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En cada esquina, detrás de los mostradores llenos de productos esenciales, hay un tendero que lucha por mantener su negocio a flote. Según el gremio del los comerciantes (Fenalco), la resistencia se ha vuelto más difícil.
Las tiendas de barrio, un pilar de la economía popular, enfrentan una crisis que se agrava con cada mes. Altos costos de servicios públicos, arriendos crecientes y un nuevo enemigo: el impuesto a las bebidas azucaradas y ultraprocesados, han convertido la supervivencia de estos pequeños negocios en un desafío casi imposible.
“Es un contrasentido que, por un lado, el Gobierno predique el apoyo a la economía popular, pero por otro castigue a las tiendas con mayores impuestos”, dijo Jaime Alberto Cabal, presidente del gremio.
Los datos son claros: una encuesta del gremio, a través de su programa Fenaltiendas, muestra que en el último semestre de 2024, 82 % de las tiendas vieron caer sus ventas o, en el mejor de los casos, las mantuvieron estancadas. Apenas 17 % reportó algún crecimiento, una señal de alerta en un sector que sostiene a 450.000 negocios en todo el país y que es el sustento de más de un millón de familias.
Entre los factores que han llevado a este deterioro, uno de los más determinantes ha sido el impuesto saludable, que grava productos como gaseosas, snacks y embutidos. Cerca de siete de cada 10 los tenderos afirma que este tributo ha afectado directamente su negocio, pues ha encarecido productos esenciales en su oferta.
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El gremio citó las cifras del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del DANE para revelar el impacto de estos costos:
- Mientras la inflación total en enero fue de 5,22 %, los precios de los alimentos y bebidas aumentaron 4,49 %.
- Los precios de las golosinas, uno de los productos más afectados por el impuesto, subieron 53,48 %.
- Las gaseosas aumentaron 3,27 % solo en enero, triplicando la inflación general.
El alza no solo ha reducido las ventas, sino que ha golpeado a los consumidores de menores ingresos, quienes dependen de estos negocios para abastecerse.
Fenalco pidió al Gobierno reconsiderar la eliminación de estos impuestos, argumentando que contradicen su discurso de apoyo a la economía popular.
ENCUESTA FENALTIENDAS
— Fenalco Nacional (@FenalcoNacional) February 26, 2025
LA CRISIS DE LAS TIENDAS DE BARRIO SE AGRAVA SIGNIFICATIVAMENTE EN COLOMBIA: FENALCO
⚠️Disminución de ventas, altos costos de los servicios públicos, arriendos e impuesto “saludable” principales amenazas para la supervivencia de las tiendas
🔴82% de las… pic.twitter.com/3Wd0MIPxY8
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Más costos, menos clientes
El impuesto no es el único problema. El incremento en las tarifas de servicios públicos y arriendos también está asfixiando a los tenderos. Las panaderías y pastelerías, que dependen del gas para su producción, han sentido un impacto aún más fuerte.
El deterioro del consumo se refleja en los productos que han visto caer su demanda. Snacks, galletas, mecato, embutidos, panadería y alimentos preparados como empanadas y tinto registraron una disminución considerable en sus ventas.
Además, la crisis llevó a muchos a cuestionar la viabilidad de sus negocios: uno de cada tres tenderos consideró cerrar su tienda el año pasado.
Una competencia feroz
El mercado también se volvió más competitivo: Siete de cada 10 tenderos afirma que su mayor rival es otra tienda de barrio, pero también sienten la presión de minimercados, supermercados y ventas ambulantes.
El cambio en los hábitos de pago es otro desafío. Aunque el efectivo sigue siendo el método más común, cada vez más tiendas han optado por medios digitales como Nequi, Daviplata y datáfonos.
Curiosamente, la crisis económica ha hecho que el tradicional “fiado” pierda peso en el comercio diario. La mitad de los tenderos redujo este mecanismo de crédito informal, ya que el riesgo de no recuperar el dinero ha aumentado.
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Tiendas informales y el desafío de la seguridad social
El informe también deja al descubierto una realidad preocupante: el 96 % de estos pequeños negocios pertenecen a los estratos 1, 2 y 3, y aunque muchos intentan formalizarse, el acceso a la seguridad social sigue siendo precario.
- Seis de cada diez tenderos no hace aportes ni para sí mismo ni para sus empleados.
- Solo 17 % cotiza para pensión.
El comercio popular, que históricamente ha sido una fuente de empleo y autoempleo, se encuentra atrapado en un círculo de bajos ingresos y falta de protección social.
Fenalco insistió en la necesidad de revisar los impuestos que afectan a los pequeños comercios, así como en implementar políticas de alivio que permitan reducir sus costos operativos.
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