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Cuando recién llegué a la sección de Negocios de El Espectador, por allá 18 años atrás, tenía una tarea que resultaba algo privilegiada, retadora y, a veces, confusa. Éramos un semanario y para la única edición impresa que escribíamos, publicábamos una traducción de los textos que se escribían en el Harvard Business Review. Eran casos de cómo se iban tejiendo los negocios en el mundo, por ejemplo, de cómo una fabricante de carros coreana, tras llevarse a sus talleres a uno de los más exitosos diseñadores de su competidora alemana, abrazaba las mieles del éxito en la industria global. Recuerdo casos de cómo gestionaban sus operaciones las grandes exportadoras de alimentos, o, por ejemplo, cuando las marcas deportivas libraban su propia batalla en medio de los olímpicos tratando de cazar más y más consumidores, también de los cambios que traía el mundo del internet y hasta los líos de recursos humanos porque a veces se nos olvida que las empresas son lideradas por gente como usted y como yo.
Y en esos tiempos un nombre siempre salía a flote, no solo porque resultaba siendo protagonista del tablero de los negocios, sino porque eran muchos los que coincidían en que era un verdadero capitán capaz de liderar lo más imaginable de los negocios. Ese era Warren Buffett, el legendario millonario detrás de Berkshire Hathaway, quien ha construido todo un emporio dueño de buena parte de las acciones de marcas como Coca Cola, Wells Fargo, Kraft Heinz, Bank of America, Apple, American Express, Delta Airlines Group, Goldman Sachs Group, General Motors, Monsanto, Visa, Costco Co., y también de pequeñas porciones de Johnson & Johnson y Verizon Communications, entre muchas otras.
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Por eso, ahora que Buffet acaba de anunciar que se retira de la cabeza del holding a finales de este año, vale la pena recordar algunas de las enseñanzas que este señor le ha dejado al mundo de los negocios, con asuntos que cruzan el ámbito más humano, porque al final es ese el más importante:
- No puedes hacer un buen negocio con una mala persona. Olvídalo. Si crees que vas a poder hacer un contrato que funcione con una mala personas, ellos van a ganar, seguramente van a disfrutar el juicio, Berkshire Hathaway es una entidad que… y yo mismo, no vamos a desperdiciar nuestra vida haciendo ese tipo de cosas. Además, la mala persona va a ganar eso. No hay más juegos. Eventualmente, pueden perder, pero no vale la pena desperdiciar tu vida en eso.
- Si yo te diera un carro y fuera el único carro que vas a tener para siempre, lo cuidarías con tu vida. Si se rayara, lo arreglarías al momento. Leerías el manual, lo tendrías en un garaje y demás. Bueno, tienes una mente y un cuerpo en este mundo y no puedes empezar a cuidarlo cuando tienes 50 años. Para entonces lo habrás gastado y no has hecho nada de esto. Así que deberías recordar que solo tiene una mente y un cuerpo para pasar la vida y hacer lo máximo posible con él.
- Invertir en ti mismo es lo mejor que puedes hacer, lo que sea que mejore tu talento, nadie puede quitarte eso. Tengo la satisfacción de decir que comencé sin nada y después de unos años de preparación, logré acumular un patrimonio de miles de millones de dólares con un único objetivo: demostrarme a mí mismo y demostrarle a la gente que los sueños se pueden alcanzar.
- Si fracasas, solo te sacudes el polvo y vuelves a entrar. Fracasarás en algunas cosas, pero siempre vas a tener otra oportunidad. Me rechazaron de la escuela de negocios de Harvard cuando estaba en la universidad de Nebraska, tardé 10 horas para legar allí y el hombre me miró en 10 minutos y me dijo: olvídalo. Pero, terminó siendo una de las mejores cosas que me pudieron pasar, porque fui a Columbia, en donde estaba Ben Raham. Casi todo lo que en mi vida se veía como un fracaso, usualmente se ha convertido en éxito. Si tienes objetivos internos y estás cómodo con ellos, creo que vas a tener una vida muy feliz.
- Quienes afirman que el dinero no es importante suelen ser los que más trabajan para conseguirlo. Si anhelas ser rico, debes emprender, porque la vida es demasiado corta como para trabajar para alguien más. Necesitas una misión que trascienda, la cual va a impulsar a través del proceso, en otras palabras, jugar el juego de la vida para ganar, en lugar de jugar para no perder.
- Es importante asociarte con personas que son mejores que tú mismo. Mi consejo a los estudiantes es que en la medida de lo posible busquen el trabajo que tomarían si no tuvieran que trabajar, no anden como sonámbulos por la vida y no digan: todo va a estar bien, solo haré esto y aquello, como marcando el tiempo hasta que envejezcan. Deberían estar haciendo lo que adoran hacer, no necesariamente en tu primer empleo, pero no se rindan hasta encontrarlo, siempre hay que estar delante del juego, no estar detrás de él.
- Yo creo en mirar la historia y trato de estudiar el fracaso, me gusta estudiar el fracaso, de hecho, mi colega siempre dice: lo único que quiero saber es dónde moriré, así nunca iré allí. Lo que mata los buenos negocios… queremos ver qué ha causado la quiebra de los negocios, y la causa más grande de su muerte es la complacencia. Debes querer la agitación, el sentimiento de que hay alguien persiguiéndote siempre, pero te mantendrás a la cabecera, siempre debes estar en movimiento, y cuando tienes un gran negocio como Coca Cola, no hay otro como Coca Cola, ahí tú realmente, el peligro será siempre que te duermas en los laureles, pero no veo nada de eso en Coca Cola, esa es la clave, competir de la misma manera cuando tienes 1800 millones de productos vendidos al día que cuando vendes 10 al día. Y esa agitación, esa creencia de que mañana será aún más excitante que hoy, debe impregnarse en todas las organizaciones.
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