
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Invertir en energía solar pasó de ser un gesto ambiental a un beneficio tributario para las empresas que, a través de este modo, impulsan la generación de energía renovable en el mediano y largo plazo.
Un empujón ante los altos costos de implementar energías verdes, pese al auge de la transición energética.
Según el Ministerio de Comercio, hay 1.531.437 de empresas activas a corte de junio. De ese total, cerca de 99,5 % son MiPymes, es decir, pequeñas y medianas empresas, que sobreviven con las garras, paciencia y estrategia a los vaivenes diarios de montar empresa en Colombia.
A este segmento le apunta el programa Energía Solar Se Reactiva del Banco de Desarrollo Empresarial de Colombia (Bancóldex), una línea de crédito de $70.000 millones para MiPymes que decidan instalar sistemas fotovoltaicos.
Los cuatro beneficios clave para recuperar la inversión
- Deducción en renta del 50 % de la inversión durante 15 años (siempre que no supere la mitad de la renta líquida).
- Depreciación acelerada: los equipos solares pueden descontarse más rápido que otros activos, lo que mejora el flujo de caja en los primeros años.
- Exención de IVA (19 %) y de aranceles en la compra de paneles y equipos, lo que reduce de entrada el costo del proyecto.
- Reducción temporal de la tarifa de renta durante los primeros cinco años de operación para proyectos aprobados.
A la larga es más que un alivio financiero. La inversión en panes solares es ganar dos veces. Primero, baja la factura de energía y se protege ante la volatilidad de los precios. Segundo, paga menos impuestos y amortiza más rápido la inversión.
El reto detrás del incentivo
La historia, pese a todo, tiene sus obstáculos. Entre ellos, el acceso real a los créditos sigue siendo limitado para microempresas sin historial bancario sólido.
Los incentivos, aunque atractivos, requieren un proceso técnico y legal que muchas pymes no dominan sin asesoría especializada. Es decir, costos.
Además, la apuesta se enfrenta a un sistema tributario con incertidumbre en la seguridad jurídica. En pocas palabras, un día puede ser una cosa, mañana otra: reformas fiscales recurrentes que ponen en duda la permanencia de los beneficios.
Si bien la transición juega a favor de los empresarios que le apuestan a estas tecnologías, tanto en competitividad como en menores costos, la cuestión es si el Estado mantendrá estos beneficios para que el sol financiero no se opaque con cada anuncio de ajuste en las reglas de juego.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.