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El Catatumbo arde en medio de un conflicto que combina violencia y caos. La región, epicentro de enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc, enfrenta una crisis humanitaria y económica que ha obligado a Ecopetrol, la petrolera más grande del país, a suspender sus actividades en los campos de Tibú y Sardinata. Más de 35 muertes, desplazamientos masivos y amenazas a empresas y comerciantes reflejan la gravedad de la situación.
Ecopetrol, presuntamente declarada objetivo militar por el ELN, adoptó esta medida preventiva para proteger la integridad de sus trabajadores. Las consecuencias no solo afectan la operación de la compañía, sino también el suministro de hidrocarburos en el noreste del país.
La decisión de Ecopetrol de detener temporalmente sus actividades en el Catatumbo incluye:
- Cese de desplazamientos: los trabajadores han dejado de supervisar pozos y líneas de flujo.
- Campos clave afectados: el campo Tibú, con una producción diaria de 1.200 barriles de crudo, y la planta de gas Sardinata, con una producción de 990 pies cúbicos de gas por día, están paralizados.
- Duración incierta: la suspensión continuará hasta que las condiciones de seguridad sean adecuadas para reanudar operaciones.
“Ante las condiciones de orden público en el #Catatumbo, tomamos medidas preventivas como la de suspender temporalmente las actividades y desplazamientos de nuestros operarios en la zona, para resguardar su seguridad y poder garantizar la operación.” #PrimeroLaVida
— Ecopetrol (@ECOPETROL_SA) January 17, 2025
Una región al límite
El Catatumbo, situado en el departamento de Norte de Santander, es un área estratégica tanto para la producción de hidrocarburos como para grupos armados que disputan el control territorial.
El recrudecimiento de la violencia en el Catatumbo se debe a la lucha por el control del territorio entre el ELN y el Frente 33 de las disidencias de las Farc. La zona es clave por su ubicación fronteriza y sus recursos naturales, incluyendo petróleo y cultivos ilícitos.
Impactos humanitarios y sociales:
- Muertes y desplazamientos: según las autoridades, los enfrentamientos han causado al menos 35 muertes confirmadas y el desplazamiento de 70 familias.
- Amenazas a comerciantes: a través de panfletos, el ELN declaró objetivo militar a comerciantes, mototaxistas y empresas como Ecopetrol.
- Cierre de comercios: el gremio de comerciantes en Tibú, El Tarra y Teorama decidió cerrar establecimientos como forma de protesta pacífica.
Reacciones de las autoridades:
- Presidencia: el presidente Gustavo Petro calificó las acciones del ELN como crímenes de guerra y anunció la suspensión del diálogo de paz con este grupo armado; además, viajó a la región para estar al tanto del conflicto.
- Defensoría del Pueblo: se emitieron alertas para proteger a la población y restaurar el orden en la región.
Hechos recientes destacados:
- Atentados y masacres: una patrulla policial fue atacada con explosivos, mientras que una familia fue asesinada en su funeraria en Tibú.
- Amenazas a empresas: el ELN acusó a Ecopetrol y otras compañías de presuntas negociaciones clandestinas con las disidencias, aunque luego desmintió la autenticidad de estos comunicados.
La crisis en el Catatumbo expone la fragilidad de la región ante el conflicto armado y la dificultad latente del Estado para garantizar la seguridad en un territorio estratégico.
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