 100% responsables con el medio ambiente. Nos vemos en mercados internacionales siendo excelentes embajadores del país.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Han sido de mucho soporte en los momentos más difíciles que se viven como emprendedor. Han sido un motor también para seguir levantándonos todas las mañanas a dar lo mejor y para querer más.

La familia hay que cuidarla, por eso siempre tratamos de dedicarle el mejor tiempo que podamos: un tiempo de calidad.

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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Si, claro, sería un honor y aunque todas las fórmulas para el éxito pueden variar, estaríamos encantados de mostrarles los errores que hemos cometido y darles nuestros mejores consejos. No nos las sabemos todas, pero si hemos aprendido mucho de nuestros errores. Errores que generalmente, cuando eres emprendedor, te cuestan mucho dinero.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Nuestro equipo ha jugado un papel importantísimo en el crecimiento de la empresa por su dedicación, buenas ideas y compromiso. Tenemos el equipo de logística, producción, administrativo, mercaderistas, innovación y desarrollo y del área contable.

Todos, estos 8 años se han puesto la diez como decimos: se la han jugado toda por la empresa.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Hacemos nuestros alimentos desde lo que queremos los consumidores y no desde una perspectiva productiva-industrializada.

Cuando decimos que nuestros alimentos son como si los hicieras en casa, (que es lo que le ponemos a cada botellita), queremos reflejar lo sencillo de nuestros procesos, de nuestros ingredientes y en general de cómo hacemos las cosas. Así nos salga un poco más costoso hacer nuestros productos, queremos que todos los clientes siempre se lleven lo mejor del mercado, porque antes que dueños de Mils, somos consumidores de la marca.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Hemos aprendido que las empresas las hacen las personas, suena cliché pero es una realidad. Las empresas no serían nada sin la huella que cada persona ha dejado en ellas, en todo lo que ha entregado para hacerla mejor.

También que la función en este mundo, nuestra razón, se debe cumplir con ética, llevando una muy buena relación con todos los públicos de interés y sobre todo con el medio ambiente. Y algo muy importante, es que muchas veces las cosas, tus planes, lo que tienes en mente, no se van a dar de la forma que quieres ni en el tiempo presupuestado, y tienes que sentirte en calma con eso. El punto es nunca dejar de insistir.

El mercado es un sistema de escalamiento de valor, por eso, nos preocupamos todos los días por ser más valiosos para nuestros consumidores, y en ese orden de ideas, sentimos que si hacemos nuestro trabajo escuchándolos, conversando con ellos y conociéndolos profundamente, seremos recompensados y valorados.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

Tatiana Gómez Fuentes

Por Tatiana Gómez Fuentes

Comunicadora Social - periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga, con maestría en gestión y dirección comercial con énfasis en comunicación, publicidad y ecommerce de la Universidad Complutense de Madrid.@tagy_petustgomez@elespectador.com
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