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“Creé un algoritmo que le sugiere al docente las estrategias, ajustes y actividades que debe implementar según el estudiante que tenga en su salón de clase, aquel que puede enfrente barreras de aprendizaje por cualquier tipo de razones desde malnutrición, falta de motivación, diagnósticos de aprendizaje, hasta discapacidad”, así nació el emprendimiento que facilita la enseñanza por medio de una plataforma digital. En 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos le contamos la historia de cómo esta idea de negocio se ha ido convirtiendo en una herramienta práctica que beneficia a cualquier alumno del mundo.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
42 años, Finanzas y Relaciones Internacionales en el Externado y tengo un MBA de la Universidad de Duke.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Mi idea fue crear Skalo, una plataforma digital para facilitar con tecnología el manejo de los docentes de la diversidad de aprendizaje en su salón de clases, en donde cada uno de sus estudiantes tiene habilidades y necesidades diferentes y algunos pueden enfrentar barreras al aprender que no les permiten participar, permanecer y progresar en el sistema escolar.
Creé un algoritmo que le sugiere al docente las estrategias, ajustes y actividades que debe implementar según el estudiante de tenga en su salón, aquel que puede enfrente barreras de aprendizaje por cualquier tipo de razones desde malnutrición, falta de motivación, diagnósticos de aprendizaje hasta discapacidad
La idea nació desde mi historia personal con mi hijo Matías que tiene parálisis cerebral, esto ha generado en mí una continua búsqueda por reducir las barreras que enfrenta en su día a día y en su trayectoria escolar. Además, el diagnóstico de Matías de lesión cerebral por prematuro, me llevó a cofundar hace 10 años la Fundación Cero a Tres Desarrollo Infantil junto con Marlén Castellanos y María Constanza Ramírez, para apoyar con intervención temprana a niños que por problemas médicos al nacer tuvieran dificultades en el desarrollo. Durante estos años evidencié este mismo problema con los niños de la fundación que al pasar al sistema escolar no encontraban la flexibilidad en la enseñanza, ni recibían los ajustes que necesitaban para poder desarrollar su potencial según sus habilidades. Si bien Skalo fue desarrollado desde la perspectiva de la discapacidad inicialmente, nos dimos cuenta de que la mayoría de los estudiantes enfrentan otro tipo de barreras algunas más leves o severas, pero igual requieren de una personalización al momento de recibir la instrucción, de hacer trabajos, ser evaluados o interactuar con otros.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Trabajé mucho para crear un algoritmo que se adaptara a las características de cada estudiante según sus habilidades, gustos y necesidades más allá del diagnóstico. Cuando se me ocurrió la idea se la planteé a la Fundación Arturo y Enrica Sesana, con su director Roberto Navas, quien me apoyó desde el inicio para iniciar el desarrollo tecnológico y crear un proyecto escalable.
Conté con el apoyo de expertos en educación y tecnología para volverlo una plataforma digital y crear un startup de impacto social.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Skalo ha sido financiado por uno de sus socios, Inversiones Zárate Gutiérrez en su compromiso de responsabilidad empresarial de apoyar proyectos escalables con impacto social. Posteriormente, United Way entró como socio para llevar a Skalo a las poblaciones más vulnerables.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estoy convencida que la tecnología permite aplanar el camino para quienes enfrentan dificultades. Sueño con una educación que se adapte a cada estudiante y que permita que todos estén en un salón de clases participando y progresando más allá de las dificultades y de la forma como aprendan. Skalo está flexibilizando la forma de enseñar, fortaleciendo las capacidades de los docentes, facilitando su día a día frente a un aula con diversidad de aprendizaje, integrando a la familia en el proceso escolar y generando la data sobre el manejo de barreras de aprendizaje para la toma de decisiones hacia una personalización de la educación.
6. ¿Soy feliz?
Sí, porque entendí el mensaje que me trajo Matías al estar en mi vida y es la posibilidad de transformar retos en oportunidades siempre enfocados en las habilidades.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Sí, si es para masificarlo y que llegue a todos los estudiantes que lo necesitan.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Ha sido un reto y una satisfacción de hacer algo que me apasiona.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Estoy empezando a cumplirlo, porque mi sueño es que Skalo sea la plataforma que personaliza la educación estandarizada en Latinoamérica.
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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Ahora vamos a ir de la mano de Rockstart e Isa para crecer y llegar a las poblaciones que más lo necesitan. Sigue una ronda de capital semilla para introducir inteligencia artificial a Skalo y que podamos con data, ver los ajustes y estrategias que mejor resultado tienen en cada estudiante para poder determinar buenas prácticas para el manejo de las barreras de aprendizaje.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Si, es una plataforma digital que se puede usar vía web o app en cualquier tipo de institución escolar. Además, Skalo está basado en el Diseño Universal de Aprendizaje DUA y es multilingüe, así que puede ser usado en cualquier país del mundo.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Si, siempre y cuando sea estratégico para Skalo.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Tener miedo a lanzarme a emprender en tecnología.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Matías, me inspira todos los días al ver cómo enfrenta un mundo que no está adaptado para todos y aún así nunca se rinde.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Algunas veces, y es normal porque es lo que me ha llevado a volver a tomar impulso.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Fuimos escogidos como una de las 51 startups de Innpulsa y ahora hacemos parte de la comunidad de Rockstart.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Si, creo en un mundo con una educación flexible y creo que Skalo aumentará el logro escolar de las nuevas generaciones.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Veo a Skalo como un emprendimiento tecnológico femenino con impacto a nivel global.
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19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Han jugado un rol fundamental, no han dejado de creer, han apoyado las largas horas de trabajo de ser emprendedora, me han apoyado cuando la respuesta ha sido un “No” y me han motivado a abrir mi mente a nuevas ideas.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Claro, ha sido con la ayuda de otros emprendedores y mentores que hemos podido avanzar en Skalo.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
El equipo de Skalo es mayoritariamente femenino y las personas que trabajan en la empresa han vivido o tienen a alguien cercano que ha enfrentado o enfrenta dificultades en su escolaridad por diversas razones. El equipo de Skalo siente el problema y le pone pasión al reto.
El equipo Skalo en educación está conformado por: Clara Inés Merchán, Juliana González, Valentina Ponce de León, Johanna Henao, Camila Gómez y Paula Rojas. El equipo tecnológico es liderado por Guillermo Posse y Dalia Trujillo.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
La tenacidad, me cuesta mucho trabajo no seguir intentando. Enfrento las dificultades como un reto.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
He aprendido que las mejores ideas y la mayor satisfacción proviene de ponerse en los zapatos del otro, entender las dificultades y estar dispuesto a generar nuevas oportunidades.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).