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El apagón que paralizó Chile: la respuesta de Interchile y el papel de Colombia

Con el suministro casi restablecido, el gobierno y la compañía, ISA Interchile, investigan las fallas en la red de transmisión que provocaron caos en varias regiones del país. Por ahora hay una respuesta a la falla. Pero ¿a quién pertenece la empresa y qué relación tiene con Colombia?

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26 de febrero de 2025 - 01:29 p. m.
ISA pertenece en 51,4% a Ecopetrol, lo que convierte a esta red eléctrica en un activo estratégico para Chile y Colombia. EFE/ Osvaldo Villarroel
ISA pertenece en 51,4% a Ecopetrol, lo que convierte a esta red eléctrica en un activo estratégico para Chile y Colombia. EFE/ Osvaldo Villarroel
Foto: EFE - OSVALDO VILLARROEL
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Chile vivió el peor apagón en 15 años ayer, 25 de febrero. A las 3:16 p.m., una falla en la línea de transmisión Nueva Maitencillo-Nueva Pan de Azúcar, operada por ISA Interchile, dejó sin electricidad a ocho millones de hogares y afectó a industrias clave como la minería, el comercio y el transporte.

Interchile, filial de la colombiana ISA, quedó en el ojo del huracán. La compañía fue creada en 2012 tras adjudicarse el contrato para construir y operar la línea de transmisión Cardones-Polpaico, una infraestructura de 753 kilómetros considerada clave para la estabilidad del sistema eléctrico chileno. Inaugurada en 2019, esta obra, que demandó una inversión de US$1.000 millones, permite la integración de energías renovables en el país.

Además, ISA es uno de los mayores operadores de redes de transmisión en América Latina, con presencia en Brasil, Perú, Bolivia y, por supuesto, Chile. Su historia en este último país se remonta a 1999, cuando adquirió Transelec, la principal transmisora eléctrica chilena. Sin embargo, en 2015 vendió esta compañía a un consorcio liderado por Brookfield Asset Management y decidió enfocar sus operaciones en el país a través de Interchile.

La empresa matriz, ISA, pertenece en 51,4 % a Ecopetrol, mientras que Empresas Públicas de Medellín (EPM) también tiene participación accionaria. El resto se encuentra en manos de inversionistas privados, lo que convierte a esta red eléctrica en un activo estratégico tanto para Chile como para Colombia.

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Los motivos del apagón

El impacto del apagón fue inmediato: el metro de Santiago colapsó, se generaron grandes atascos vehiculares, hospitales y aeropuertos activaron planes de contingencia, y miles de personas quedaron atrapadas en ascensores y en sistemas de transporte paralizados. El Gobierno declaró estado de emergencia y toque de queda para evitar saqueos y garantizar el orden público.

“El equipo de Interchile ha estado en continua coordinación con la autoridad técnica y continuará trabajando incansablemente para avanzar en las investigaciones correspondientes”, dijo el gerente general de la compañía, Luis Llano Zuleta.

La empresa asumió la responsabilidad operativa del evento y explicó en un comunicado oficial qué sucedió. El evento se produjo a las 3:16 p.m. en la línea Nueva Maitencillo-Nueva Pan de Azúcar, que transportaba 1.800 MW de energía entre Vallenar y Coquimbo.

La interrupción fue causada por la activación no deseada de un sistema de protección, que desconectó automáticamente ambos circuitos de la línea, generando el colapso del suministro eléctrico.

“Desde el primer momento se movilizaron todas las capacidades de coordinación y equipos en terreno para restituir, lo antes posible, la disponibilidad de la línea, lo cual se logró a las 4:00 p.m., 44 minutos después de iniciado el evento, quedando disponible para su incorporación al plan de restauración del servicio”, señaló Llano.

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El servicio comenzó a restablecerse a las 4:00 p.m., apenas 44 minutos después del evento, quedando la línea disponible para la reincorporación al sistema eléctrico nacional.

Todavía se investigan las causas exactas del fallo y la empresa está colaborando con las autoridades para determinar si hubo errores en los protocolos de seguridad.

Los sistemas de protección en redes de alta tensión son fundamentales para evitar daños estructurales y fallas prolongadas en el sistema eléctrico. Según Interchile, en este caso el sistema de protección operó sin la existencia de una falla real, lo que llevó a la desconexión automática de la línea.

Un apagón con repercusiones económicas

El corte de energía no solo afectó a los hogares, sino que golpeó sectores clave de la economía. La minería, que representa 10 % del PIB de Chile, fue una de las industrias más perjudicadas.

  • Escondida, la mina de cobre más grande del mundo, cerró por completo su producción durante el apagón.
  • Codelco, la minera estatal, detuvo operaciones en varias de sus plantas hasta que se restableció el servicio.
  • Otras compañías, como Anglo American y Antofagasta, lograron seguir operando gracias a fuentes de energía alternativas.

El impacto en la minería generó pérdidas millonarias por hora y reavivó preocupaciones en el mercado global del cobre, del cual Chile es el mayor exportador.

El presidente chileno, Gabriel Boric, no tardó en reaccionar. En una declaración televisada, calificó el apagón como “indignante” y exigió responsabilidades por parte de las empresas privadas que operan la red eléctrica.

“No es posible que la vida cotidiana de millones de chilenos y chilenas se vea alterada de esta forma. Vamos a asegurarnos de que los responsables de esta situación tengan que responder”, sentenció Boric.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, descartó un sabotaje y afirmó que se trató de una falla técnica en la red de transmisión. No obstante, el gobierno ha anunciado investigaciones y posibles sanciones a las empresas involucradas.

Aunque Interchile aseguró que su infraestructura se restableció en menos de una hora, el colapso generalizado del sistema evidenció la falta de redundancia y protocolos más sólidos para evitar crisis de este tipo.

Para la empresa, esta crisis puede traer consecuencias de largo plazo. Aunque su infraestructura ha sido clave para la modernización del sistema eléctrico chileno, su reputación queda en entredicho tras este evento.

El gobierno ya evalúa ajustes en la regulación del sector, con posibles cambios en los protocolos de seguridad y nuevas exigencias a las empresas operadoras.

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